Por Mark Fahey
(CNNMoney) – La crisis de la vivienda en San Francisco no solo está desalojando a los arrendatarios de menores ingresos, también está desalojando a Fido.
Según la organización de bienestar animal sin ánimo de lucro de San Francisco, SF SPCA, por sus siglas en inglés, ha habido un aumento en el número de propietarios que abandonan a sus mascotas debido a que no son capaces de encontrar una vivienda que las acepte.
En el último año, una de cada cuatro personas que dejaron a sus mascotas en la organización mencionó que tenía problemas para encontrar viviendas que acepten mascotas. La organización comenzó a darle seguimiento a las cifras este año después de que el personal se diera cuenta de que los problemas de vivienda se estaban convirtiendo en un problema cada vez más común, según la portavoz Krista Maloney.
En años recientes, una afluencia de trabajadores de tecnología altamente remunerados ha expulsado a muchos inquilinos de bajos y medianos ingresos, y ha aumentado las rentas. Debido a que hay un espacio limitado para construir y a las estrictas regulaciones, la escasez de viviendas en la ciudad solo ha empeorado las cosas.
La competencia por cada apartamento es tan feroz que los propietarios pueden permitirse ser más selectivos con los inquilinos, dijo Mark Campana, presidente de Anchor Realty, el cual no permite mascotas en ninguna de sus aproximadamente 1.000 unidades.
“Ahora que el mercado se está moviendo a una alta velocidad, y ahora que hay una alta demanda por las viviendas libres, un propietario no tiene el incentivo para aceptar mascotas”, dijo Campana.
Michael Harrington, presidente de Pacific Union Property Management, dijo que si bien algunos propietarios pueden ser flexibles en cuanto a permitir perros pequeños, saben que siempre pueden encontrar otro inquilino que no tenga un animal.
“Definitivamente estamos en lo que yo llamaría un mercado de arrendadores”, dijo Harrington.
Solo porque una unidad se anuncie como un lugar que acepta mascotas, eso no significa que la ocupará un dueño de mascotas, dijo la Dra. Emily Weiss, vicepresidenta de investigación y desarrollo en ASPCA.
Eso podría explicar por qué la compañía de listado de alquileres en línea, Lovely, demostró que el porcentaje de unidades que decían que aceptaban “algunas mascotas” en realidad aumentó de 34% a 39% entre 2012 y 2014.
Las opciones de viviendas que aceptan mascotas tienden a estar más fuera del alcance de los inquilinos de bajos ingresos, dijo Weiss. Según un análisis reciente de listados, realizado por HotPads, las unidades en San Francisco que aceptan mascotas cuestan un promedio de 12% más que aquellas que no permiten mascotas. Eso se compara a un promedio nacional de 3,5% en las principales áreas metropolitanas, según encontró la compañía. Y eso no incluye los depósitos de mascotas, o un “alquiler para mascotas” adicional, los cuales pueden ser exigidos aparte del alquiler normal.
San Francisco incluso se encuentra detrás de Nueva York, donde la tasa de apartamentos que aceptan perros es casi tres veces más alta y justo un poco más de la mitad de los propietarios permiten “algunas mascotas”, según Lovely. Sin embargo, el hecho de tener mascotas en la ciudad ha enfrentado desde hace mucho tiempo los mismos desafíos que SPCA está viendo en San Francisco, dijo Sandra DeFeo, directora ejecutiva de The Humane Society of New York.
”Las personas que tienen más posibilidades tienden a encontrar lugares que los aceptarán con mascotas”, dijo.
Jackie Tom, presidenta de la compañía de arrendamiento con opción a compra RentalsinSF, dijo que hace 15 años había sido muy difícil encontrar un apartamento que aceptara a su gran danés. Hoy en día, el mercado es incluso más estresante y más caro para los propietarios de mascotas, dijo.
“Hay una gran cantidad de maravillosos propietarios de mascotas y no suficientes viviendas asequibles para ellos”, dijo Tom, quien administra 35 unidades que aceptan mascotas en la ciudad. “Pueden quedarse con sus mascotas, pero tienen que pagar un precio”.
Eric Andersen, presidente de San Francisco Apartment Association and Viking Services Corp., la cual administra unas 2.300 unidades de vivienda en el área, dijo que se sorprendería si la crisis de la vivienda realmente hiciera que la ciudad fuera menos amigable con las mascotas en general.
Él observa que muchos residentes han aprendido a eludir las restricciones de mascotas de los propietarios, al reclamar a sus mascotas como animales de asistencia, abusando así de las leyes cuyo objetivo es ayudar a las personas con discapacidades. El problema se ha extendido tanto en años recientes que Andersen recomienda que los propietarios simplemente acepten a las mascotas para que puedan tener cierto control sobre los animales en sus edificios.
“Entonces al menos te puedes proteger con un depósito de mascotas”, dijo Andersen. “Y eso sin duda pone tu relación con tu inquilino en un lugar más cooperativo”.