(CNN) — El asedio a un café en el corazón de Sydney terminó la madrugada del martes con la muerte del hombre armado y dos de sus rehenes, pero una gran cantidad de preguntas siguen sin resolver.

“Este ha sido un incidente absolutamente horroroso y feo”, dijo el primer ministro australiano, Tony Abbott, señalando que Sydney había sido “tocado por el terrorismo, por primera vez en más de 35 años”.

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Han surgido más detalles acerca de los dos rehenes que murieron en medio de los últimos momentos caóticos del asedio, y sobre el hombre que los mantenía cautivos.

Pero con la policía investigando lo que sucedió durante las 16 largas horas de la toma de rehenes, aquí está un resumen de lo que sabemos y no sabemos acerca de los aspectos clave de la historia:

LAS VÍCTIMAS

Lo que sabemos: Las autoridades han identificado a los dos rehenes que fueron asesinados: Katrina Dawson, 38 años, y Tori Johnson, 34. Dawson, una abogada, y Johnson, el gerente de la cafetería. Dawson, madre de tres hijos, trabajaba en la calle de la cafetería. Johnson había sido empleado por Lindt por más de dos años.

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Lo que no sabemos: ¿Exactamente cómo murieron? Informes no confirmados en Australia sugieren que tanto Dawson como Johnson podrían haber muerto tratando de proteger a los demás.

La Australian Broadcasting Corporation informó que Johnson estaba tratando de quitarle el arma al secuestrador.

El Courier Mail informó que Dawson estaba tratando de defender a una colega embarazada. La policía se ha negado a comentar sobre tal información alegando que todavía está bajo investigación.

EL PISTOLERO

Lo que sabemos: El secuestrador ha sido nombrado como Haron Monis, un hombre de 50 años de edad que nació en Irán y se estableció en Australia.

El primer ministro australiano, Tony Abbott, describió a Monis como “un individuo profundamente perturbado (con) una larga historia de crimen, una larga historia de inestabilidad mental y enamoramiento con el extremismo”.

Se declaró culpable el año pasado por escribir cartas ofensivas a las familias de las tropas australianas. También enfrentaba cargos por ser cómplice de asesinato, así como más de 45 delitos relacionados con asalto sexual, según las autoridades.

Lo que no sabemos: ¿Por qué él no estaba siendo vigilado más de cerca? Abbott resumió las preguntas de muchas personas cuando se le cuestionó en una conferencia de prensa: “¿Cómo puede alguien que ha tenido una larga y accidentada historia no encontrarse en las listas de vigilancia adecuadas?”. Agregó que las autoridades australianas estarían buscando respuestas a esas preguntas “en los próximos días y semanas”.

EL MOTIVO

Lo que sabemos: Durante el asedio, Abbott dijo que el secuestrador “trató de encubrir sus acciones con el simbolismo de (ISIS) culto a la muerte”, en referencia al grupo terrorista que ha tomado el control de grandes zonas de Iraq y Siria. Según su sitio web y los mensajes en redes sociales, Monis se labró como un clérigo musulmán que defendía los puntos de vista extremistas.

Después de que se instaló en Australia, Monis “se volvió comprensivo con lo que él percibió… fue la persecución de los musulmanes y los islamistas de todo el mundo”, dijo su exabogado, Manny Conditsis, a CNN.

Pero su causa más grande, según Conditsis, era presionar al gobierno de Australia por el envío de tropas para combatir en suelo extranjero como Afganistán, donde Monis dijo que mujeres y niños inocentes fueron asesinados.

Lo que no sabemos: ¿Qué estaba tratando de lograr Monis con la toma de rehenes en la cafetería? El cuadro completo comienza a surgir tras lo que exigió a las autoridades. Los medios australianos informaron el lunes que pidió una bandera de ISIS y una llamada telefónica con Abbott. Conditsis dijo que cuando él representó a Monis el año pasado, “nunca habló de violencia física de ningún tipo”. Sugirió que algo le podría haber ocurrido en los meses siguientes que lo haya hecho “convertirse en un desquiciado”.

EL ASEDIO

Lo que sabemos: Después de alrededor de 16 horas de una disputa agonizante, la policía se movilizó tras oír disparos dentro del café, según el Comisionado de Policía de Nueva Gales del Sur, Andrew P. Scipione. ElCourier Mail informó que un francotirador ubicado en el segundo piso de un edificio situado frente a la tienda hizo la llamada que cambió el curso de los acontecimientos.

La policía cree que Monis estaba actuando solo. Además de las dos personas que fueron asesinadas, otras cuatro personas resultaron heridas por disparos y dos mujeres embarazadas estaban siendo evaluadas, dijo la policía. Todos ellos fueron reportados en condición estable.

Lo que no sabemos: ¿Qué ocurrió exactamente en el interior de la cafetería? Aunque los informes de lo sucedido surgieron en los medios de comunicación de Australia, las autoridades se están quedando con los labios apretados mientras las investigaciones continúan.

“Estamos hablando claramente con esas víctimas y estamos hablando con otros testigos. Pero esto va a tomar un poco de tiempo para reconstruirlo porque muchas de esas personas están bastante traumatizadas”, dijo el comisionado adjunto de Nueva Gales del Sur, Catalina Burn.

LA REACCIÓN

Lo que sabemos: los líderes australianos han aplaudido la reacción de sus ciudadanos que han llevado una gran cantidad de flores a la escena del secuestro como homenaje a las víctimas.

“La gente ha respondido con la decencia y generosidad típica australiana”, dijo Abbott. Los líderes musulmanes en Australia rápidamente condenaron la toma de rehenes como “un acto criminal” que no tiene cabida en el Islam.

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En medio de temores de que los musulmanes australianos podrían convertirse en el blanco de represalias, usuarios de Twitter se ofrecieron a acompañar a los musulmanes en el transporte público como un gesto de solidaridad.

Mientras tanto, la policía de Nueva Gales del Sur anunció que estaba en marcha un operativo de tres semanas a través del centro de Sydney con mayor vigilancia y presencia en lugares y transporte públicos.

Lo que no sabemos: ¿Qué nos depara el futuro? El asedio del café ha planteado preguntas inquietantes sobre la posibilidad de más de los llamados ataques de “lobo solitario”. “La tragedia de estos tiempos es que hay gente, incluso en una sociedad como la nuestra, que desean hacernos daño”, dijo Abbott.

“No somos inmunes a la violencia por motivos políticos que durante tanto tiempo ha acechado a otros países”.

En los últimos meses Australia presentó algunas de las leyes más duras contra el terrorismo en el mundo y elevó el nivel de alerta contra el terrorismo nacional.

Pero Abbott dijo que las autoridades no pueden hacer mucho para prevenir ataques sin previo aviso y conocimiento.

“Incluso si este individuo se hubiera encontrado al frente de nuestras listas de vigilancia, incluso si este individuo hubiera sido monitoreado las 24 horas del día, es muy probable, sin duda, que este incidente hubiera ocurrido porque el nivel de control necesario para evitar que la gente haga su vida cotidiana sería muy, muy alto”, dijo el primer ministro.