Por Mading Ngor, Moni Basu y Ben Brumfield
(CNN) — El miedo ante el posible estallido de una nueva guerra civil en Sudán del Sur reunió este jueves a los líderes de dos países vecinos, en la capital Yuba.
El presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta, y el primer ministro de Etiopía, Hailermariam Desalegn, y oficiales de Sudán del Sur tuvieron “pláticas muy constructivas”, pero no llegaron a acuerdos, informó el ministro de Asuntos Exteriores de Sudán del Sur este jueves.
Kenyatta y Desalegn instaron a un cese inmediato a los enfrentamientos, en los que el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, se enfrenta a una rebelión liderada por el ex vicepresidente Riek Machar, a quien despidió hace meses.
Las noticias de la reunión se dieron después de que oficiales de las Naciones Unidas trabajaran para finalizar los detalles del envío de cascos azules a Sudán. La ONU espera enviarlos a más tardar el sábado para ayudar a proteger a las 50,000 personas refugiadas en las bases de la ONU y quienes buscan resguardarse de los enfrentamientos.
En una conferencia de prensa, Hilde Frafjord Johnson, la representante especial de la ONU del secretario general, dijo en una teleconferencia que los enfrentamientos amenazan con regresar “pesadillas del pasado”, décadas de conflicto que condujo a la creación de la nación más nueva del mundo.
“Y para nosotros, una de las cosas más importantes es terminar con esas pesadillas”, dijo.
El derramamiento de sangre en la ciudad de Bor fue una repetición de las matanzas 22 años antes, un tiempo en el que Machar, entonces un líder rebelde, rompió filas y se puso en contra de un exaliado.
En 1991, cuando el sur pertenecía a Sudán, luchó una sangrienta guerra civil en contra del norte.