El presidente Barack Obama escucha un discurso del expresidente George W. Bush, en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, el 16 de enero de 2010.

(CNN) Las cifras de aprobación sobre la gestión del presidente Barack Obama están descendiendo a medida que la actitud de los estadounidenses frente al progreso de la nación ha empeorado, de acuerdo con una nueva encuesta de CNN/ORC.

La mayoría del público nuevamente dice que las cosas en Estados Unidos están bastante mal y el índice de desaprobación de la gestión de Obama ha aumentado nuevamente a más del 50%.

De hecho, el expresidente George W. Bush es más popular que Obama.

Según la encuesta, el 52% de los adultos tenía una impresión favorable de George W. Bush, mientras que un 43% tenía una impresión desfavorable.

Cuando Bush dejó el cargo en 2009, únicamente alrededor de un tercio de los estadounidenses dijo que tenía una opinión positiva de él.  Esta nueva encuesta muestra un cambio notable, ya que el favoritismo general de Bush se ha mantenido muy por debajo del 50% durante gran parte de su periodo como presidente.

En general, el 47% dice que las cosas en el país están bien, el 52% dice que están mal.

Ese es un cambio radical comparado con los porcentajes obtenidos en marzo, cuando el 53% dijo que las cosas iban bien, y esa fue la mayor proporción en afirmarlo durante la presidencia de Obama.

El cambio se presenta en políticas partidistas y sectores demográficos y el cambio general no ha sido impulsado por las opiniones de algún grupo en particular.

El índice de aprobación de Obama ha sufrido un golpe similar.

Si bien se redujo desde abril, al pasar de un porcentaje bastante parejo de 48% de aprobación frente a un 47% de desaprobación, hasta un porcentaje con inclinación negativa de 52% de desaprobación y 45% de aprobación, el aumento de los índices de desaprobación se presenta en la política del partido, tanto de hombres como de mujeres, de personas blancas y no blancas.

¿Qué es lo que tienen en mente los estadounidenses?

La economía sigue siendo uno de los temas principales de la opinión pública, ya que un 22% la eligió como la más importante de los ocho que fueron evaluados. En comparación con el otoño pasado, menos personas la consideran como el tema más importante, ya que en ese entonces el 30% la calificó como el tema más relevante y se encuentra muy alejada de su posición dominante como el tema más importante de los últimos ciclos electorales.

Sin embargo, ningún otro problema ha acaparado la atención a medida que la economía se ha desvanecido.

La educación ocupa el segundo lugar, ya que el 17% se refirió a esta como su principal preocupación, seguida por el terrorismo con el 13%, la atención médica con un 12% y el déficit presupuestario federal con un 10%.

Un menor porcentaje consideró que la inmigración ilegal (8%), la situación en Iraq y Siria (7%) o las políticas energéticas y ambientales (6%) eran el problema más importante que enfrenta Estados Unidos.

Parte de la dispersión se debe a las diferentes prioridades temáticas por partido.

Los demócratas dividieron sus prioridades temáticas en términos generales, el 19% dice que la economía, el 18% mencionó la atención médica y educación, y alrededor de 1 de cada 8 citó el terrorismo (12%) y las políticas energéticas y ambientales (11%).

En el caso de los republicanos, surgió un conjunto diferente de temas, ya que un 20% mencionó la economía, un 17% el terrorismo, un 12% el déficit presupuestario federal y la situación en Iraq y Siria, mientras que el 10% mencionó la atención médica y la inmigración ilegal. Solo el 8% de los republicanos mencionaron la educación como la prioridad más importante.

También existe una brecha de edad en la prioridad de los problemas.

Los adultos más jóvenes tienden menos a considerar que la economía es el problema más relevante. Solo el 16% de las personas menores de 35 años dice que la economía es el asunto más urgente, alrededor del doble (33%) mencionó a la educación.

Sin embargo, entre las personas mayores de 65 años de edad, el terrorismo y la economía alcanzaron casi los mismos porcentajes como amenazas más relevantes, ya que el 21% dice que es el terrorismo, mientras que el 20% dice que es la economía. Sin embargo, para las personas entre 35 y 64 años de edad, la economía sigue siendo el asunto más importante.

Se vislumbra un destello de positivismo en la encuesta a pesar del cambio drástico general hacia el pesimismo.

Si se compara con las respuestas de hace un año, ahora más personas dicen que la economía del país se está recuperando o que ya se recuperó. La mitad (50%) dijo eso en la nueva encuesta, un porcentaje mayor comparado con el 43% que lo afirmó en el mismo período del año pasado. Aun así, casi una cuarta parte (23%) considera que la economía aún se encuentra en una recesión y que está empeorando.

A pesar de que el público le está prestando atención a la economía, quizá este no sea el problema que esté haciendo caer los índices de aprobación de Obama.

Si bien la evaluación del público en relación a su manejo de la economía es casi igual a la de febrero, él ha perdido terreno en su manejo de ISIS (hasta 8 puntos desde febrero).

La mejor calificación de Obama en cuanto a los problemas se deriva de su manejo de las relaciones raciales: el 50% dice que lo aprueba y el 47% lo desaprueba, mientras las peores calificaciones las obtiene en cuestiones que sus partidarios tienden más a desaprobar.

Por ejemplo, el 63% de su índice de desaprobación en el manejo de ISIS incluye la desaprobación por parte del 34% de los demócratas; en el caso de la vigilancia gubernamental de los ciudadanos de Estados Unidos, el 67% lo desaprueba en general, incluyendo el 44% de los demócratas.

Cuando se les pidió sus opiniones sobre los expresidentes que aún viven, los estadounidenses escogieron a Bill Clinton y George H.W. Bush como los más populares del grupo, ya que un 64% tenía una opinión favorable de cada uno de ellos.

Jimmy Carter obtiene un índice de favoritismo del 56% y George W. Bush alcanza un favoritismo mayoritario con un 52%. Esa es su calificación más positiva desde abril de 2005. Las calificaciones de favoritismo de su padre también han aumentado en el último año, comparadas con el 58% en junio del año pasado hasta un 64% en la actualidad.

Clinton y Carter se han mantenido estables desde el año pasado.

Los estadounidenses ven al actual presidente con menos positivismo que a todos sus predecesores.

El público se divide en un porcentaje de 49% a favor y un 49% en contra de Obama, un poco peor que las calificaciones obtenidas en marzo, 52% a favor y 46% en contra, pero es similar a otros datos de favoritismo de las encuestas que CNN/ORC ha realizado durante todo el último año.

El partido del presidente sigue siendo visto de forma más positiva que el Partido Republicano, según la encuesta. En general, el 47% tiene una impresión positiva de los demócratas, el 41% de los republicanos.

La encuesta de CNN/ORC fue realizada por teléfono del 29 al 31 de mayo, entre una muestra nacional aleatoria de 1.025 adultos.