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México

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¿Votar?, ¿no votar?, ¿anular?

Por Mario González

Nota del editor: Mario González es presentador y corresponsal de CNN en Español y conductor del programa 'México Perspectivas'. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas de González. 

No te pierdas la cobertura de CNN en Español de las elecciones en México este domingo 7 de junio. Participa con la etiqueta #MéxicoVoto2015

(CNN Español) -- ¿Acudir o no acudir a votar? En esa duda nos debatimos millones de mexicanos, entre quienes me incluyo.

Es penoso ver que las campañas y candidatos no hicieron más que profundizar esa duda, con canciones, bailes, ataques poco efectivos y mensajes vacíos, pero costosos. Más de 26 millones de spots en radio y televisión son demasiado para no decir nada.

Confieso que nunca antes me sentí tan confundido entre salir a votar, no votar o anular.

A lo largo del proceso electoral conversé sobre este tema con analistas, líderes de partidos, consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), exconsejeros del Instituto Federal Electoral (IFE). Entre anulistas y abstencionistas hay razones de peso, todas válidas y tienen como objetivo cuestionar nuestro sistema electoral.

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Contradictoriamente ambas posturas, en la práctica, tienen el defecto de hacer que el sistema siga funcionando con sus propias reglas. Pero ¿cómo y por qué dar el voto a partidos y candidatos que no lo merecen, que no se lo han ganado? ¿Por qué premiarlos con mi voto? Por supuesto que tiene sentido no salir a votar o anular.

Pero hay diferencias: anular implica emitir una decisión, utilizar una boleta que, en el recuento general, jugará para el reparto de candidatos plurinominales, lo que a muchos anulistas no gustará. No ir a votar fortalece el voto duro de los partidos dominantes.
Parece un callejón sin salida en el que todas las posturas tienen sustento y hacen que la decisión sea muy íntima.

Yo en lo personal creo que iré a votar. Lo haré casi en contra de mi voluntad.

Pero el problema de fondo no es el sistema electoral; el problema es más grave, más profundo: los partidos, legisladores y gobernantes, por su pobre actuar, sus intereses personales, su falta de visión y mucho más han logrado que la ciudadanía ya no crea en la política como el instrumento para resolver las necesidades del país.

Nadie cree que gracias a los acuerdos políticos tengamos una mejor economía, más seguridad, menos corrupción. Nadie ve sus impuestos en mejores calles, transporte de calidad, más y mejores escuelas en todos los niveles.

La política y los políticos nos han fallado a la sociedad. Es lo que no ven, lo que no entienden.