Por Katia Hetter
(CNN) –– ¿Te arrepientes de ese tatuaje que dice “Laura por Siempre” en tu espalda y que ahora es “Laura se fue”? ¿O quizá ese símbolo de Pac-Man que alguna vez fue genial?
O tienes una imagen que ya no se ve tan bien en tu cuerpo. Allí es donde el estudiante canadiense, Alec Falkenham, entra en acción.
Falkenham, un estudiante de doctorado en Patología en la Universidad Dalhousie en Halifax, Nueva Escocia, desarrolló una técnica que no involucra ningún láser para descomponer las partículas de tinta en la piel.
Su técnica, llamada “Eliminación de Tatuajes de Bisfosfonato Liposomal”, involucra una crema que utiliza las propias defensas del cuerpo.
Este investigador no realizó esta crema porque sea antitatuajes; de hecho, tiene cuatro y los mantendrá todos.
“Esta idea comenzó cuando me hice mi primer tatuaje y pensaba en el proceso de tatuado desde un punto de vista inmunitario”, dijo Falkenham en un comunicado de prensa. “Desde entonces, añadí tres más y actualmente no me arrepiento de ellos; pero probablemente esa es una autoreflexión, ya que esperé hasta que era mayor”.
Falkenham trabajó con la oficina Enlace e Innovación de Industria de la universidad para patentar la tecnología y obtener financiamiento para continuar su investigación.
Cuando las personas se hacen tatuajes, los pigmentos de tinta en su piel son comidos por macrófagos, un tipo de glóbulos blancos. Las células comen el pigmento para proteger a la cuestión circundante de la sustancia extraña, de acuerdo con Falkenham. Esas células forman el tatuaje que las personas ven. Los tatuajes eventualmente desaparecen cuando esos macrófagos son reemplazados por unos nuevos.
Otro grupo de macrófagos mueve algo del pigmento a los ganglios linfáticos que lo eliminan del área. La crema de Falkenham ataca esos macrófagos, acelerando el proceso de desvanecimiento natural.
Aunque la investigación inicial probó ser prometedora, se necesita más para reforzar sus resultados antes de que se pueda vender el producto.