Por Euan McKirdy, CNN
(CNN) – Las imágenes satelitales que parecen mostrar restos del vuelo 370 de Malaysia Airlines hacen crecer las esperanzas de que los investigadores puedan acotar lo que ha parecido ser la búsqueda de una aguja en un pajar.
Según la Autoridad de Seguridad Marítima Australiana (AMSA, por sus siglas en inglés), las imágenes obtenidas y analizadas por la Organización Australiana de Inteligencia Geoespacial fueron tomadas sobre una zona remota del océano a miles de kilómetros al sureste de Australia.
Dos objetos, uno de aproximadamente 24 metros de longitud y otro alrededor de cinco metros de largo han sido visualizados, llevando esperanzas de que surja más información sobre el avión desaparecido.
La búsqueda se había extendido hasta Asia central, y por el sur y profundidades del Océano Índico. Los nuevos hallazgos dan un campo más centrado para las operaciones de búsqueda.
Sin embargo, el área sur del Océano Índico, 2.350 kilómetros al sureste de Perth, en el oeste de Australia, es un área remota, potencialmente inhóspita del mar, que no neceseriamente ayudará a las operaciones de búsqueda.
La distancia desde Australia significa que el tiempo de búsqueda de la aeronave —con el acortamiento de la zona de búsqueda— será limitado solo por un par de horas.
El clima también será un problema potencial. El primer avión ha sido enviado este jueves a la escena para examinar el sitio, reportando “poca visibilidad”, pese “a las condiciones climáticas moderadas”, según John Young de AMSA, quien habló en una conferencia de prensa este jueves. “Esto dificultará los esfuerzos por aire y satélite”.
El meteorólogo de CNN Pedram Javaheri asegura que hay una tormenta en la zona al sur del océano que se mueve por la región de la búsqueda. “Se esperan rachas de viento y poca visibilidad por lo menos en las próximas 24 horas. Este día marca el inicio del otoño, por lo que no es inusual que el clima en esta parte del mundo sea intenso.
“Tenemos una limitada información (climática) en esta esquina remota del planeta. De hecho, es tan remota que los satélites (del clima) son un poco tempestuosos en esa zona”.
La profundidad promedio en esa área del océano es de aproximadamente 3.900 metros, el cual es ligeramente menor que el promedio de profundidad a nivel mundial. La profundidad del área podría representar problemas significativos para la recuperación de los restos. Hay una coordillera volcánica bajo el agua, que podría reducir la profundidad a 914 metros.
La zona se ubica en el giro del Océano Índico, uno de los cinco más grande en el mundo. Un giro es un área circular de la corriente oceánica, en las que las aguas no circulan particularmente libres. El giro del Océano Índico es conocido por atrapar grandes volúmenes de restos del sur del océano mientras las corrientes parecen ser débiles y muestran poco movimiento por un largo tiempo, dijo Javaheri.
Sin embargo, “en estas latitudes (donde fueron fotografiados los restos)… vientos del oeste son típicamente fuertes y ciertamente podrían impactar restos de gran tamaño y moverlos con ellos”, lo que significa que los patrones de viento pueden haber influido en la ubicación de los objetos.