(CNN Español) – El paradero de los 43 estudiantes desaparecidos en la localidad mexicana de Iguala, en el estado de Guerrero, sigue siendo un misterio.
Sus padres confían en encontrar con vida a sus hijos pese al hallazgo de una fosa común con restos humanos calcinados este fin de semana.
La seguridad de Iguala está ahora a cargo de las fuerzas de seguridad federales, que además participarán en la tareas de búsqueda de los jóvenes desaparecidos. Las autoridades han dicho que las fuerzas federales permanecerán en aquí hasta que se recupere la tranquilidad en la zona.
Los efectivos sustituirán a policías municipales, luego de que 22 de ellos fueran arrestados por presuntos vínculos con los hechos delictivos del pasado 26 de septiembre y la posterior desaparición de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa.
El fin de semana fueron hallados 28 cuerpos calcinados muy cerca del lugar de su desaparición, y su identificación podría tomar meses, según las autoridades.
Las autoridades de Guerrero solicitarán que se investigue a los 81 alcaldes del estado ante la posibilidad de que el crimen organizado este infiltrado en sus policías como, presuntamente, ocurrió en Iguala.
En entrevista con Mario González, el padre de uno de los estudiantes desaparecidos dijo que los familiares no confían en las autoridades de Guerrero y que depositan sus esperanzan en el trabajo del equipo de forenses argentinos que llegó al lugar.
“Pedimos que nos apoyen presionando al gobierno de la República”, dijo Mario César González.
“Ninguna autoridad distrital ha tendido la mano a los padres de familia”, aseguró.
En entrevista con José Manuel Rodríguez para Conclusiones, el analista Eric Rojo que “lo más triste es que aparentemente no hay un motivo” para lo que sucedió en Guerrero.
Rojo asegura que “hay un divorcio entre la población mexicana y sus policías”, por lo que lo más importante para el gobierno federal es destinar dinero a “profesionalizar las policías municipales”.