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Por Kevin Liptak

WASHINGTON (CNN) — Es hora de desempolvar el sello de “Vetado”.

Como solo lo ha usado una vez, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tal vez necesite volver a familiarizarse con la última arma que queda en el arsenal de los demócratas.

La última vez que rechazó una propuesta de ley del Congreso fue en 2010.

Había contado con los bloqueos de la mayoría demócrata en el Senado hasta ahora. Ellos se habían interpuesto en el camino de las propuestas de ley a la que la mayoría de los demócratas se habrían opuesto. Es probable que las cosas cambien en enero, cuando los republicanos tomen las riendas del Senado.

Si los republicanos del Senado siguen los pasos de sus colegas de la Asamblea, Obama podría enfrentarse a las propuestas para derogarObamacare y a los presupuestos en los que se reducen las prestaciones, la clase de proyectos de ley que morirían rápidamente al otro lado de la avenida Pennsylvania.

“El Congreso aprobará algunas propuestas de ley que yo no puedo promulgar. Estoy muy seguro de que tomaré algunas medidas que a algunos de los legisladores no les gustarán. Así funciona nuestra democracia”, dijo Obama en una conferencia de prensa el miércoles 5 de noviembre.

Entonces: ¿qué le queda por lograr a cada facción? Estas son cuatro cosas que Obama puede hacer (y otras que no) con el nuevo Congreso:

Inmigración: Puede emitir un decreto

Los republicanos y los demócratas quieren reformar el sistema de inmigración del país. Pero la Casa Blanca y los republicanos no han llegado más allá para lograr un acuerdo con el que se incrementaría la seguridad fronteriza y se facilitarían las deportaciones.

Obama planea anunciar un decreto que, según las especulaciones, reducirá drásticamente la cantidad de deportaciones al año.

Se pretendía hacer el anuncio a mediados de año, pero para la desilusión de los partidarios de la reforma inmigratoria se pospuso hasta después de las elecciones intermedias. Ahora, la Casa Blanca anunció que lo dará a conocer a finales de año.

Aunque la medida podría enfurecer a los republicanos, no puede llegar tan lejos como una ley. Cuando la siguiente legislatura inicie sesiones, la propuesta de ley que la Casa Blanca aplaude caducará y cualquier nueva ley tendrá que pasar de nuevo por el Senado.

El decreto de Obama probablemente frustrará cualquier esperanza de que los republicanos colaboren, aunque Obama reiteró el miércoles que su decreto se anularía si el Congreso actúa.

“Si me envían una ley que pueda promulgar, esos decretos desaparecerán”, fue su mensaje para los líderes del Partido Republicano.

Sin embargo, con base en las declaraciones públicas de los republicanos del Senado, las probabilidades de que haya una propuesta de ley tras las acciones ejecutivas de Obama son reducidas, lo que significa que cualquier reforma inmigratoria ocurrirá en la siguiente legislatura, una vez que Obama haya dejado la presidencia.

Cambio climático

Si Obama no estaba logrando nada con la legislatura anterior respecto a la reducción de las emisiones de carbono, ciertamente no ganará tracción con la nueva que encabezará el senador Mitch McConnell, quien derrotó a su oponente en parte porque la retrató como aliada de Obama en su “guerra contra el carbón”.

El presidente ya ha emitido decretos para reducir las emisiones de las plantas que funcionan con carbón e implementar nuevos límites a las emisiones, lo que enfureció a los republicanos, quienes acusaron que estaba excediendo sus facultades. La Casa Blanca señaló que están contemplando implementar más medidas unilaterales para combatir el cambio climático antes de la conferencia internacional sobre cambio climático que se celebrará en París en 2015.

Pero al igual que con la inmigración, cualquier ley importante que se redacte para reducir las emisiones moriría pronto en un Senado bajo control de los republicanos.

Además, como los republicanos (algunos de ellos incluso niegan la existencia del cambio climático provocado por el hombre) encabezan los comités clave que supervisan la Agencia de Protección al Medio Ambiente de Obama, las posibilidades de que haya un cambio duradero parecen haberse reducido.

La clausura de Guantánamo: Opciones  limitadas

Las probabilidades de que cierre la prisión de Guantánamo en Cuba por medio de la acción legislativa no han cambiado: antes del martes eran pocas y ahora también lo son.

Tanto los republicanos como los demócratas en el Capitolio están evitando aprobar una ley que le permitiría a Obama transferir a los detenidos a Estados Unidos.

Aunque otros países han accedido a aceptar a ciertos prisioneros, se considera que otros son demasiado peligrosos como para liberarlos. La administración quiere encontrar sitios en Estados Unidos para albergarlos con el fin de que la vituperada prisión de la bahía de Guantánamo se pueda clausurar.

Sin la aprobación del Congreso, Obama tendría que recurrir a sus propias facultades legislativas para promover un cambio, maniobra que indudablemente provocaría que los legisladores se quejen de que está excediendo sus facultades.

Pero con ello cumpliría una de las promesas que se remontan a su primera campaña presidencial.

Economía: Necesita la ayuda del Congreso

La Casa Blanca cree que el mayor potencial de cooperación con un Senado republicano está en dos de los ámbitos de la política económica (comercio y reforma fiscal). Sin embargo, hay pocas probabilidades de que se logren acuerdos nuevos.

Dos importantes acuerdos comerciales con Europa y una docena de países asiáticos se han quedado estancados porque los demócratas del Senado se negaron a conceder a Obama la facultad de dar “vía rápida” a las negociaciones.

Les preocupa que las medidas comerciales provoquen la transferencia de empleos al extranjero. Sin embargo, los republicanos se han mostrado más receptivos a los planes que podrían beneficiar a las empresas estadounidenses.

Llegar a un acuerdo sobre los planes definitivos depende en gran medida de la voluntad de colaborar de ambas partes.

De igual forma, ambas partes están de acuerdo en que es necesario abordar el asunto de la reforma fiscal.

Obama y los republicanos quieren reducir las tasas empresariales y simplificar el Código Fiscal. Llegó un momento en el que la Casa Blanca y los republicanos afirmaban que el asunto sería el principal punto de acuerdo en caso de que el Congreso quedara en manos de los republicanos.

Sin embargo, algunos de los principales personajes ya no están en escena: el asambleísta Dave Camp, presidente republicano del Comité de Medios y Arbitrios de la Asamblea, estaba abierto a llegar a un acuerdo fiscal con Obama, pero se retirará al final de esta legislatura. Eso deja en duda si sigue habiendo posibilidades de llegar a un acuerdo. Si lo hay, sería una parte importante del legado de Obama.

Obama insistió el miércoles en que la agenda que se planteó sigue vigente.

“La única cosa de la que estoy seguro es de que estaré sumamente ocupado en los próximos años”, dijo.