Por Ollie Williams para CNN
Caen, Francia (CNN) – “¿Ves lo que voy a extrañar?”
A la princesa Haya le han tendido una emboscada. La líder de uno de los deportes olímpicos más grandes, se encuentra esquivando al jinete británico de doma clásica adaptada, Lee Pearson.
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Pearson lleva colgadas en su cuello las tres medallas de oro que ganó en los Juegos Ecuestres Mundiales en Caen, Normandía.
Mientras se inclina hacia adelante, donde Haya se encuentra sentada y sobre cuyo hombro izquierdo quedan colgando las medallas de Pearson, él le dice: “Bien señora, sé que usted fue bastante buena en el salto de obstáculos y es posible que no tenga suficientes medallas de oro, así que pensé en dejarle sentir mis preseas”.
Esto es lo que la princesa de 40 años extrañará cuando, en el mes de diciembre, llegue al final de sus dos períodos dirigiendo la FEI (Federación Ecuestre Internacional), la cual rige el deporte ecuestre mundial.
Como una de las muy pocas mujeres en ocupar una posición tan prominente dentro del movimiento olímpico, Haya es objeto de un cálido y espontáneo homenaje de parte de Pearson.
“Ella ha logrado la inclusión de muchos países que consideraban que la equitación era algo elitista”, dice el 10 veces campeón paralímpico.
“Ella nos ha mantenido dentro de los Juegos Olímpicos asegurándose de que Londres fuera un éxito tan grande, y ella lo ha modernizado. No somos jinetes, somos atletas”.
Su Alteza Real la Princesa Haya de Jordania llevó la bandera de su país en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde compitió en la competencia de saltos, a la edad de 26 años.
Cuatro años más tarde, se casó con el jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, un entusiasta de las carreras de resistencia ecuestre.
Para el año 2006, él se había convertido en el primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y ella había sido elegida para liderar la FEI.
Desde entonces, gran parte de su papel ha sido asegurar que el deporte ecuestre mantenga su lugar en el nivel más alto del deporte.
Al igual que la lucha, la equitación reivindica que sus raíces se remontan a los Juegos Olímpicos originales disputados por los antiguos griegos.
Por consiguiente, cuando la lucha libre se llevó un susto el año pasado al ser eliminada temporalmente del programa para Tokio 2020, antes de su reinstalación en una reunión posterior del Comité Olímpico Internacional (COI), podrían haber existido motivos para que la FEI se preocupara.
“Creo que habían asuntos muy específicos en torno a la decisión respecto a la lucha libre”, dice Haya.
“Pero creo que ninguna federación internacional puede considerar que su lugar es inamovible”.
“Gran parte de la razón por la que vine a la FEI a intentar modernizarla, no se trataba del hecho de que mi deporte hubiese empeorado o retrocedido, sino que otras federaciones internacionales habían avanzado mucho más rápido que nosotros”.
“Ese espíritu de competencia, ese paisaje comercialmente abarrotado, realmente existe. Las federaciones internacionales compiten por su lugar en los Juegos Olímpicos así como lo hacen los atletas, y tú tienes que garantizar que realmente tienes un deporte de alto nivel”.
Haya señala los Juegos Ecuestres Mundiales (WEG, por sus iniciales en inglés) como evidencia de que la FEI está haciendo su trabajo. La última edición del evento cuatrienal alardeó con más de un millar de caballos y jinetes procedentes de 74 países. La FEI afirma que más de quinientos millones de personas vieron al menos un poco de acción de las ocho disciplinas de la competencia.
“Nunca habíamos tenido un evento más grande que este”, dice ella. “El crecimiento que hemos tenido en los últimos cuatro años ha marcado una gran diferencia”.
“Hay un mayor porcentaje de espectadores no tradicionales en las gradas y somos capaces de exportar nuestro deporte a un nuevo público. Nuestras cifras digitales se han disparado. Nuestros atletas ya no solo actúan para la familia, ellos actúan para el mundo”.
Todo eso tendrá que ser considerado por el sucesor de Haya (posición para la cual ya se han presentado seis candidatos) en la próxima oportunidad en que el COI le pida a cada uno de los deportes que lo constituyen, que luche por su futuro.
Haya cree que es más probable que el COI se enfoque en la eliminación de una de las disciplina de un gran deporte para así lograr adaptarlo como un deporte nuevo y más pequeño en Tokio y más allá. Ella piensa que la batalla de la FEI reside en la protección de sus tres disciplinas olímpicas de doma, salto de obstáculos y concurso completo.
No es que las disciplinas olímpicas siempre hayan dominado los ocho años que Haya dirigió la FEI.
Las carreras de resistencia, una forma de perfil más bajo del deporte ecuestre enormemente popular en el Medio Oriente, son las que han presentado la mayor amenaza para su presidencia.
El deporte, en el cual los caballos pueden correr cien millas en un día, ha tenido problemas debido a una sucesión de escándalos por drogas y preocupaciones por el bienestar animal dada la inmensa distancia que involucra el deporte.
La posición de Haya fue cuestionada cuando su esposo, un campeón de carreras de resistencia, influyente criador de caballos y además gobernante de Dubai, recibió una sanción de seis meses por dopaje en 2009. Desde entonces, ha sido acusada de haber fallado al no perseguir enérgicamente las deficiencias percibidas en el enfoque de la disciplina a favor del bienestar de los caballos.
Haya, quien entregó la supervisión del deporte de resistencia a sus colegas debido al conflicto de intereses que involucraba a su esposo, dice que la FEI está “manejando muy bien” estos asuntos.
“El deporte (o quizás la FEI) ha sido muy criticado porque no ha avanzado lo suficientemente rápido”, admite ella. “Pero, por el otro lado, existen procesos y procedimientos que han sido establecidos por una buena razón”.
“No se puede reaccionar de manera precipitada. Tienes que atravesar un período de diálogo y examinar la situación desde todos los ángulos. Ellos han sido lo suficientemente fuertes como para hacer eso, y creo que han hecho todo lo posible para proteger a los caballos y la integridad del deporte”.
Por su parte, Haya dice que desearía haber sido “menos rigurosa” en su tiempo inicial en el cargo.
Y en cuanto a su posición inusual como una mujer líder en el mundo del deporte, ella cree que examinar la equidad de género solamente en las más altas esferas del poder significa buscar en el lugar equivocado.
“Creo que se hizo mucho para ayudar a que las mujeres lleguen a estas posiciones, pero para mí, lo que hace falta es la vía para ascender a través de las bases”, dice.
“Para mí fue fácil. Yo tenía mi carrera como atleta, monté caballo en unos Juegos Olímpicos, luego interactué con las federaciones nacionales. Entendí la manera en que funcionaba y pasé por una ruta de acceso”, agrega.
“Lo que falta es esa oportunidad para las mujeres que, en otros deportes, se encuentran en las bases. En tanto que hayas tenido las oportunidades en los puestos más altos, todavía existe un gran vacío en el medio”.
“Creo que en muchos sentidos, es algo dañino que exista esta cruzada permanente, el hecho de que ‘tengamos que tener mujeres’. Esto lo hace sonar como que conseguiste el trabajo porque eres una mujer, a diferencia de ser capaz de realizar el trabajo adecuadamente”.
“Hay una gran diferencia entre una persona que merece hacer el trabajo y resulta que es una mujer, y la que obtiene el trabajo simplemente porque ella es una mujer”.
El voto de la FEI para reemplazar a Haya dentro de dos meses, determinará el rumbo del deporte al menos durante los próximos cuatro años.
Dado que las organizaciones asociadas con el Medio Oriente representan una serie de importantes partidarios de la equitación (quienes fueron traídos a través de la princesa Haya y sus conexiones), existe la incertidumbre respecto a cómo se presentará el futuro financiero, si su influencia mengua y cuando esto llegue a suceder.
Sin embargo, ella ya se ha prometido a sí misma más tiempo para otros dos intereses en su vida.
En una declaración rechazando la posibilidad de presentarse para un tercer mandato, la madre de dos niños colocó como sus nuevas prioridades a su familia en primer lugar y luego el trabajo humanitario en Gaza.
“Sentí que el presidente sólo debe tener un período de ocho años y todavía siento que es importante”, dice Haya, que en algún momento había anunciado su intención de buscar un tercer mandato (una medida que algunos consideraron “antidemocrática” a pesar de que la mayoría de las federaciones nacionales respaldan las modificaciones necesarias en el reglamento.
“Como presidente, tus días de trabajo tienen que ser de 12 horas, es un trabajo de tiempo completo, y eso únicamente es en realidad posible durante ocho años, hasta que efectivamente te quedas sin ideas”, dice ella.
“El deporte es más grande que lo que cualquier federación internacional alguna vez llegará a ser. A veces, tienes la sensación de que el mundo gira a tu alrededor. Siempre he sabido que si nos detenemos, el deporte nunca lo hará. Vale la pena saber eso”.