(CNN) – Después de cada espantoso crimen que nos impacta, la siguiente pregunta que a menudo nos hacemos es: “¿Cómo podría alguien hacer tal cosa?”
Si el criminal es un psicópata, la respuesta es muy sencilla. Ellos no sienten empatía o culpa. Así que en lugar de preguntar: “¿Cómo pudieron hacer esta cosa tan horrible?”, la pregunta más pertinente podría ser: “¿Cuándo empiezan a hacer cosas horribles?”
Qué define a un psicópata
Los psicópatas son mentirosos patológicos, manipuladores y personas encantadoras. Poseen una evidente falta de remordimiento por sus malas acciones, no pueden aceptar la responsabilidad de las mismas y carecen por completo de empatía. Son impulsivos, irresponsables y buscan una estimulación constante. Muchos son terriblemente violentos y “es muy común que sus motivaciones involucren gratificación sádica”, según un boletín del FBI dedicado al trastorno. “El psicópata es un depredador intraespecífico”, según se indica en el informe.
Los psicópatas se encuentran en todos los países, pertenecen a todas las razas y la mayoría son hombres. Según varios estudios, aproximadamente el 1% de los hombres en Estados Unidos posiblemente son psicópatas y muy probablemente exhibirán los síntomas a una edad muy joven. Esos signos son clave… no se conoce ninguna cura para la psicopatía en un estado avanzado.
¿Acaso es una condición que no tiene tratamiento?
Los investigadores continúan buscando un exitoso plan de tratamiento, pero “no contamos con terapia para eso y no se sabe de ninguna píldora para el tratamiento de la psicopatía”, dijo Mary Ellen O’Toole, exagente del FBI que ha escrito extensamente acerca de los psicópatas.
Cualquier intento de terapia tiene que ser cuidadosamente estructurado y controlado, en particular en el caso de un psicópata criminal, ya que ellos están provistos de la habilidad y motivación para actuar más como un depredador que un paciente. Para ellos es fácil identificar debilidades en sus terapeutas y fingir progreso para acortar el tratamiento.
Los psicópatas no buscan tratamiento por su cuenta, dijo Robert Hare, quien ha estudiado la psicopatía desde hace más de 40 años y desarrolló la escala utilizada para medirla. Él explicó que los psicópatas, quienes no sufren ningún dolor psicológico o físico, no creen que tengan algo que deba ser arreglado.
¿Habrá siquiera un tipo de tratamiento que pueda recibir un psicópata? “Podrías intentar entrenarlos para sentir emociones”, dijo Hare, “pero eso es como tratar de entrenar a un gato para que sea un ratón. Ninguno de los programas parece funcionar, excepto los que cambian los problemas de comportamiento. Podrías estimularlos para que vean las cosas por sí mismos de una manera diferente y para desarrollar un interés propio”. Además, para lograr eso, la detección temprana es fundamental.
Señales de advertencia
“Si le das una mirada retrospectiva a la infancia de cualquier delincuente, encontrarás una historia muy larga”, dijo Hare, autor de “Without Conscience: The Disturbing World of the Psychopaths Among Us” (Sin conciencia: el inquietante mundo de los psicópatas que están entre nosotros). Para el psicópata violento, una señal temprana podría ser la crueldad con los animales o una total falta de interés en otros niños, como burlarse de ellos o incluso hacerles daño.
Va más allá de las típicas discusiones en la escuela o peleas entre hermanos. “El comportamiento tiene que estar bastante fuera de lo normal”, dijo Hare. Aunque los niños no están etiquetados como psicópatas, los indicadores que predicen una alta probabilidad de que un niño desarrollará una personalidad psicopática incluyen muchas de las mismas características: falta de culpabilidad, falta de empatía, falta de preocupación por su rendimiento y emociones superficiales o falsas.
Con el tiempo, el comportamiento demuestra ser mucho más severo que el egoísmo típico de la infancia. Incluso en comparación con los niños con otros trastornos de conducta o problemas psicológicos, un niño que posee estas características y que podría ser calificado clínicamente como “insensible-indiferente” resistirá a sus padres, maestros y compañeros.
Para identificar a un psicópata o un niño que tiene el riesgo de desarrollar la psicopatía, se debe hacer un examen de su comportamiento e interactuar con el niño durante entrevistas prolongadas con base en listas de verificación y escalas desarrolladas por Hare. No existe una prueba médica rápida que pueda dar un veredicto definitivo sobre si alguien es un psicópata o hasta qué grado puede serlo.
Sin embargo, las exploraciones mediante resonancia magnética funcional han demostrado algunas diferencias funcionales en los cerebros de los psicópatas, sobre todo en la corteza frontal y el sistema límbico.
La psicopatía también es una condición hereditaria, según J. Reid Meloy, psicólogo forense y autor del libro “The Psychopathic Mind” (La mente psicopática). “Mientras más grave es la psicopatía, existe una mayor probabilidad de que el trastorno sea heredado a los hijos”, dijo.
Hare estuvo de acuerdo con eso y agregó: “Hay factores genéticos involucrados. Existe una enorme evidencia que indica que la psicopatía es una interacción entre la genética y el medio ambiente”.
Intervención temprana
En la búsqueda de un plan de tratamiento o de manejo de la psicopatía, la “intervención temprana realmente ha sido lo único que ha demostrado ser eficaz”, dijo Matt Logan, otro destacado investigador en el campo y un antiguo psicólogo penitenciario
Una intervención intensiva, regular y a largo plazo es clave, tanto por parte de los padres como de los maestros. Los programas pueden utilizar la terapia cognitivo-conductual, terapia de grupo u otros métodos. Dado que los niños que muestran altos niveles de rasgos insensibles-indiferentes también suelen tener niveles muy bajos de miedo y ansiedad, por lo general no tienen un cambio de comportamiento positivo al usar los programas que enfatizan la disciplina. Ellos son más propensos a responder bien al refuerzo positivo y a los programas orientados hacia la recompensa.
Aunque existe cierto debate, muchos investigadores creen que es importante identificar a los niños que necesitan esta ayuda personalizada, incluso ante el riesgo de calificarlos de forma estigmatizante como una persona insensible-indiferente, o más adelante, un psicópata. El objetivo, dijo Hare, “es lograr que estos niños actúen más en línea con lo que la sociedad espera”.
Y como Hare señala: “No todos los psicópatas son criminales. Están en los negocios, el gobierno, la academia y los medios de comunicación. Encontrarás una gran cantidad de estas personas, pero no están cometiendo actos delictivos. Ellos se aprovecharán de la gente”.
Quizá si los psicópatas potenciales, a una edad muy joven, cuentan con las herramientas para obtener lo que quieren dentro de las leyes y las expectativas de la sociedad, una mayor cantidad de ellos podría vivir de forma extraordinariamente productiva.