Tawfiqua Adan y su amiga Salwa Abdulla desaparecieron en Kenia el 13 de mayo. Su familia cree que viajó a Siria (Foto familiar).

(CNN) – La pequeña foto del pasaporte ya está muy manoseada, desgastada por tanto sacarla de la bolsa donde Rahma Adan la mantiene cerca de ella en todo tiempo… se trata de una de sus posesiones más preciadas.

Con la foto en sus manos, Rahma explica que es la de su amada hija Tawifqua. La joven mujer se muestra ataviada en un pañuelo negro, pero como todas esas fotos de familia “oficiales”, ofrece pocas pistas sobre la personalidad de quien aparece en ella.

CNNE 173440 - kenya1

Esa identidad es un rompecabezas que la familia de la joven de 20 años de edad ha estado tratando de armar desde que Tawfiqua y su amiga Salwa Abdulla desaparecieran anteriormente este mes.

Sus familias dicen que las dos chicas fueron a casa de Tawfiqua en la capital de Kenya, Nairobi, el 13 de mayo, después de las clases de ese día en una escuela islámica cercana. Poco tiempo después, Tawfiqua salió de la casa para despedir a Salwa, pero nunca regresó. La pareja no ha sido vista desde entonces.

La desaparición provocó una búsqueda desesperada por parte de ambas familias, pero no hubo rastro de las amigas.

Cuatro días después, recibieron un horrible mensaje —se cree que fue enviado por Tawfiqua a su primo— el cual decía en parte lo siguiente: “Assalam aleykum cuz, ¿cómo estás? Ahora estoy en Siria… Dile a todos que no me busquen, que estoy muy bien”.

CNNE 173441 - kenya2

Rahma dice que ambas familias quedaron devastadas por la inesperada noticia.

“Cuando recibí el mensaje, me quedé impactada”, dijo a CNN. “Me desmayé y toda la familia que estaba conmigo también estaba estupefacta y lloraba”.

Tawfiqua y Salwa, quienes eran estudiantes universitarias, son descritas por sus familiares y amigos como amables, tranquilas y musulmanas devotas.

“Cuando tiene tiempo libre, siempre lee el Corán, no ve películas”, dice Rahma, desplegando la alfombra granate y dorada que su hija usaba para rezar. “Ella ama su religión, como musulmana, ama su religión”.

A medida que los días se convierten en semanas, aún no hay una confirmación certera del paradero de las jóvenes.

Rahma se siente confundida al pensar cómo —si verdaderamente está en Siria— Tawfiqua logró salir del país sin un carnet de identificación o un pasaporte.

La policía keniana dice que ha iniciado investigaciones sobre el caso, pero también se preguntan cómo fue que las jóvenes salieron del país.

Pero si ellas han viajado al extranjero para unirse a ISIS, Tawfiqua y Salwa no son las primeras en haberlo hecho: en marzo, la policía keniana arrestó a cuatro mujeres jóvenes que intentaban cruzar la frontera hacia Somalia sin la documentación apropiada para viajar.

Las cuatro han sido acusadas en un tribunal de Mombasa de ser miembros del grupo insurgente somalí Al-Shabaab. Ellas niegan los cargos.

La policía y algunos líderes religiosos dicen que un creciente número de jóvenes kenianos están tratando de cruzar la frontera para unirse a grupos terroristas extranjeros.

Los expertos en seguridad dicen que los kenianos conforman la mayor cantidad de reclutas extranjeros que se dirigen al grupo insurgente somalí Al-Shabaab, vinculado con al Qaeda. Ellos dicen que los predicadores extremistas acechan a los musulmanes jóvenes que buscan una identidad y un sentido de pertenencia, y los radicalizan.

Rahma Adan dice que aunque para ella es difícil creerlo, existe una posibilidad de que su hija haya sido radicalizada.

“No lo sé”, admite. “Quizás es Satanás quien ha cambiado su forma de pensar. Quizá algunas personas vinieron y le dijeron algo, le contaron historias erróneas y le dijeron que quizás esto es bueno”.

Ante la pregunta de si tiene un mensaje para su hija desaparecida, Rahma hace una súplica desesperada: “Le ruego que regrese a mí, porque como madre, estoy devastada”.