Por Peter Shadbolt
HONG KONG (CNN) — No queda duda de a qué país está dirigido el programa inmigratorio de Australia para millonarios. La visa para inversionistas se llama categoría 188 y la visa permanente es la categoría 888.
En China, el número ocho está relacionado culturalmente con la riqueza, la prosperidad y la buena fortuna, por lo que grupos de chinos se han formado para tener la oportunidad de vivir en Australia gracias al programa de visas para millonarios.
Desde que el programa se puso en marcha en noviembre de 2012, el 91% de los solicitantes han sido ciudadanos chinos, de acuerdo con las cifras del Departamento de Inmigración y Protección Fronteriza de Australia. Hasta ahora, Australia ha entregado 65 visas que implican grandes inversiones a ciudadanos de la China continental.
Los requisitos para obtener una de las preciadas visas son simples: solo necesitas carecer de antecedentes penales y tener cinco millones de dólares australianos (57 millones de pesos) para invertir. No hay requisitos de idioma ni límite superior de edad; los solicitantes ni siquiera tienen que establecer un negocio en Australia.
Aquellas personas que puedan dejar su inversión de cinco millones de dólares australianos en ese país por más de cuatro años —entre las inversiones autorizadas se cuentan los bonos gubernamentales, los fondos gestionados y las empresas australianas— pueden solicitar una visa permanente.
Según el programa, los poseedores de una visa pueden conservar sus negocios en China si lo desean. Se espera que la medida atraiga a una gran variedad de inmigrantes a Australia.
Mark Wright, socio de la firma Deloitte y líder mundial en inmigración, dijo a la cadena Australian Broadcasting Corporation (ABC) que los días en los que los inversionistas chinos llegaban a Australia solo a abrir una tienda o un negocio pequeño habían llegado a su fin. “Australia ahora busca atraer una escala de inversiones mayor para alimentar un mayor desarrollo en la infraestructura”, dijo Wright.
Según un reporte de la empresa de servicios profesionales, KPMG, los patrones de las inversiones chinas empiezan a cambiar y cada vez hay más inversionistas privados chinos que extienden sus intereses en el país.
En el reporte se señala que aunque las empresas estatales chinas representaron el 64% del valor de las inversiones en la agricultura australiana entre 2006 y 2012, las inversiones privadas chinas representaron el 70% del volumen de negocios.
“Las empresas chinas tienen una participación más activa en comparación con otros sectores como la minería y el gas, en donde han predominado las empresas estatales”, se señaló en el reporte.
De acuerdo con los especialistas en inmigración en Hong Kong, los destinos preferidos para los inmigrantes procedentes de la China continental son Sidney y Melbourne, ciudades en donde los precios de las propiedades se han elevado en un 10 y un 6% respectivamente en los últimos doce meses.
John McGrath, director ejecutivo de McGrath Estate Agents, dijo que los compradores chinos han propiciado que se disparen los precios en ciertos sectores del mercado inmobiliario australiano.
“En algunos suburbios, el 90% de los productos nuevos se venderán a compradores chinos”, dijo a la ABC. “Creo que está bastante centralizado en ciertos bolsillos, así que no creo que se haga gran daño o que se afecten las oportunidades que los compradores locales todavía tienen de comprar aquí”.
Según la Oficina de Estadística de Australia, la proporción de inmigrantes nacidos en Asia aumentó del 24% en 2001 al 33% en 2011. Cerca del 6% de los inmigrantes nacidos en el extranjero provinieron de China y son el tercer mayor grupo de Australia. Aunque este grupo es uno de los de más rápido crecimiento, sigue muy por detrás de Gran Bretaña (20%) y de Nueva Zelandia (9,1%).
La inmigración ha sido un tema políticamente delicado y emotivo en Australia: el partido conservador ganó las elecciones del año pasado en parte gracias a que prometieron endurecer la aplicación de las leyes inmigratorias del país. Australia rechaza a miles de refugiados y solicitantes de asilo, pero padece una escasez de personal capacitado para labores manuales.