Por Astead Herndon, especial para CNN

(CNN) – “Soy un lienzo de mis experiencias, mi historia está grabada con líneas y sombreados, y puedes leerla en mis brazos, mis piernas, mis hombros y en mi estómago”. –Kat Von D, artista tatuadora

Los tatuajes han avanzado mucho.

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La piel tatuada alguna vez fue objeto de duras críticas como kriptonita profesional y sabotaje social, ahora se ha arraigado en la cultura dominante.

En mayo, NBC News/Wall Street Journal publicó una encuesta que determinaba que el 40% de los estadounidenses tienen a alguien en su casa con un tatuaje, habiendo aumentado de 21% que se registró hace 15 años. El año pasado, la revista Forbes decía que los tatuajes se estaban volviendo “cada vez menos problemáticos en todas partes”, incluso en el lugar de trabajo.

Pero el lugar de trabajo no parece estar preparado para los tatuajes en determinadas áreas, principalmente en el rostro, la cabeza y el cuello.

En el 2011, el 31% de los empleados de todo el país le dijo a la página web de empleos Career Builder, que tener un tatuaje visible dificultaría la probabilidad de que un candidato fuera ascendido.

A principios de este año, el reglamento 670-1 del ejército impuso nuevas normas que prohíben que los soldados exhiban tatuajes en la cabeza, cara, cuello, muñecas, manos y dedos.

“Los tatuajes son cada vez más aceptados”, dijo Alivia Foley, una artista tatuadora, de 24 años de edad, que ha estado tatuando clientes a tiempo completo durante 6 años en Seattle. “Pero aún no hemos llegado allí”.

“La gente te va a empezar a tratar de manera diferente una vez que te conviertes en una persona llena de tatuajes”, dijo Foley, quien tiene tatuajes en la cabeza y el cuello.

Los posibles empleadores, la policía e incluso los propietarios pueden ver con recelo a los tatuajes faciales, según su experiencia.

“Es solo que no creo que sean para todos”, dijo.

Los pocos aceptados  

Por supuesto, cuando Foley dice que los tatuajes muy visibles no son para todo el mundo, se refiere a todos los que quieren un trabajo profesional.

Durante años, la sociedad estadounidense ha aceptado abiertamente a las celebridades que optan por lucir tatuajes muy visibles.

El boxeador Mike Tyson, quien tenía el rostro tatuado con un símbolo tribal en 2003, fue uno de los primeros que adoptó el look. El rapero Gucci Mane dijo que se tatuó un cono de helado en la mejilla porque es “frío como el hielo” y el rapero con mayores ventas, Lil Wayne, tiene unas lágrimas y la frase “Temed a Dios” en sus párpados.

Los tatuajes del cuello se pueden ver en cualquiera, desde los jóvenes urbanos hasta los árbitros internacionales de estilo. Tanto Rihanna como David y Victoria Beckham los tienen.

Incluso el ganador del Óscar, Jamie Foxx parece haberse tatuado un símbolo tribal de forma permanente en la parte posterior de la cabeza.

“Tatuarse ha pasado de ser contracultura a algo que todos están haciendo”, dijo Foley. “Pero las repercusiones sociales todavía están allí, especialmente con tatuajes muy visibles en la cara, el cuello o las manos”.

Esto sin duda es cierto para los hombres y las mujeres que no son famosas.

El rapero canadiense Drake estaba furioso cuando un joven aficionado siguió las instrucciones de su canción “Free Spirit” y se hizo un tatuaje con su nombre en la frente.

Y mira a Jeremy Meeks, el “criminal sexy”, quien cuenta con una página de seguidores en Facebook con más de 228.000 “me gusta”, pero que le han hecho Photoshop a su tatuaje de lágrima en algunos memes de Internet.

La lágrima, a menudo asociada con la cultura de las pandillas y la violencia, no encaja con la encantadora estética de sus ojos azules de ensueño. Tal vez nuestra cultura está más dispuesta a pasar por alto los antecedentes penales, que una mancha visible de tinta.

Cualquiera que esté considerando un tatuaje facial debe ser advertido sobre las repercusiones, dijo Foley, tatuadora de Seattle.

“Si un artista tatuador no te da una charla sobre un tatuaje facial, no está haciendo su trabajo”.

Foley tatúa los rostros de sus clientes solo si ya están muy tatuados, y aun así se reúne con ellos de antemano para asegurarse que tengan una clara comprensión de los riesgos sociales.

Pero aquellos que lo deseen, de todos modos pueden tatuar su rostro, cabeza y cuello sin la asesoría y advertencia adecuada. De hecho, algunos diseños ordinarios son realizados por personas que no son profesionales en el hogar o en los centros penitenciarios.

“Honestamente, la comunidad de los tatuajes solía ser muy muy unida”, dijo. “Pero ahora puedes comprar los kits de Ebay y auto denominarte tatuador sin tener ningún aprendizaje o formación tradicional”.

‘Me siento más como yo’  

Ningún tipo de advertencia disuadió a Vin Los.

Los, un aspirante a modelo, de 24 años de edad, pasó años siendo rechazado por las agencias por su baja estatura. Al final, dice, después que una agencia de modelos de Nueva York le dijera que nunca sería contratado, decidió hacer algunos cambios en su apariencia.

Cambios drásticos.

Los tiene más de 30 frases tatuadas en su cuerpo, entre ellas, 12 en la cara. Incluyen palabras como: fama, juego, rostro icónico, sexo, lamer, Tokio y “el más famoso”.

Él calculó que inicialmente ocho artistas rechazaron sus planes de tatuaje.

“Sé que soy apasionado y vivo mi vida al máximo”, dijo. “Pero ahora no tengo que decirle a la gente ‘esto es lo que soy o estos son mis sueños’”.

“Ahora lo pueden leer y ver”.

Suena como a Kat Von D.

Los ha prosperado en cuanto a la atención que recibe de los medios, pero todavía no ha cumplido su sueño de firmar con una agencia de modelos. Él trabaja como empacador en una tienda de abarrotes de Montreal, Canadá.

“No entiendo por qué la gente me juzga”, dijo. “La gente me mira, pero nadie dice nada. Mucha gente piensa que estoy loco”.

Las reacciones de la gente, y el posterior shock de Los, no son ninguna sorpresa para Michael Mantell, un psicólogo de San Diego.

“Los amantes de los tatuajes son audaces, a menudo rebeldes y se sienten muy identificados con la tinta de su cuerpo”, dijo. “Ellos tienen un fuerte sentido de identidad y no tienen intención de ocultarse. No tienen miedo de la opinión pública y les encantaría que los demás sepan lo que creen”.

Sin embargo, Mantell, quien escribió un artículo titulado “The Psychology of Tatoos” (La psicología de los tatuajes) para la revista San Diego Magazine, dijo que esta audacia no necesariamente traduce a la comodidad con uno mismo, sobre todo cuando se trata de tatuajes muy visibles.

“Los tatuajes en la parte superior del cuerpo, en un lugar que normalmente no está cubierto, demuestran que a alguien no le importa lo que piensen los demás; no hay que confundir eso con un sano sentido de la individualidad”, dijo.

“Es más probable que sea una señal de rebeldía”.

Mantell y Foley instaron a las personas a pensar antes de hacerse tatuajes muy visibles en el rostro, cabeza, cuello y manos, citando de nuevo la exclusión general.

Pero Los dijo que nunca se ha sentido más como sí mismo.

“Durante 10 meses usé maquillaje para ocultar los tatuajes y poco a poco empecé a mostrar más”, dijo. “Soy un artista y siempre he tenido la necesidad de expresarme, ahora estoy haciendo eso con mi piel”.

Los dijo que está muy contento con su decisión y le encanta la forma en que se ve.

Él nunca se sintió parte de la sociedad, y ahora su rostro combina con eso.

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