Por Wolf Blitzer y Sean Kennedy, CNN

(CNN) – El jueves, el presidente Barack Obama se reunirá con el papa Francisco en el Vaticano; esto abrirá un nuevo capítulo en las relaciones que se han mantenido durante siglos entre los Estados Unidos y la Santa Sede.

Si bien Obama ha elogiado el enfoque del papa Francisco hacia los pobres, los papas y los presidentes de Estados Unidos no siempre han estado de acuerdo.

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Con eso en mente, aquí encontrarás cinco sorprendentes encuentros entre el Comandante en Jefe y el Sucesor de San Pedro.

1. George Washington prohibió la quema de efigies papales  

En el aniversario del Día de Guy Fawkes, cuando una conspiración católica para asesinar al rey protestante de Inglaterra fue desbaratada, soldados estadounidenses a menudo conmemoraban la fecha al incendiar a un Papa de paja.

Pero apenas cinco meses después que George Washington asumiera el mando del ejército del Congreso Continental en 1775, emitió una orden que prohibía la expresión violenta de fanatismo anticatólico.

Washington pensó que la costumbre era “ridícula e infantil”, y que también “era insultante para la religión católica”.

La decisión de Washington “le dijo mucho al Vaticano. Prohibir un evento anticatólico le envió un mensaje muy fuerte al papado, respecto a que el gobierno estadounidense no era anticatólico”, dijo Candida Moss, profesora de teología en la Universidad de Notre Dame.

2. Un papa estuvo a punto de reconocer a la Confederación  

A la altura de la Guerra Civil, el presidente de la Confederación, Jefferson Davis, le escribió al papa Pío IX, agradeciéndole por sus amables opiniones en hacer un llamado a la resolución de la Guerra Civil.

Davis, quien había recibido educación católica, pero era protestante, también le pidió al Papa que reconociera a los Estados Confederados. A lo largo de la guerra, la Confederación había tratado, sin éxito, de obtener el reconocimiento de otros estados europeos.

“Para el Vaticano, ésta es una situación muy difícil: una parte de un país dividido ha acudido a ellos en busca de su apoyo, y esto no es algo que ocurra muy a menudo”, dijo Moss.

El papa Pío IX respondió unos cuantos meses después dirigiéndose a Davis como “Ilustre y Honorable Jefferson Davis, Presidente de los Estados Confederados de América”.

Al conferirle el título y honoríficos a Davis, el Papa aparentemente legitimó a los estados rebeldes,   señala Moss “y se convierte en escándalo en todos los periódicos de la Unión. Esto lleva a una completa ruptura en las relaciones entre los Estados Unidos y la Santa Sede”.

Lo que fue percibido como un desaire llevó al Congreso a prohibir de forma explícita todos los vínculos diplomáticos con el Vaticano en 1867.

3. El Vaticano ayudó a ponerle fin a la Crisis de los misiles en Cuba  

Con los misiles soviéticos en Cuba y con la imposición de un bloqueo en la isla por parte de la Marina estadounidense,  el Vaticano le extendió la mano en secreto a ambos lados en 1962.

El papa Juan XXII hizo un llamado en privado y luego en la Radio del Vaticano, tanto a los soviéticos como a los estadounidenses, para que llegaran a un acuerdo. Encontrar la paz no era un signo de cobardía, aconsejó el pontífice.

“Escuché que eso impresionó a Nikita Khrushchev”, dijo el cardenal Theodore McCarrick, el ex arzobispo de Washington. “El Papa está buscando la paz y ¿por qué tú no eres un hombre de paz?”

El mensaje pareció romper el hielo, y le dio a Khrushchev una salida, aunque la crisis permaneció durante aproximadamente una semana más. Los soviéticos estuvieron de acuerdo en retirar los misiles, según las exigencias de los estadounidenses, y Estados Unidos en secreto retiró sus misiles de Turquía. El Papa y el presidente salvaron al mundo del borde del abismo.

4. Estados Unidos no tuvo un embajador en el Vaticano sino hasta 1984  

En 1797, el Congreso nombró un representante informal para el Vaticano a fin de ayudar a los estadounidenses en los Estados Pontificios, el primero de 11 cónsules no oficiales que fueron nombrados. Sin embargo, el país no tuvo relaciones diplomáticas formales con la ciudad del Vaticano hasta el gobierno de Ronald Reagan.

La principal razón era el sentimiento anticatólico.

“Harry Truman expresó que le gustaría tener un embajador en la Santa Sede, pero hubo una reacción violenta por parte de los protestantes”, dijo Moss.

Aunque todos los presidentes desde Dwight Eisenhower hasta el actual han tenido una audiencia formal con el Papa, no fue sino hasta después de la visita que Reagan hizo al papa Juan Pablo II en Roma en 1982 que las relaciones formales con el Vaticano ganaron terreno.

En 1984, Reagan tuvo éxito en lograr que su amigo cercano, William A. Wilson, fuera nombrado como el primer embajador de Estados Unidos en la Santa Sede.

5. El Papa Juan Pablo II trató de prevenir la Guerra de Irak  

En las semanas antes de que Estados Unidos invadiera Irak en 2003, el papa Juan Pablo II envió a un diplomático del Vaticano, el cardenal Pio Laghi, a la Casa Blanca con un mensaje inequívoco: no invadir.

“Él llegó y trató de presentar sus argumentos”, dijo John Carr, quien en ese entonces trabajaba para la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos”, y el presidente le dio la carta a un asesor. Esa carta contenía una advertencia sobre lo que podría pasarle a Estados Unidos si invadía, y casi todas esas cosas han sucedido”.

Un año después de la visita de Laghi, el presidente George W. Bush le otorgó a Juan Pablo II la “Medalla presidencial de la libertad” en el Vaticano.

Bush tiene el récord del mayor número de reuniones con el Papa: seis.