CNNE dceca80b - 131222121659-rs-trial-by-social-media-00002530-story-top

Por Dean Obeidallah

Nota del editor: Dean Obeidallah, un exfiscal, es un comediante político y comentarista frecuente en varias cadenas de televisión, incluyendo CNN. Es codirector del nuevo documental de comedia The Muslims Are Coming. Síguelo en Twitter @deanofcomedy. Este artículo fue publicado originalmente el 2 de diciembre y actualizado el 22 del mismo mes.

(CNN) — ¿Quién pudo haber predicho que 140 caracteres podrían arruinar tantas vidas?

Pues eso es exactamente lo que le ocurrió a políticos, ejecutivos, funcionarios de gobierno y otros por sus comentarios en Twitter. La red social se ha transformado de un sitio de ocio a un centro de información a un asesino de carreras.

Y sorprendentemente, aun personas que trabajan en relaciones públicas —ya sabes, esas personas que se supone que aconsejan a los clientes sobre cómo evitar desastres en redes sociales— pueden tuitear declaraciones que causen un caos mediático. Este fin de semana vimos cuando Justine Sacco —quien en ese momento era ejecutiva de relaciones públicas— tuiteó poco después de su viaje de 12 horas a Sudáfrica: “Voy a África. Espero que no contraer el VIH. Solo bromeo. ¡Soy blanca!

Esos 64 caracteres de Sacco derivaron en que ella ahora sea conocida como “la exejecuiva de relaciones públicas”. Sacco fue despedida por IAC, la compañía mediática dirigida por Berry Diller, solo horas después de aterrizar en Sudáfrica. La razón aquí está clara: decir “solo bromeaba” tras tu declaración no significa que no serás criticado después por tu mensaje.

Sacco se disculpó el domingo: “Por ser insensible ante esta crisis —que no discrimina raza, género u orientación sexual, sino que nos aterroriza a todos unánimemente— y a los millones de personas que viven con el virus, estoy avergonzada”.

Por supuesto, no es que cada error en Twitter acabe con una carrera. Algunos resultan solo en vergüenza o en una avalancha de mensajes de burla.

Por ejemplo, recientemente el Comité Nacional Republicano tuiteó: “Hoy recordamos la valiente determinación de Rosa Parks y su trabajo para poner fin al racismo”. El mensaje intentaba conmemorar el aniversario de la negación de Rosa Parks a trasladarse a la parte posterior de un autobús segregado en 1955.

En su lugar, el tuit originó una ola de comentarios que ridiculizaban al CNR por insinuar que el racismo había terminado en Estados Unidos. Consecuentemente, el Comité se vio obligado a precisar en otro tuit.

La paradoja con Twitter es que realmente es fácil de usar, tan fácil como echar todo a perder. Así que en un esfuerzo por ayudar a la gente a evitar estos tropiezos, aquí tengo algunos consejos sobre lo que debes tener en mente antes de que presiones el botón “enviar”.

1. Haz una lectura de revisión

Suena suficientemente simple, ¿verdad? Pero debido a que todos tuiteamos a las carreras, a menudo cometemos errores de dedo. Uno de los peores fue hecho por el consejero de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Dan Pfeiffer, quien en su tuit accidentalmente sustituyó la “b” por una “n” a la palabra bigger (lo cual es un término racista). Por supuesto, borró el tuit y luego se disculpó, pero una leída rápida hubiera evitado esto.

2. Tuits racistas = desempleo

Este consejo debería ser para descerebrados, pero igual el de las lecturas previas.

3. Nada en Twitter permanece anónimo

Ok, no eres un idiota. Sabes bien que no debes decir malas palabras a tus jefes o compañeros en tu cuenta personal de Twitter, así que creas una cuenta falsa. Es genial, ¿verdad? Bueno, solo hay que preguntarle a Jofi Joseph un exfuncionario del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien hizo eso. Joseph creó una cuenta anónima desde la que criticó a sus compañeros y a uno de sus superiores. Fue descubierto y despedido. Pero, honestamente, ¿cómo puede alguien que trabaja en la NSC no imaginar que el organismo descubriría quién era?

4. En realidad no puedes borrar tuits

Claro, hay un botón de borrar en Twitter, pero una vez afuera el tuit, estás acabado. Por ejemplo, a principios de este año el vocero del republicano Raul Labrador escribió en la cuenta oficial del congresista: “Me likey Broke Girls” en referencia a la serie de la cadena CBS, 2 Broke Girls. El problema es cómo se lee el mensaje, literalmente dice “me gustan las mujeres quebradas”. El vocero rápidamente borró el tuit, pero poco tiempo después el congresista suprimió al vocero de su equipo.

5. No necesitas ser famoso para ser despedido

Tener un trabajo de bajo nivel y pocos seguidores en Twitter no se traduce en inmunidad por tus tuits. Esta es una lección que un joven, quien trabajaba en un camión de comida de Nueva York, descubrió a la mala. En su caso, un gran grupo de una compañía local ordenó comida y no dejó propina. Minutos después el empleado lo tomó personal y usó su cuenta en Twitter para burlarse de los clientes y mencionó a la compañía por su nombre. Tenía unos 300 seguidores, pero dos días después fue despedido por ridiculizar a los asistentes.

6. Aun por bromas puedes ser despedido

Soy un comediante y he sido sujeto a varios ataques por mis bromas en Twitter, usualmente de personas que se dicen ofendidas porque me burlo de sus íconos conservadores. Esto ocurre en el ámbito de la comedia, pero hay una línea que los comediantes pueden cruzar y que puede llevar al despido.

El comediante Gilbert Gottfried encontró exactamente esa línea después de que tuiteó una serie de bromas aparentemente burlándose de las víctimas del tsunami de 2011 en Japón. Gottfried se disculpó, pero eso no fue suficiente para la aseguradora Aflac. Fue despedido de su papel como la mascota de la compañía.

7. No confundas mensajes directos con tuits

Este es un error fácil de cometer, solo hay que preguntarle al excongresista republicano Anthony Weiner. Los mensajes directos van a una persona y son privados, como un correo electrónico. El problema de Weiner ocurrió cuando intentó enviar una foto de él mismo en ropa interior a través de mensaje directo a una mujer. Al final envió la foto a todos en Twitter. El resto es historia.

8. Si aun tienes dudas, prueba la aplicación ‘Fire Me!’

Esta aplicación medirá tu tuit para darte una idea de si serás despedido por enviarlo. Aunque no es a prueba de tontos, puede ser útil.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Dean Obeidallah.