(CNN Español) – Brasil decidió apostar por la continuidad de Dilma Rousseff. Serán otros cuatro años de la presidenta y 16 años seguidos del Partido de los Trabajadores.
Pero, como se había vaticinado en las últimas semanas, la Bolsa de Sao Paulo recibió la reelección con una fuerte caída y una depreciación de la moneda, el real. Además, las acciones de la estatal Petrobras también se han visto castigadas.
Así como lo han dicho los economistas y los ciudadanos, la propia presidenta reelecta reconoció que su gobierno tendrá a partir de ahora el desafío de contener la inflación e impulsar el crecimiento si quiere seguir profundizando en sus políticas de reducción de la desigualdad, que justamente han sido la bandera del Partido de los Trabajadores.
En el mandato que se iniciará el próximo enero, Rousseff tendrá la titánica tarea de conducir un país polarizado en torno a dos modelos de desarrollo: el social que, ella misma defiende, y el económico, abanderado por el opositor socialdemócrata Aeéio Neves.
Rousseff hizo un llamamiento al diálogo y a la unidad del país, pues asume un nuevo periodo con una oposición fortalecida y un Parlamento más fragmentado, algo que sin duda dificultará aun más la gobernabilidad de Brasil.
Con información de Francho Barón