Por Ben Brumfield
(CNN) — ¿Único? Suni era mucho más que eso. Era vital para la supervivencia de su especie.
Es por ello que el viernes, después de que los guardias de un parque encontraron sin vida al rinoceronte blanco del norte en su choza de conservación de la fauna en Kenya, dio inicio a una breve cuenta atrás de extinción.
Suni era uno de los siete rinocerontes blancos del norte que quedan en el mundo, todos los cuales viven en cautiverio. No hay ninguno conocido que quede en libertad.
Más importante aún, Suni era uno de los dos únicos machos reproductores que quedaban, dijo el Ol Pejeta Conservancy en un comunicado.
Ahora los conservacionistas tienen un macho y dos hembras que pueden reproducirse. Y eso no sucede a menudo. Cuando Suni fue apareado con la hembra Najin en abril de 2012, era su primera vez en diez años.
Pasó un mes antes de que se apareara de nuevo. Hasta el momento no ha tenido descendencia.
Pero los conservacionistas de Ol Pejeta dicen que van a perseverar “en la esperanza de que nuestros esfuerzos algún día resulten en el nacimiento con éxito de una cría de rinoceronte blanco del norte”.
Si no, el final está cerca para esta subespecie.
Existe una subespecie relacionada llamada rinoceronte blanco del sur. También estaba casi extinta, pero los esfuerzos de conservación elevaron su número a 20,000, dijo el Fondo Mundial para la Naturaleza (en inglés WWF).
Suni tenía 34 años cuando murió, y los trabajadores de Ol Pejeta se sintieron obligados a decir que no murió por la extracción de su marfil.
Eso es lo que le pasó a la mayor parte de los miles de sus antepasados que alguna vez poblaron las sabanas del norte de África, dijo el WWF.
Ol Pejeta lo considera como “un testimonio lamentable de la codicia de la raza humana”.