(CNN) – La madre de dos hermanos que murieron en el accidente del vuelo MH17 de Malaysia Airlines dijo a CNN que lamenta no haber tomado en serio los temores de su hijo pequeño acerca del vuelo.
Miguel Calehr, de 10 años, murió junto a su hermano mayor, Shaka, de 19, cuando el avión de Malaysia Airlines se estrelló el jueves pasado en Ucrania, cerca de la frontera con Rusia.
Los hermanos se dirigían a la isla indonesia de Bali para pasar unas vacaciones con su abuela. Su otro hermano, Mika, de 16 años, también debería haber ido en el vuelo, pero ya estaba completamente lleno y tuvo que viajar en el siguiente avión.
Solo horas antes de que el vuelo saliera en dirección a Kuala Lumpur, Malasia, Miguel le dijo a su madre que estaba nervioso.
“Luego de ponerse en la fila para mostrar su pasaporte, regresó conmigo y me dijo ‘Mamá, te amo. Estoy feliz de ver a Oma [abuela], pero te voy a extrañar’”, dijo Samira Calehr a CNN.
Luego, cuenta la madre, le preguntó “¿Qué pasa si el avión se estrella?”
“Le dije ‘vamos no seas tonto, ya has viajado muchas veces. Todo estará bien’”.
Fue el tipo de temor que se presenta antes del vuelo, conocido por muchos viajeros, y que suele resolverse con un comentario casual que los padres en todo el mundo están acostumbrados a hacer.
Pero Calehr, una madre soltera, desearía haberle prestado más atención a sus preocupaciones: “Si tan solo pudiera retroceder el tiempo. No lo escuché. No lo sé, no tengo palabras que decir…”
Aún atónita por la tragedia que le ha ocurrido a su familia, suplica: “¿Por qué no tomaron mi vida? Ellos aún son jóvenes, aún tienen un futuro. ¿Por qué? ¿Por qué los niños? ¿Por qué no yo?”
Harun, el hermano de Samira, le dijo a CNN que su sobrino Mika era “muy valiente”, al igual que su madre y abuela.
“El dolor va y viene”, explicó. “Ellos están consternados e inconsolables en un minuto y al otro están sonriendo, recordando y hablando sobre las cosas divertidas que los niños hacían: las cosas buenas, los momentos divertidos y los recuerdos”.
Harun dijo que los chicos eran buenos estudiantes. “Eran dedicados, honestos y era divertido estar con ellos”. Sobre todo, dijo, “eran una bendición para mi hermana. …ellos eran una alegría para ella, y su razón de ser”.
La abuela de los muchachos, Yasmine Calehr, dijo que la familia estaba desconsolada: “Todos están llorando, todos perdieron algo que les perteneció, pero sentimos como si nos hubiéramos perdido a nosotros mismos también”.
Harun dijo que ahora están se centran en asegurarse que los restos de los chicos sean repatriados a Holanda, donde se les pueda dar una despedida apropiada.
“Por muy devastador que sea este proceso, nos gustaría tener una tumba, algo que poner en una tumba… traer a casa algunos restos o los cuerpos intactos”, dijo.
Mika, ahora el único hijo sobreviviente, le dijo a CNN que ha perdido a sus “mejores amigos”, pero insiste en que el vínculo que tiene con Miguel y Shaka seguirá más allá de la tumba.
“Ahora siento como si ya fueran uno conmigo”, declaró. “Ellos eran mis mejores amigos, eran mis hermanos y siento que me van a cuidar siempre”.