Por Summer Suleiman, especial para CNN
Nota del editor: Summer Suleiman es escritora independiente y bloguera en HealthySummer.me. Síguela en Twitter @SummerSuleiman para obtener más consejos sobre cómo llevar una vida saludable.
(CNN) – Paralizada por un agudo dolor, permanecía tumbada en la cama; esta escena había llegado a ser demasiado familiar para mí.
Durante años, estos temibles episodios de fatiga, náusea y mareos habían ido y venido. En ocasiones, duraban días y me atormentaban como un fantasma; luego, desaparecían sin dejar rastro.
Todo empezó cuando tenía 5 años. A los 24 años, todavía seguía luchando contra los debilitantes síntomas que causaban estragos en mi cuerpo.
Y nadie podía decirme por qué.
Finalmente, hace dos años, un doctor me dio la respuesta que había estado buscando durante la mayor parte de mi vida. Me diagnosticó con un raro trastorno genético llamado fiebre mediterránea familiar; se trata de una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por frecuentes ataques de fiebre, dolores estomacales y de pecho e hinchazón de las articulaciones.
La desventaja de saber la respuesta fue darme cuenta de que no había cura.
El doctor me recetó medicinas para controlar mis síntomas, pero aun así, experimentaba mucho dolor y malestar. Así que empecé a investigar sobre cómo tratar la inflamación.
La inflamación es la principal causa de muchas enfermedades, según el doctor Reza Ghorbani, director médico del Instituto de Medicina Avanzada para el Dolor y autor de Secrets to a Pain Free Life (Secretos para llevar una vida libre de dolor). La enfermedad cardiovascular, el Alzheimer, la artritis y severos trastornos digestivos han sido asociados a inflamaciones crónicas.
La inflamación es una parte natural de tu sistema inmunológico; ocurre cuando el cuerpo está luchando en contra de un daño o infección. No obstante, la inflamación crónica perjudica al cuerpo en lugar de curarlo porque el sistema inmunológico, en esencia, ataca las células sanas, según los Institutos Nacionales de Salud.
En su libro, Ghorbani menciona varios métodos para tratar la inflamación.
“He visto una tendencia entre los pacientes que buscan un tratamiento alternativo y natural”, dice Ghorbani. “Pienso que para muchos consumidores, ya sea en el tratamiento para el dolor, en lo que comen, o en lo que le proveen a su familia, la tendencia es buscar algo más seguro”.
Este año, por primera vez en la historia en la conferencia anual de la Sociedad Estadounidense de Anestesia Regional y Medicina contra el Dolor (ASRA, por sus siglas en inglés), los expertos llevaron a cabo una sesión de medio día dedicada a los tratamientos alternativos para el dolor crónico. Poco a poco, los médicos están empezando a reconocer la importancia de considerar el dolor de una manera integral, dice el Dr. Asokumar Buvanendran, un especialista colegiado en el manejo del dolor y profesor en el Departamento de Anestesiología en el Centro Médico de la Universidad de Rush.
“Hay muchos remedios disponibles fuera de los medios tradicionales para tratar a los pacientes”, dice Buvanendran.
No sólo se trata de hierbas y acupuntura. Un estilo de vida saludable en general, incluyendo el consumo de alimentos saludables y ejercitarse lo suficiente, juega un papel importante en el manejo del dolor crónico, dicen los expertos.
Me sentí intrigada por las historias que encontré sobre las posibles propiedades sanadoras de los alimentos y la mente. Un tanto escéptica, comencé a integrar lo que había aprendido en mi vida diaria.
Casi dos años después de mi diagnóstico, mi salud se ha transformado. La experiencia de cada persona es distinta, pero estos remedios integrales me han ayudado a alcanzar una mejor calidad de vida.
Primero, encuentra al doctor adecuado
Si vives sintiendo dolor y sientes que no has recibido el tratamiento adecuado, no te rindas. Habla con tu familia, amigos y colegas para que te den recomendaciones.
“Creo que los pacientes deben entender que hay alternativas en cuanto a lo que los doctores recetan para tratar el dolor”, dice Ghorbani. “No sólo debes tomarle la palabra al doctor; investiga por tu cuenta”.
Yo pasé la mayor parte de mi vida buscando, antes de encontrar al doctor adecuado. Sigue buscando hasta que encuentres un doctor con quien te sientas cómodo; alguien que pueda ayudarte a obtener el tratamiento que quieres.
Duerme lo suficiente
Dormir lo suficiente ayuda al cuerpo a combatir la inflamación, el dolor y la enfermedad. Un estudio de 2009 publicado en la revista médica Sleep determinó que las personas que duermen menos de 6 horas, o tienen sueño interrumpido, tienen niveles más altos de la proteína C reactiva en el cuerpo, la cual causa inflamación.
Como periodista que trabajaba en turnos rotativos, no dormía lo suficiente y mi salud se vio afectada a causa de esto. Luego de ser diagnosticada, hice ajustes a mi estilo de vida, a modo de poder dormir lo que era necesario. Me siento más saludable y fuerte cuando he dormido lo suficiente.
Medita
Investigaciones han evidenciado los muchos beneficios de la meditación. Estudios sugieren que la meditacion puede reducir la presión sanguínea, la inflamación, la respuesta al dolor y los niveles de hormonas de estrés, todo mientras aumenta la concentración y mejora el sueño. Un estudio financiado por el Instituto Nacional de la Salud demostró que la meditacion consciente puede contribuir a la regulación del dolor a través del control cognitivo y emocional.
Empecé a meditar poco después de ser diagnostica en enero de 2012. Ha sido una parte importante de mi recuperación y ha mejorado mi salud. Hay varios sitios web, libros y guías de meditación disponibles en línea. Puede ser tan sencillo como tomarte 10 minutos del día para sentarte en silencio.
Controlar el estrés es una parte importante de llevar una vida saludable. Cuando el estrés no se maneja, causa inflamación en el cuerpo. En un estudio realizado en la Universidad Estatal de Ohio, investigadores mostraron que las personas que tenían muchos eventos estresantes en su vida, presentaban niveles más altos de la proteína C reactiva. La meditación es una herramienta útil para manejar el estrés, y está disponible para todos.
Consume alimentos que beneficien a tu cuerpo
Lo que comes tiene un impacto directo en cómo te sientes. Según un estudio publicado en Psychosomatic Medicine, las mujeres que tienen una dieta alta en carnes rojas y procesadas, dulces, postres y cereales refinados (alimentos que se sabe causan inflamación) tienen niveles más altos de la proteína C reactiva que aquéllas que tienen una dieta llena de frutas, vegetables, legumbres, pescado, pollo y cereales integrales.
He incorporado muchos alimentos naturales antiinflamatorios en mi dieta, entre ellos jengibre, cúrcuma y canela. Como frutas y verduras que son poderosos antiinflamatorios tales como las granadas, los arándanos y las moras.
También procuro eliminar los alimentos que son inflamatorios, como el azúcar, uno de los mayores culpables. Puedo sentir la diferencia debido a estos cambios. Hay una abundante colección de libros disponibles sobre este tema. The Encyclopedia of Healing Foods (Enciclopedia de alimentos curativos) y Secrets to a Pain Free Life (Secretos para llevar una vida libre de dolor) son un buen comienzo. Puedes tomar el control de tu dolor, y de tu vida, al comer bien.
“Nadie debería aceptar el dolor como una parte normal de su vida”, dice Ghorbani.
No descuides tu cerebro
Tanto Buvanendran como Ghorbani creen que otra parte importante del tratamiento para el dolor crónico consiste en abordar el impacto psicológico que tiene en los pacientes.
“La fisiología del dolor está realmente conectada con su aspecto emocional”, dice Ghorbani. “Realmente puede acentuarse cuando estás molesto, ansioso o deprimido, y (consecuentemente) incrementa el nivel de dolor”.
Buvanendran dice que los profesionales en la salud mental pueden ayudar a los pacientes a lidiar con el aspecto emocional de controlar el dolor crónico.
“A veces, los pacientes se resisten a visitar a un terapeuta, pero una vez lo hacen, encuentran que los beneficios son extraordinarios”.
A menudo, nuestros seres queridos pueden no comprender bien la carga emocional que un dolor crónico puede causarte. Un terapeuta puede ofrecer el apoyo y la dirección que podrías necesitar para ayudarte a lidiar con un dolor crónico.
Tu compañía de seguros podría cubrir los gastos de tus sesiones con un especialista en la salud mental. Investiga y utiliza todos los recursos que tengas disponibles.
Yo encontré una terapeuta que se especializa en pacientes con enfermedades crónicas. Me ayudó a darme cuenta de que necesitaba aceptar mi enfermedad, algo que no había podido hacer, antes de que pudiera realmente empezar el proceso de sanidad. Estaba luchando con la pérdida de mi salud, y ella me ayudó a entender que estaba bien que me sintiera así.
Una vez superamos eso, logré encontrar gratitud en mi nueva vida, y empecé a seguir adelante.
Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas de Summer Suleiman.