Por Ollie Williams para CNN

(CNN) – Por debajo de los picos nevados de St. Moritz, un grupo de almas resistentes abandonan sus esquíes y saltan sobre un caballo.

Debajo de las pistas, es el momento del polo sobre la nieve.

El invierno en el centro turístico suizo ve cómo un grupo de jugadores dedicados transforman un lago congelado en un campo de batalla de pezuñas y mazos.

“No podíamos esperar hasta que llegara nuevamente el verano, por lo que tuvimos que ser creativos”, explica Reto Gaudenzi, quien organiza el torneo.

Y si el hecho de enviar a un montón de caballos a un lago congelado te parece como una receta para el desastre, Gaudenzi señala lo siguiente: “Los caballos sobre la nieve no son algo nuevo”.

St. Moritz ha estado haciendo esto durante algún tiempo. Su evento anual de polo sobre nieve comenzó en 1985 y, desde 1907, cada mes de febrero se organiza una serie de carreras de caballos apodada el “White Turf”, donde participan no solamente jockeys sino “skijorers” quienes van detrás de su caballo, sobre esquís.

“La pregunta es cómo jugar el deporte sobre el lago, considerando los bruscos movimientos del polo”, continúa Gaudenzi.

“Las posibilidades técnicas han cambiado dramáticamente. Hace treinta años teníamos una pequeña máquina Bombardier para tratar de hacer un campo. Ahora contamos con maquinaria sofisticada para preparar la superficie. Mejor superficie, mejor polo, ese el secreto del polo”.

“Creamos el campo, al mezclar hielo con capas de nieve preparada, a fin de que no quede resbaladizo. Entonces, inventamos una herradura para el caballo, para que la nieve no se acumule en la pezuña”.

Esto se consigue gracias a una almohadilla de goma entre la herradura y la pezuña, la cual retira la nieve. Las herraduras modernas también utilizan un borde en el dedo del pie, enganchado con tacos en el talón, a fin de darle a los caballos la tracción para competir de manera segura.

Como otra medida de seguridad, los períodos del juego, o “chukkas”, son más cortos. Jugar polo en el enrarecido aire de St. Moritz es más agotador para los caballos (y los humanos) que la vida al nivel del mar.

“El polo sobre nieve es muy diferente”, dice Rommy Gianni, capitán de uno de los equipos en el evento de este año, el cual se realizó del 30 de enero al primero de febrero.

“El juego es un poco más lento –hay menos control de la bola, puesto que estás jugando en la nieve y es muy difícil tener el control– pero, mentalmente, es más rápido”.

“El juego puede cambiar de un momento a otro, de una manera más rápida, si lo comparas al juego sobre grama. Es más lento pero, de alguna manera, más difícil de jugar”.

La pelota naranja de alta visibilidad ayuda a ralentizar el juego, y también hace que sea más complicado pues es más suave y más grande que una bola de polo estándar.

“Algunos de los mejores jugadores del mundo se llevan bien con ella… otros no”, dice Gaudenzi.

“Tienes que tener un ‘swing’ diferente. Si le pegas con toda la fuerza, tiene un efecto peor. Al igual que el fútbol, tienes que tener la sensación por la pelota, es algo más sofisticado”.

“Es divertido ver cómo algunos muy buenos jugadores no se llevan bien con ella. En 30 años, hemos descubierto quién es bueno y quién no es tan bueno… e invitamos a los que son buenos”.

Esa es una cuestión de opinión.

Lo que es un tanto extraño para un deporte tan exclusivo como este, es que los dos eventos rivales de polo sobre nieve solamente se llevan a cabo cada mes de febrero, y ambos se hacen llamar la Copa del Mundo.

St. Moritz se promociona como una Copa del Mundo, y orgullosamente afirma que es la original y la mejor. Pero, en Tianjín, China, los organizadores se preparan para celebrar su propia Copa del Mundo de Polo en Nieve.

El evento chino está respaldado por la Federación Internacional de Polo (FIP, por sus siglas en inglés), el ente rector de este deporte a nivel mundial.

“Creemos que este es en realidad el campeonato mundial supremo”, dice el Dr. Richard T. Caleel, quien se retiró como presidente de la FIP a finales de 2014.

“Todos los equipos [en Tianjín] son los equipos nacionales, ellos de hecho representan a sus países, todos los jugadores tienen que ser ciudadanos de ese país. Eso es un giro para muchos de los otros torneos, en donde los equipos con frecuencia son combinados”.

El Dr. Caleel tiene razón cuando dice que en St. Moritz, los equipos suelen ser una mezcla de nacionalidades respaldados por un patrocinador importante.

Por ejemplo, en el equipo de Gianni figuró un italiano junto con un alemán y dos argentinos profesionales.

Gianni hizo su debut en St. Moritz después de 10 años de jugar polo sobre nieve.

Y Gaudenzi, el organizador, naturalmente, no escuchará nada de cualquier otra competencia por la corona de polo sobre nieve.

“Allá afuera es una jungla”, admite con una sonrisa. “Todo el mundo hace más o menos lo que quiere. Pero en los periódicos de aquí, ellos se refieren a St. Moritz como el Wimbledon del polo sobre nieve. Es el mejor torneo del mundo”.

“Visualmente, es increíble. Estás a 1.800 metros sobre un lago congelado, jugando polo en la nieve con un cielo azul. Es algo muy singular”.

“Y la comida es fantástica. Tenemos chefs de clase mundial, el champán fluye, el vodka, no hay caviar porque el lago está congelado y no podemos conseguir el pescado”, bromea.

“Si traes caviar, sin duda harás algunos amigos”.

Tendrás que pagar más de 500 dólares para llegar hasta donde están los chefs y el champán, quienes están allí para atender a todas las personalidades que llegan a St. Moritz cada año.

Pero, como señala Gaudenzi, la admisión a la tribuna junto al lago es gratuita.

“Vas a allí, compras tu salchicha, bebes tu cerveza, observas polo sobre nieve”, explica.

“Tienes la nieve, el frío, el cielo azul, las montañas —los caballos, puedes ver el vapor— es polo de alto nivel. Es el mejor torneo del mundo”.