(CNN Español) – A 10 años del peor atentado terrorista de su historia, España no olvida el llamado 11-M, en el que murieron 191 personas y más de 1.750 resultaron heridas al explotar una decena de bombas en trenes suburbanos de Madrid. 

Los reyes de España presidieron este martes en la catedral madrileña de la Almudena el funeral por las víctimas del 11M, como parte de los actos de conmemoración que tendrán lugar a lo largo de toda la semana.

Aquel viernes 11 de marzo en Madrid, el transporte público se desbordaba; eran las 07:37 (hora local) cuando en la estación de Atocha se registró la primera detonación, luego otras dos en otros vagones del mismo tren.

Solo un minuto más tarde, otras tres bombas estallaron en trenes que circulaban en los extrarradios y provocaron el pánico y el caos. La red de transporte se bloqueó, las líneas telefónicas se colapsaron y los taxis tuvieron que ejercer de ambulancias ante la desbordante cifra de heridos.

Los servicios de emergencias desplegaron una operación similar a la de las grandes catástrofes, paralizando una ciudad que pasó en horas de los gritos de rabia y dolor al silencio del luto.

Pero el 11-M irrumpió también en la vida política del país. Tuvo lugar solo tres días antes de unas elecciones generales y dio un vuelco a sus resultados: en contra de los pronósticos de las encuestas previas a los atentados, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero venció al entonces presidente, José María Aznar,

a quien parte del electorado castigó a este último tras acusarlo de mentir sobre la autoría de los atentados.

El mismo 11 de marzo, el Ejecutivo atribuyó los artefactos a ETA, un grupo armado con una larga trayectoria violenta en España en su afán por conseguir la independencia de la región del País Vasco.