Por Tom Cohen
Washington (CNN) – ¿Cuándo puede un gobierno matar a su propia gente?
Esta pregunta directa tiene todo menos una respuesta sencilla, especialmente para el gobierno de una nación cimentada en los derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
La noticia que se dio a conocer el lunes respecto a que la administración de Obama está considerando una acción militar contra un terrorista estadounidense genera de nuevo las inquietudes en torno a qué justifica tal medida, según la ley y la conciencia pública, en una era de evolución política, social y tecnológica.
“La legítima afirmación de Estados Unidos de autodefensa no puede ser el final del debate”, dijo el presidente Barack Obama el año pasado cuando anunció nuevas directrices en los ataques con aviones no tripulados que fijan blancos en enemigos para matarlos. “Decir que una táctica militar es legal, o incluso efectiva, no es decir que es sabia o moral en todos los casos. Esto se debe a que el mismo progreso humano que nos da la tecnología para atacar al otro lado del mundo también requiere disciplina para restringir ese poder, o arriesgar abusar de él”.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) argumenta que el gobierno abusa de su poder, particularmente en el caso de los ataques con aviones no tripulados que han fijado como objetivo a ciudadanos extranjeros y en algunos casos, ciudadanos estadounidenses.
“Incluso en el contexto de un conflicto armado en contra de un grupo armado, el gobierno puede usar fuerza letal solo en contra de individuos que están participando directamente en hostilidades en contra de Estados Unidos”, dice el grupo en su sitio web. “Sin importar el contexto, siempre que el gobierno use fuerza letal, debe tomar todas las medidas posibles para evitar ocasionarle daño a espectadores civiles. Sin embargo, esos no son estándares que el poder ejecutivo está usando”.
A continuación encontrarás preguntas respecto a lo que el gobierno está haciendo, con explicación de las razones que lo respaldan y argumentos en contra:
1) ¿Qué significa el término “asesinatos selectivos” y qué tan generalizado está?
Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre en contra de Estados Unidos, una nación traumatizada respondió con nuevas leyes que expandieron en gran parte el poder del gobierno para combatir el terrorismo.
Se iniciaron guerras en Afganistán y luego Irak, y el sistema nacional de inteligencia se expandió hasta una nueva capacidad revelada el año pasado en las filtraciones de seguridad por parte del ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Snowden.
Entre los poderes que se ampliaron está la autorización legal para fijar como objetivo a terroristas que han sido definidos como enemigos del estado: personas decididas a pelear una guerra en contra de Estados Unidos.
La CIA y el ejército han usado aviones no tripulados y han encubierto misiones para eliminar a dichos blancos, entre ellos los ataques con aviones no tripulados que mataron al ciudadano estadounidense Anwar al-Awalaki, un buscado terrorista y a otros tres estadounidenses.
Cálculos extraoficiales basados en informes de grupos de derechos humanos e informes de los medios de comunicación indican que el gobierno de Obama ha llevado a cabo cientos de ataques con aviones no tripulados que han asesinado a cientos y quizá miles de personas, entre ellas terroristas y civiles, en una intensificación de la práctica iniciada por el gobierno de Bush.
La mayoría han ocurrido en Afganistán, pero otros han sucedido en países donde no había guerra, entre ellos Yemen, donde al-Awlaki y los otros dos estadounidenses murieron en 2011.
2) ¿Es legal que el gobierno ordene asesinatos selectivos?
En el discurso que dio en mayo de 2013 en la Universidad Nacional de Defensa, Obama proclamó que la práctica era completamente legal.
“Bajo el derecho nacional y el derecho internacional, Estados Unidos está en guerra con al Qaeda, el Talibán y sus fuerzas asociadas”, dijo. “Estamos en guerra con una organización que ahora mismo mataría a todos los estadounidenses que pudieran si no los detenemos primero. Así que ésta es solo una guerra; una guerra que se hace proporcionalmente, como último recurso y en defensa propia”.
Sin embargo, los críticos afirman que el gobierno no respeta los límites legales de la Constitución y el derecho internacional, particularmente al tomar decisiones respecto a asesinatos selectivos en secreto sin antes acudir a un tribunal.
“El resultado es que el público no tiene conocimiento de la manera exacta en que las políticas de Estados Unidos respecto a los asesinatos selectivos opera, bajo qué autoridades legales lo hace y quiénes específicamente son las víctimas”, leía una carta enviada a Obama en diciembre de nueve grupos de derechos.
Hina Shamsi, quien dirige el Proyecto de Seguridad Nacional de la ACLU, le dijo a CNN que el gobierno de Obama estaba “luchando enérgicamente” para prevenir una revisión judicial de los ataques que mataron a al-Awlaki y a los otros estadounidenses, entre ellos el hijo de 16 años del terrorista.
Hasta que las denuncias en documentos clasificados puedan ser evaluadas en un tribunal, dijo, la pregunta de si son evidencia real permanece sin respuesta.
Shamsi calificó a las acciones de Estados Unidos como “una de las formas de autoridad más extremas y peligrosas que el poder ejecutivo puede reclamar; el poder de matar personas con base en estándares legales vagos y cambiantes, evidencia secreta y ninguna revisión judicial incluso después del hecho”.
En 2010, un juez federal en Washington señaló que el gobierno necesitaría permiso de un tribunal federal para intervenir a al-Awalki, pero no existió tal proceso del tribunal para matarlo.
Al rechazar un esfuerzo por parte del padre de al-Awlaki para bloquear el posible asesinato extrajudicial de su hijo, John Bates, juez de distrito de Estados Unidos, dijo que era “un tanto inquietante” que un presidente pudiera -por razones de seguridad nacional- tomar una decisión unilateral para matar a un ciudadano estadounidense en el extranjero, y que la decisión “no podría ser sometida a revisión judicial”.
3) Incluso si es legal según la interpretación literal de la ley, ¿es moral o políticamente correcto?
Obama ha insistido en que su responsabilidad como comandante en jefe de proteger a los estadounidenses de un ataque, justificaba los asesinatos selectivos como el ataque con aviones no tripulados en contra de al-Awalaki.
En el discurso que dio en mayo del año pasado, rechazó fijar un objetivo en un ciudadano estadounidense sin lo que él llamó el “debido proceso”, lo que significa que se adhería a todos los procedimientos legales. Luego, explicó el razonamiento detrás del ataque en contra de al-Awlaki dos años después, antes de las pautas políticas ampliadas que estaba anunciando.
“Cuando un ciudadano estadounidense va al extranjero para hacer guerra en contra de Estados Unidos y enérgicamente planea matar ciudadanos estadounidenses, y cuando ni Estados Unidos ni nuestros socios están en una posición de capturarlo antes de que lleve a cabo su plan, su ciudadanía ya no debería funcionar como escudo, de la misma forma en que un francotirador que pretende dispararle a un grupo de personas inocentes debería ser protegido de un equipo SWAT”, dijo Obama, mencionando a al-Awlaki por nombre.
“Yo hubiera detenido y procesado a Awlaki si lo hubiéramos capturado antes de que llevara a cabo un ataque, pero no pudimos hacerlo”, continuó Obama. “Y como presidente, no habría estado cumpliendo mi deber si no hubiera autorizado el ataque que lo eliminó”.
Shamsi, quien argumentó que el argumento del tribunal federal del ACLU que buscaba una revisión judicial de los ataques en contra de al-Awalki y los otros dos estadounidenses, sostuvieron que el gobierno no se ha adherido a la supervisión que estableció respecto a los asesinatos selectivos.
“Las restricciones políticas están muy bien, pero el gobierno parece haber ido más allá con base en los informes de investigación de organizaciones de derechos humanos y los informes de los medios de comunicación”, dijo el lunes.
4) ¿Funciona?
Como el político de siempre, Obama convincentemente argumentó el año pasado que los asesinatos selectivos eran una herramienta necesaria en la creciente batalla en contra del terrorismo internacional.
“Docenas de hábiles comandantes, entrenadores, fabricantes de bombas y operativos de al Qaeda han sido eliminados del campo de batalla”, dijo. “Hemos interrumpido planes que habrían fijado objetivos en la aviación internacional, sistemas de transporte de Estados Unidos, ciudades europeas y nuestras tropas en Afganistán. Dicho de manera sencilla, estos ataques han salvado vidas”.
Los críticos, entre ellos los republicanos del Congreso, argumentan que la estrategia en contra del terrorismo del presidente, la cual en muchas formas amplió programas y prácticas iniciadas después del 11 de septiembre bajo el gobierno de Bush, no han logrado restringir a al Qaeda de manera efectiva.
Cuando se le preguntó la semana pasada en una audiencia del congreso si al Qaeda era más fuerte o más débil hoy que antes de los ataques del 11 de septiembre, el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, luchó por dar una respuesta antes de reconocer que la red de terroristas ahora era mucho más generalizada y por lo tanto, más difícil de combatir.
En la misma audiencia, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara, Mike Rogers, argumentó que las restricciones más estrictas en los asesinatos selectivos anunciadas por Obama en el discurso de política del año pasado habían debilitado la lucha del gobierno en contra del terrorismo.
“Hoy en día, los individuos que antes habrían sido eliminados del campo de batalla por operaciones de Estados Unidos en contra del terrorismo por atacar o planear un ataque en contra de intereses del país, siguen estando en libertad debido a trámites burocráticos autoimpuestos”, dijo el republicano por el estado de Michigan, añadiendo que “los cambios políticos que el presidente anunció en mayo de 2013 para los ataques selectivos son un absoluto y completo fracaso, y dejan a los estadounidenses en riesgo”.
Sin embargo, las críticas de Rogers difieren de la acusación de Shamsi respecto a que el gobierno no se adhiere a las políticas expuestas de un aumento de la supervisión y seguir el debido proceso. Rogers se quejó de que el problema involucraba una confusión sobre las políticas de Estados Unidos.
5) ¿Vale la pena?
Para Obama, la necesidad de eliminar enemigos de guerra sustituye a las posibles secuelas en la nación y en el extranjero sobre los ataques con aviones no tripulados y otros asesinatos selectivos.
El año pasado, argumentó que no hacer nada daría lugar a “muchas más pérdidas de civiles” por parte de terroristas que fijan objetivos en ciudades de Estados Unidos así como fortalezas extranjeras en Yemen, Afganistán, Somalia y en otras partes.
“Recordemos que los terroristas a quienes perseguimos fijan objetivos en civiles, y el total de muertos de sus actos de terrorismo en contra de musulmanes hace pequeño cualquier cálculo de muertes civiles ocasionadas por ataques con aviones no tripulados”, argumentó, diciendo que “hacer nada no es una opción”.
Obama también sostuvo que los ataques con aviones no tripulados eran menos riesgosos que las armas convencionales o “tropas en el lugar” en términos de daño colateral y repercusiones políticas más amplias.
“Es falso asegurar que poner tropas en el lugar tiene menos probabilidades en tener como resultado muertes de civiles, o tiene menos probabilidades de crear enemigos en el mundo musulmán”, dijo, refiriéndose a los impopulares incidentes militares que se han dado en las últimas décadas. “Los resultados serían más muertes en Estados Unidos, más Halcones Negros caídos, más confrontaciones con poblaciones locales e inevitables expansiones de misiones en apoyo a tales redadas que podrían llegar a convertirse en nuevas guerras”.
Sin embargo, en el terreno, los ataques con aviones no tripulados que matan civiles evocan una rabia y resentimiento en contra de Estados Unidos, lo cual podría generar más activismo en contra del país. Para Shamsi, la amenaza también es quitarle el corazón a los valores estadounidenses en casa.
“Hay suficientes informes creíbles respecto a asesinatos trágicos e injustos y errores que se han cometido”, le dijo a CNN. “No ayuda a la seguridad de Estados Unidos ni a las víctimas de sus políticas, porque al final, la seguridad nacional a largo plazo depende de nuestro compromiso real a nuestras leyes y valores”.