Por Jeremy Diamond

Washington (CNN) –– Los oficiales del Ejército de los Estados Unidos recurren a menudo a la “evasión y el engaño”, y todo el mundo en el Pentágono lo sabe, según un nuevo estudio realizado por el U.S. Army War College.

“En otras palabras, en el desempeño habitual de sus funciones como líderes y comandantes, los oficiales del Ejército de los Estados Unidos mienten”, se lee en el estudio, el cual fue realizado por el Instituto de Estudios Estratégicos de War College.

El informe de 33 páginas, compilado tras entrevistas con funcionarios de todo el ejército, llegó a la conclusión de que la cultura del ejército está plagada de “deshonestidad y engaño” en todos los niveles de la institución… desde los más jóvenes hasta los altos funcionarios del ejército.

Los resultados del estudio surgen después de que el secretario de Defensa, Chuck Hagel –quien dejó oficialmente su cargo el martes– expresara su preocupación por la ética en el servicio militar. El contralmirante John Kirby, el secretario de prensa del Pentágono, dijo hace dos semanas que Hagel estaba “profundamente preocupado” sobre una serie de investigaciones de ética en el servicio militar.

“Creo que está preocupado en general porque, al menos, en algún nivel, podría presentarse una ruptura en cuanto a la conducta ética y en la demostración de valor moral”, comentó Kirby respecto a Hagel.

Y la semana pasada, días antes de que lo sucediera el secretario de Defensa, Ash Carter, Hagel escribió un memorándum a los líderes de más alto rango del Ejército de los Estados Unidos enfatizando la necesidad de una mayor responsabilidad y un mayor nivel de comportamiento ético, incluso entre los dirigentes de alto rango del ejército.

“La gran mayoría de nuestros principales líderes son hombres y mujeres que se han ganado el crédito especial y la confianza que el pueblo estadounidense les brinda. Sin embargo, cuando los dirigentes de alto rango pierden esta confianza debido a un comportamiento poco profesional, poco ético o moralmente cuestionable, sus acciones tienen un efecto enormemente negativo sobre la profesión”, escribió Hagel.

Hagel instó a los líderes militares a “fortalecer sus culturas” y “evaluar las brechas y cerrarlas”.

Para los altos funcionarios que recibieron el memorándum probablemente no fue nada nuevo ya que el estudio que War College publicó esta semana indicó que los dirigentes de alto rango ––tanto civiles como uniformados–– también son parte de la deshonestidad y el comportamiento éticamente cuestionable, o al menos están al tanto del mismo.
El estudio describe una “cultura donde la información engañosa es algo que se considera tanto aceptado como común” y donde los altos funcionarios no confían en la información ni en los datos que reciben… tal como el cumplimiento de determinados requisitos de formación del ejército o formularios que describen cómo se llevó a cabo una misión.

Sin embargo, según el estudio, los oficiales del ejército se enfrentan a un creciente número de requisitos y molestias burocráticas y, en lugar de trabajar con un rígido mandamás militar para reformar una onerosa burocracia, los oficiales simplemente dejan de lado esos requisitos, mienten en los formularios y a menudo justifican sus respuestas.

¿El resultado? “Los oficiales llegan a ser éticamente insensibles”, explica el estudio, el cual fue realizado por Leonard Wong, profesor de investigación en el Instituto de Estudios Estratégicos y oficial retirado del ejército, y Stephen Gerras, profesor de ciencias del comportamiento, quien ocupó puestos de mando de compañías y batallones durante sus 25 años en el ejército.

“Con el tiempo, la firma y la palabra de los oficiales se convierten en herramientas para maniobrar a través de la burocracia del ejército en lugar de considerarse símbolos de integridad y honestidad”, escribieron los investigadores. “Esta desensibilización diluye la gravedad de la palabra de un oficial y permite que la que debería ser una decisión ética se desvanezca y se convierta simplemente en otra forma en que el ejército hace negocios”.

El estudio también surge después de una serie de escándalos de ética de alto perfil que involucran el liderazgo militar de alto rango en los últimos años, desde un escándalo de fraude del año pasado en el que participan agentes de misiles nucleares y una investigación federal que sigue en curso acerca de uno de los mayores casos de corrupción en la historia de la Marina.