Por Benazir Wehelie, especial para CNN

(CNN) – Desde la vista de los rascacielos en Nueva York y el sabor de los alfajores en Buenos Aires, hasta los interminables rayos de luz de París y los sonidos de Björk y Sigur Rós en Reykjavick, todas las personas comparten un viaje universal: envejecer.

Envejecer es una experiencia inevitable que consta de numerosas lecciones y cambios. Muchos de nosotros emprendemos el proceso de aprender a hablar, leer y escribir, mientras también vemos de primera mano cómo la temporada del otoño llega a nuestro propio cuerpo, nuestro pelo cambia de color y cae como las hojas de un árbol.

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La fotógrafa Irina Werning arroja luz sobre este viaje universal en “De vuelta al futuro”, una continua serie de fotografías que empezó en 2011.

Las fotos estilo retro de Werning son recreaciones de otras tomadas en momentos pasados de la vida de las personas y son una simple “celebración de fotos viejas”, dijo Werning.

La idea para “De vuelta al futuro” fue formulada cuando Werning escaneaba fotos antiguas de la boda de los padres de uno de sus amigos. Ella notó una foto en particular de la amiga de su madre e inmediatamente se enamoró de ella.

“Un día caminábamos por la calle y él (mi amigo) dijo: ‘Aquí es donde tomaron esa fotografía’. Resultó que tenía tiempo, así que me detuve ahí y empecé a pensar cómo su madre se vería hoy en día y cómo la calle habría sido antes y ahora”, dijo Werning.

Ese momento y la interminable curiosidad y amor de Wernig por las fotos antiguas con el tiempo llevó a “De vuelta al futuro”.

“Al principio, contacté a personas. Luego, el proyecto se hizo viral en Internet, así que la gente comenzó a contactarme. Con frecuencia publicaba en mi sitio web a dónde iba, y las personas me enviaban fotos antiguas de ellos mismos”, dijo Werning.

Una fotografía de Nueva York muestra a una mujer llamada Leanne, apretada en el interior de un canasto de lavandería; su sonrisa aún es tan contagiosa como lo fue en 1982.

Momentos de 1983 también vuelven a surgir. Pancho en Buenos Aires posa para un retrato; sin embargo, su corbata a rayas se ve mucho mejor luego de tantos años.

También listo para su primer plano, el ahora adulto Adrien en París parece tan feliz al estar vestido en un disfraz de vaquero, como lo fue cuando era un niño pequeño.

Y también nos encontramos con Kristin y Birta en Reykjavik, Islandia, quienes se van directo al suelo para gatear de vuelta a 1993.

Algunas fotos tienen una historia más profunda  

Werning recrea fotos antiguas de todo tipo, desde fotos espontáneas de bebés, como la foto de Leanne, hasta tomar antiguos retratos que tienen mucha historia.

“La fotografía (de Leanne) es solo una fotografía de bebé. No tiene mucha historia. Creo que ella se había metido ahí y su madre la encontró dentro, fue rápidamente a traer su cámara y tomó la fotografía”, dijo Werning.

Werning señala que la fotografía de una mujer llamada Isabella tiene una historia mucho más profunda.

“La familia de Isabella me contactó porque ella iba a celebrar sus cien años. Esta mujer era muy querida por toda la familia. Ella había escapado de Austria durante la guerra porque era judía y se trasladó a Nueva York. Todos los años, ella regresaba… a Austria y ayudaba a alguien a viajar a Estados Unidos. Es una gran fuente de inspiración para toda la familia”, dijo Werning.

Al haber tomado más o menos 400 fotos en 35 países, Werning tuvo que superar varios tipos de desafíos respecto a la estética de las fotos.

“Cada imagen es como un mundo completamente distinto. Trabajo en una gran cantidad de imágenes a la vez. A veces no encuentras algo, así que terminas haciéndolo todo. Por supuesto, no puedes encontrar la ropa o el objeto exacto, igual a la fotografía. A menudo, tengo que hacerlo o modificar algo que compro. Son muchos desafíos, pero esta es la parte que más disfruto”, dijo Werning.

No solo es la estética importante cuando se recrean fotografías, otros detalles también juegan un papel en la ejecución y efectividad de la foto. En la foto de Chris, por ejemplo, la expresión facial fue crucial para recrear la foto de su niñez.

“No lográbamos obtener la expresión correcta de Chris, hasta que me dijo que en la fotografía vieja, le estaba gritando ‘no’ a su madre. Una vez supimos exactamente lo que estaba diciendo, pudimos tomar la fotografía porque la expresión tenía que ser que ella gritara ‘no’ como en la fotografía antigua”.

Independientemente de a dónde viaja Werning para recrear fotografías antiguas, ella siempre trata de incluir algo específico en cada una de sus recreaciones. Si está en Berlín, para Werning es importante encontrar fotografías con símbolos de momentos históricos significativos, como el muro de Berlín. Si está en India, las tradiciones culturales por las que el país se conoce se vuelven esenciales, como sus bodas.

“Cuando viajo, siempre busco cosas que hablan del país… siempre trato de investigar mucho, hablo con las personas y trato de que me den tipos específicos de fotografías”, dijo Werning.

Lo que hace que la serie “De vuelta al futuro” de Werning sea tan cautivante y conmovedora es la manera en la que inicia la exploración de recuerdos, mientras al mismo tiempo evoca la imaginación.

Los espectadores tienen su propia versión sobre el envejecimiento  

Las fotos de Werning hacen que los espectadores reflexionen respecto a si hay o no una distinción entre envejecer o madurar.

Física y mentalmente, todas las personas envejecen, pero quizás en el fondo somos el mismo niño que una vez fuimos, y aún habrá incontables lecciones y cambios por venir a medida que seguimos nuestro viaje.

Werning nació en Buenos Aires, Argentina, y ha recibido muchos reconocimientos, entre ellos los recibidos por “De vuelta al futuro”, serie por la que recientemente ganó un premio Sony World Photography Award en 2012 por retratos de bellas artes.

La serie “De vuelta al futuro” también ha sido publicada como un libro fotográfico, y cuenta con fotografías y algunos de los correos que Werning ha recibido de personas de todas partes del mundo interesadas en viajar en el tiempo.

Aunque el libro está compuesto por personas que no tienen ningún parentesco, “De vuelta al futuro” es como un íntimo álbum familiar de fotos. Hay un claro sentido de individualidad escondido en la universalidad reflejada en cada pixel de cada fotografía.

“Algunas personas dicen que estas fotos los hacen reír; otras, que los hacen llorar. Veo todo tipo de reacciones. En mi caso, yo río cuando veo las fotografías, y sonrío”, dijo Werning.