Por Helene Bienvenu
(CNN) — Debajo de las calles de Budapest, detrás de la puerta cerrada de una bodega de ladrillos que huele un poco a moho, cuatro turistas intentan escapar lo más que pueden.
En la habitación con ellos hay varias partes de vehículos, una computadora y un walkie-talkie, que su captor utiliza para burlarse de ellos mientras un temporizador hace un conteo regresivo de sus segundos restantes.
“No pueden lograr salir por su propia cuenta”, dice Attila Gyurkovics, viendo los esfuerzos inútiles de sus cuatro cautivos a través de videos de vigilancia.
Podría sonar como si sus vacaciones hubieran salido terriblemente mal, pero en realidad los cuatro pagaron para ser encarcelados y, parece que, lo disfrutan.
Éste es el mundo subterráneo de los juegos de escape, una locura que ha arrasado Budapest, Hungría.
Los juegos ven a participantes enfrentar sus ingenios a una serie de desafíos físicos y mentales para ganar su libertad en el menor tiempo posible; bajo la mirada atenta de un director de juego todopoderoso.
Aunque los juegos de escape ahora aparecen por toda Europa, Budapest afirma ser el pionero de este entretenimiento nuevo.
Qué se necesita para jugar
La ciudad ahora organiza casi 100 versiones y la actividad está enlistada como una principal atracción en el sitio Tripadvisor.
Normalmente, los participantes se encuentran encerrados en dos o tres habitaciones semiabandonadas en un sótano de Budapest.
Allí deben buscar claves y pistas que desactivarán los mecanismos que los liberarán del laberinto.
“Es realmente divertido, te absorbes en la historia y te olvidas del resto”, dice Audrey, de Francia.
Ella sale de una de las tres zonas de desafíos separadas en Parapark, un juego de escape escondido debajo de Gondozo, uno de los llamados “bares ruina” de Budapest (4, Calle Vajdahunyad, Budapest; +36 30 619 5447).
Parapark, la propiedad del director de juegos Gyurkovics de 38 años, afirma crear el fenómeno en 2011.
“Parapark realmente es para todos”, dice, manteniendo un ojo en el monitor en el que sus cuatro cautivos todavía intentan resolver un misterio basado en una lección de manejo.
“Los niños de 12 años o menos ya pueden jugar. Un intelectual y alguien que nunca fue a la universidad también pueden desempeñarse bien”.
Gyurkovics, quien estudió estrategias de trabajo equipo en la universidad, dice que ideó Parapark como una forma de probar las dinámicas de grupo.
Dice que hay una necesidad de encontrar un equilibrio cuidadoso para atraer a los participantes sin frustrarlos excesivamente.
“Las tareas no deben ser demasiado fáciles ni demasiado difíciles”, dice. “Primero crees que es imposible resolver el acertijo, pero al final del día logras tomar los elementos que necesitas para abrir la puerta de salida”.
Coqueteando con el género del horror
Dos meses después de que Parapark fuera abierto, el extrabajador social renunció a su trabajo para enfocarse en su nueva creación.
“Parecía claro que podría ganarme la vida con juegos de escape”, dice.
Desde entonces contrató a cinco empleados y comenzó franquicias en el extranjero; un movimiento inteligente debido a que enfrenta una dura competencia de sus rivales.
Budapest ahora ofrece desafíos de escape para todos los gustos, en su mayoría cuestan aproximadamente 40 dólares (515.8 pesos) por grupo de entre dos y seis personas.
Algunos, como Underground Fear (3 Barcsay St., Budapest; +36 20 528 2191) coquetean con el género del horror.
Otros, como Code13 (44 Rottenbiller St., Budapest; +36 6 70 7027 517) o Locked Escape (10-12 Vermezo Way, Budapest; + 36 30 458 2905) toman sus pistas de Sherlock Holmes.
En una bodega de techo alto afuera de la lujosa Avenida Andrassy de Budapest está Trap (20 Paulay Ede St., Budapest) un juego de escape que recientemente encabezó la lista de TripAdvisor de atracciones en la capital húngara.
Con una galería medieval bien diseñada en un lado y un desafío de puertas corredizas con temas de faraones egipcios en la otra, Trap recibe a aproximadamente 200 grupos al mes; 90% de estos del extranjero.
Su fundador, el expropietario de una empresa de logística, Zoltan Kovacs, también va más allá de las fronteras de Hungría con pistas planeadas en Praga y Berlín.
Regresar para ver más
“El fenómeno tiene su temporada, pero nos expandimos”, dice.
Los juegos de escape parecen ser una buena inversión en Budapest, donde las bienes raíces no son costosas y la mano de obra de bajo costo abunda; sin mencionar los grandes números de visitantes que la ciudad atrae.
Kovacs dice que sus dos zonas de desafíos en la calle Paulay Ede le costaron aproximadamente 22,000 dólares (283,961 pesos).
La inversión parece rendir frutos.
“Hace dos años mi madre creyó que estaba completamente loco pero ahora cambió de opinión”, dice.
Mientras habla, una de las puertas del desafío de Trap se abre y cuatro turistas británicos, Omid, Leo, Jason y Ben salen de lo que dicen es su segunda visita.
“Nos encantó”, dice Ben. “¡Me impresionó que lo hiciéramos tan bien! Tienes muy poco tiempo para pensar por adelantado quién haría qué.
“Definitivamente regresaremos”.
De vuelta en Parapark, los cuatro cautivos de Gyorkovics todavía luchan con su desafío de prueba de manejo.
Levanta su walkie-talkie para ofrecer el tipo de consejo sabio que esperarías de alguien responsable de crear lo que pronto podría ser un fenómeno global.
“Necesitan jugar como equipo. ¡Y utilizar su cerebro! Tienen que buscar pistas”.
Helene Bienvenu es una fotoperiodista y escritora de viajes en Budapest. Es una bloguera en Spotted by Locals y es la autora de varias guías de viaje del centro y este de Europa. Tuitea en @bienvenuLN