Por Kelly Wallace
(CNN) — Si piensas: “mi hijo nunca enviará mensajes con contenido sexual (sextear)”, podrías estar equivocado.
Y si crees que los únicos adolescentes que sextean son los que tienen comportamientos de alto riesgo, como beber, usar drogas o faltar a la escuela, sigue leyendo.
Los estudios sugieren que el sexteo es más común de lo que muchos padres podrían imaginar o quieren admitir.
Según el estudio realizado por la Universidad Drexel, el cual fue publicado el año pasado por el Journal of Sexuality Research and Social Policy, más de la mitad de los estudiantes universitarios que participaron en una encuesta anónima en línea dijeron que enviaron textos sexualmente sugerentes cuando eran adolescentes.
Casi el 30% dijo que incluían fotos en sus sexteos y un sorprendente 61% no sabían que el envío de fotos de desnudos a través de texto podría considerarse pornografía infantil.
Otro estudio, esta vez realizado por la facultad de medicina de la Universidad de Texas en Galveston, determinó que aunque los estudiantes que admitieron el sexteo tenían una probabilidad del 32% a reportar haber tenido relaciones sexuales al año siguiente, el sexteo de los adolescentes no estaba vinculado con comportamiento sexual de riesgo a medida que pasaba el tiempo.
El estudio, publicado en la revista Pediatrics, encontró que los adolescentes que sextean no eran más propensos a tener múltiples parejas sexuales, a usar drogas o alcohol antes de tener sexo o a no usar métodos anticonceptivos.
El sexteo puede ser la nueva tendencia “normal” cuando se trata de la conducta sexual de los adolescentes, concluyó el estudio.
“Ahora existen algunas investigaciones, que de cierto modo convergen en el mismo hallazgo, concretamente que este no es un comportamiento extraño”, dijo Elizabeth Englander, profesora de psicología de la Universidad Estatal de Bridgewater y directora del Centro de Reducción de la Agresión de Massachusetts.
“No estoy diciendo que eso sea saludable o inofensivo, pero no es una situación en la que caen los chicos que están deprimidos o que practican los chicos que tienen muy baja autoestima”, dijo Englander, quien investigó el sexteo, así como una serie de otras conductas adolescentes para su reciente libro “Bullying and Cyberbullying” (El acoso y el acoso cibernético).
“Parece ser algo generalizado. Muchos chicos que se involucran en esto tienen un buen comportamiento y no tienen problemas; esto no es muy inusual o extraño”.
Posiblemente estés pensando: “Yo reviso los teléfonos de mis hijos. No existe ningún tipo de sexteo en esta casa”. Sin embargo, existe una gran cantidad de aplicaciones que los adolescentes utilizan para enviar mensajes que posteriormente sus padres no pueden encontrar. Snapchat, Cyber Dust, VaporChat y otras aplicaciones permiten que los usuarios envíen mensajes que desaparecen en el teléfono del remitente y de los destinatarios después de un cierto período de tiempo. Estas aplicaciones son utilizadas por chicos y adultos por igual para enviar una serie de mensajes… desde mensajes perfectamente inofensivos hasta potencialmente peligrosos.
Diana Graber, quien enseña “civismo cibernético” a estudiantes de la escuela intermedia en Aliso Viejo, California, quedó impresionada por la respuesta que recibió de sus estudiantes de octavo grado cuando, por primera vez, incluyó una clase sobre el sexteo.
Cuando les preguntó a sus estudiantes si sabían lo que era el sexteo, todos los presentes le dijeron que sí, pero lo que no sabían era cuales eran las sanciones por enviar un sexteo, como por ejemplo que podría ser procesado como un delito grave bajo las leyes de pornografía infantil en algunos estados.
“No tenían idea de cuáles eran las consecuencias”, dijo Graber, cofundadora de CyberWise.org, un sitio de alfabetización digital para padres, educadores, preadolescentes y adolescentes. “Quiero decir que literalmente fue una completa sorpresa para los 28 chicos, por lo que pensé que nunca antes alguien se había tomado la molestia de decirle a estos chicos que no podían hacer eso”.
Graber dijo que ese día experimentó otra cosa por primera vez. Algunos estudiantes querían juntarse después de la clase, lo cual se hace al final del día escolar, para hablar más sobre el sexteo y cosas relacionadas.
“Eso nunca me había pasado antes con esta clase… y me di cuenta de que yo había creado un espacio seguro para que hablaran de algo que era súper relevante para sus vidas”.
Ahora tiene planificado convertir este tema en parte del plan de estudios de su clase de “educación cívica cibernética” y considera que los padres y los educadores deben hablar con los chicos sobre el sexteo incluso cuando son más jóvenes. Debería ser parte de la educación sexual, dijo.
“Sabemos que castigarlos duramente es una acción desmesurada y muy tardía, por lo que no funciona”, dijo Graber, quien ofrece consejos para los padres sobre cómo ayudar a los niños para que tengan relaciones en línea seguras.
“Es un comportamiento adolescente muy normal… y tenemos que tomar medidas oportunas a fin de anticiparnos al problema, y simplemente tomar esto con calma para poder conversar al respecto”.
Englander, la profesora de psicología e investigadora, dice que según su experiencia, no se trata de que los adultos no estén advirtiendo a los adolescentes sobre las consecuencias penales del sexteo en menores de edad o de cuán devastador podría ser para un adolescente si la fotografía en donde aparece desnudo se hace pública.
El problema, dice, es que los chicos no escuchan las advertencias porque la realidad no se ajusta a ellos.
En un artículo en línea, ella usó el ejemplo de decirle a alguien que use el cinturón de seguridad porque en la mitad de los viajes en auto del país alguien termina saliendo a través del parabrisas. Dado que la mitad de los viajes en auto no tienen como resultado que alguien salga a través del parabrisas, puede ser que la persona no haya escuchado esa advertencia, dice ella.
“Si quieres convencer a alguien de que algo es un peligro, hay que convencerlos de que sabes de lo que estás hablando”, dijo Englander. “Así que no les puedes decir a los chicos: ‘Oh, irán a la cárcel si sextean’. No es que sea totalmente imposible, pero incluso en los primeros casos de sexteo, cuando la policía procesó chicos, estos no fueron a la cárcel”.
“La gente tiene dificultades con esto. No es que esté diciendo que no debamos enseñarles a los chicos que la pornografía infantil es un delito. De hecho, es un crimen, pero si hacemos hincapié en que ese es el gran peligro entonces habremos perdido su atención”.
Englander dijo que lo que más le preocupa no es cuán generalizado está el sexteo, sino cómo se sienten los chicos después de sextear, sobre todo si se sentían presionados a hacerlo.
En su propia investigación, dijo que encontró que el 92% de los adolescentes que dijeron que no fueron presionados para sextear informaron que no tuvieron problemas después, pero que esa cifra representa solamente el 68% de los adolescentes que se sentían presionados a hacerlo.
“Después se sentían despreciables”, dijo Englander. “Ese fue en realidad el resultado más común, que simplemente se sentían peor”.
Lori Cunningham, fundadora de Well Connected Mom, un sitio especializado en la simplificación de la tecnología para las familias, dijo que los padres deben recordarles a sus hijos sobre su propio valor.
“Y que no importa lo tentador que sea querer ser ‘querido’ por alguien, que valen más que degradarse para el disfrute de otra persona”, dijo Cunningham, quien tiene dos hijos y vive en Los Ángeles. “Si los padres no tienen este tipo de conversación, sus hijos podrían estar pasando por alguna enorme presión”.
Cunningham también dice que los padres deben participar activamente en la vida en línea de sus hijos. En un libro electrónico, ella describe los puntos que los padres deben repasar con su hijo cuando se les da un teléfono, incluyendo el establecer un acuerdo para que ellos puedan entender que se les supervisará su teléfono.
“Los teléfonos son un privilegio, no un derecho. Se les debe dar a los chicos únicamente con la expectativa de que mamá o papá estarán revisando su teléfono todos los días”.
Lo que todos los expertos creen es que los padres y educadores deberían hablar con los chicos sobre la obediencia a la ley, la protección de su privacidad y reputación, y sobre respetar el derecho de toda persona a mantener su cuerpo como algo privado, así como también sus propios valores sobre el tema.
“Tus hijos pueden involucrarse en estas cosas sin saber absolutamente nada, sin tener idea de lo que crees que es correcto o incorrecto, sin tener idea de los hechos, o bien podrías hablar con ellos sobre esto. Esas son las únicas dos opciones”, dijo Englander. No creo que en el mundo actual puedas asumir que ellos jamás se van a topar con el sexteo, que nunca lo van a ver o que nunca van a saber que eso sucede”.
“En realidad, esa es sería una suposición demasiado arriesgada”.