(CNN Español) – El 1 de junio de 1980, Ted Turner, el hombre que fundó CNN, prometió lo que sigue:
“No vamos a abandonar hasta que el mundo se acabe. Vamos a estar en ese final y vamos a cubrir todo lo que sucede en el extremo del mundo, en vivo. Ese será nuestro último evento”. Hizo una pausa y agregó: “Y cuando llegue el final del mundo, vamos a estar allí, más cerca, antes de que todo acabe”.
Treinta y cinco años después, CNN es la historia del triunfo de la voluntad y la audacia. Y también del idealismo, en un mundo que no cree ya ni en su sombra. Porque hay que ser muy idealista y muy terco para defender una y otra vez que en televisión se puede y se debe contar lo que pasa de la mejor manera posible, sin interferencias ideológicas ni presiones económicas.
Llegué a CNN hace cinco años. Venía con un zurrón muy ligero y con la sensación de haber llegado tarde en demasiadas ocasiones, y me topé por primera vez con gente que estaba orgullosa de lo que hacía en una cadena de televisión. Y de noticias, además.
Créanme que ese orgullo de mis compañeros, que no es gratuito, es tal vez lo que más ayuda a la hora de raspar con la espátula de la lucidez la costra de la decepción cotidiana.
Cuentan que cuando en 1991 el fundador de CNN fue nombrado hombre del año por la revista Time, esgrimió la revista como una bandera y gritó: “¡Mira, papá, al final lo conseguí!”.
Estoy seguro de que más de uno en esta sala de redacción habría hecho lo mismo. Digo, si no lo ha hecho ya.