Clooney es una figura pública poco común que cuenta con credibilidad, valentía y magnetismo, dice Jeremy Barnicle.

Por Jeremy Barnicle, espacial para CNN

Nota del Editor: Jeremy Barnicle es el director de desarrollo y comunicaciones en la organización de asistencia Mercy Corps. Él recientemente visitó Líbano, donde se reunió con un número de familias de refugiados sirios. Síguelo en @JeremyBarnicle en Twitter. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente de él.

Beirut, Líbano (CNN) – Siria necesita muchas cosas en este momento. Una de ellas es George Clooney.

Permítanme explicarles. Como lo dejaron en claro las conversaciones en Ginebra II esta semana, no hay un final a la vista para la sangrienta guerra de tres años en Siria. Mientras tanto, mas de 100.000 personas han muerto, el país está destruido, y millones de sirios han huido de sus casas, la mitad de ellos, niños.

Se trata de la guerra decisiva y la crisis humanitaria de esta década, un hecho que fue puesto de manifiesto por la visita que hice a los refugiados sirios aquí esta semana.

Y sin embargo, no hay ninguna protesta por parte de los ciudadanos de los países ricos en general para poner fin al sufrimiento allí.

Al grado en que los medios cubren la situación en Siria, se trata de una historia diplomática y política. Mis contactos en los medios dicen que necesitan una “perspectiva nueva” del aspecto humanitario en Siria para poder darle cobertura.

Mis amigos en el Capitolio dicen que ninguno de sus electores les ha dicho algo sobre Siria, después de que aumentó la oposición a la idea de ataques aéreos punitivos este verano.

Mis compañeros recaudadores de fondos comparten mi frustración, porque no podemos obtener mucho apoyo con los donantes en torno a Siria.

Comparemos esto con un gran desastre natural como el reciente tifón que azotó las Filipinas.

Cuando un acto catastrófico y fotogénico de Dios mata a miles de personas y deja a millones sin hogar en un instante, los equipos de noticias se movilizan, se organizan conciertos de beneficencia, el público muestra su generosidad y las necesidades in situ son satisfechas.

Pero ¿qué pasa si el asesino es una guerra compleja, interminable y difícil de cubrir, donde no se sabe con claridad quiénes son los buenos y los malos, como ocurre en Siria?   Bueno, esas personas necesitan a George Clooney.

He aquí un ejemplo de por qué: Mercy Corps, la organización humanitaria para la que trabajo, recaudó más dólares para las Filipinas en tres días, aproximadamente 1.5 millones, que lo que hemos recaudado para Siria en casi tres años.

Por muy trágico que haya sido el tifón, las Filipinas se encuentran en camino a la rehabilitación. Siria, por otro lado, se está desangrando lentamente hasta la muerte.

‘Valor y magnetismo’  

Necesitamos una teletón. Necesitamos vigilias. Necesitamos cartas dirigidas a los miembros del Congreso. Por supuesto, ese tipo de activismo por sí solo no va a terminar la guerra y a brindarle a los sirios todo lo que necesitan, pero es un buen comienzo.

Es ahí donde alguien como George Clooney entra en escena.

Clooney es una singular figura pública con la credibilidad, el valor y el magnetismo para tomar un asunto urgente y complicado y hacer que a los estadounidenses les importe.

Para ser exacto, estoy sugiriendo que Siria necesita a George Clooney más de manera figurada que literal. La participación auténtica de íconos culturales ayuda a formar un movimiento y eso hace que Siria sea más que un lodazal distante.

Algún sentido compartido de urgencia y propiedad es fundamental para romper con el horrible estancamiento de la situación dentro y alrededor de Siria, una situación que se perpetúa en parte por los ciudadanos ricos en el mundo, quienes generalmente se mantienen al margen de lo que ocurre en Siria.

A veces cuando tengo esta conversación con alguien, me preguntarán por qué las personas deberían involucrarse en asuntos en el extranjero, cuando hay tantos problemas en casa en Estados Unidos. Es un punto válido, pero tengamos en mente que de todas las donaciones caritativas que los estadounidenses hicieron en 2012, sólo el 6% fueron destinadas a causas internacionales.

Los trabajadores humanitarios a menudo desprecian a los artistas que se involucran en sus causas y hay muchos casos en los que no ayudan, porque se involucran solo de manera superficial.

Pero consideremos a George Clooney y a Don Cheadle en Darfur. Angelina Jolie hblando de refugiados. Ben Affleck en el Congo. Bono en casi todo.

Estas celebridades, cuando trabajan en conjunto con legisladores, compañías, filántropos y grupos de asistencia local, pueden convertirse en los defensores sumamente poderosos que las personas necesitan desesperadamente.

Como las personas que conocí esta semana en el Centro Colectivo Ouzaii en el sur de Líbano. Estas 153 familias huyeron a Siria con poco y están viviendo amontonados en un edificio de oficinas cuya construcción está incompleta.

Bloques de hormigón. Barras de acero expuestas. Cableado mal hecho. Agua y servicios sanitarios limitados. Ventanas sin vidrios. Sin escuelas, sin privacidad, sin un final a la vista.

Ellos dependen completamente de la generosidad de los demás, y aún así ni la caridad ni los fondos del gobierno son suficientes para satisfacer las necesidades que tienen ahora mismo.

Ahora mismo, el pueblo de Siria necesita amigos poderosos para defenderlo, y George Clooney, tan a menudo el héroe en la pantalla y fuera de ella, podría convocar las voces de apoyo que estas personas tanto merecen.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente a Jeremy Barnicle.