(CNN)– Nacho Figueras. Es muy probable que no conozcas el nombre, pero probablemente reconocerás el rostro.
Te observa desde las páginas de incontables revistas y adorna las vallas del mundo como el rostro de la marca de moda de lujo Polo Ralph Lauren.
Figueras es la respuesta del polo a David Beckham; es un ícono del deporte en su país de origen, Argentina, quien va más allá de su trabajo primario como jugador profesional de polo.
Es amigo de los príncipes Guillermo y Enrique, en una ocasión fue votado como el segundo hombre más guapo por la revista Vanity Fair (después del actor Robert Pattinson) y ha aparecido en la serie de televisión “Gossip Girl”.
Además, opera su propio programa de crianza de caballos para el polo en Argentina —cría entre 70 y 80 caballos al año— y utiliza su estatus para trabajar en obras benéficas de amplio espectro.
Respecto a la analogía con Beckham, él dice lo siguiente: “No sé si es cierto. La comparación quizá proviene de qué tanto ha hecho Beckham para promover el fútbol en el mundo. Él se ha convertido en una persona que va más allá del fútbol”.
“Tienes a Lionel Messi como el mejor jugador del mundo, pero él juega fútbol, va a casa, entrena. Para Messi, el fútbol es su trabajo, pero el trabajo de Beckham es más extenso que eso. Él y su esposa obviamente están muy conectados en el mundo de la moda”.
Figueras está muy consciente de su omnipresencia en las salas de espera, en los puestos de revistas y en los aeropuertos de todo el mundo.
Cuando habló con CNN en una entrevista por teléfono desde California, donde actualmente está jugando al polo, dijo lo siguiente sin un ápice de arrogancia: “Es muy poco común que abras una revista y yo no aparezca en una de las fotografías”.
Pero no cometas el error de decir que Figueras es modelo. “No soy modelo, soy jugador de polo”, dice, describe el trabajo de Ralph Lauren como promociones y se define como un embajador de marca y no un modelo. “Los modelos están en la pasarela”.
La trayectoria del argentino hacia tal trabajo secundario empezó a petición del célebre fotógrafo Bruce Weber. Él le presentó a Figueras, quien en ese momento jugaba al polo en los Hamptons, a Ralph Lauren en 1999.
Un año después, empezó a trabajar para Ralph Lauren antes de convertirse en el rostro de Ralhp Lauren Black Label en 2005. Ha estado contratado por la compañía estadounidense desde entonces.
Fácilmente admite que sus conexiones con la marca le han abierto puertas, lo que le permite involucrarse en obras benéficas, quizá más notablemente con Sentebale, una organización benéfica cuyo cofundador es el príncipe Enrique y la cual ayuda a niños afectados por la pobreza en Lesoto.
Por medio de ese trabajo y de su amor compartido por el polo, él ha pasado mucho tiempo con ambos príncipes británicos, aunque se muestra reacio a exagerar su relación.
“Eso es algo que tendrás que preguntarles a ellos”, dice ante la pregunta de si los considera sus amigos. “Me encanta trabajar con Enrique y con la organización benéfica, y poder retribuirle a las personas”.
“Ambos están muy comprometidos con retribuirle a los demás, y el polo es una buena plataforma para que lo hagan, ya que han crecido con el deporte”.
Ambos hermanos son jugadores exitosos, dice Figueras —Enrique es un jugador atacante, y Guillermo es más fuerte en la defensiva— “como jugaban desde que eran pequeños, son muy buenos”.
En cuanto a Figueras, sus propios estándares han decaído un poco. Una vez tuvo un hándicap de ocho (10 es el más alto en el deporte), ahora su hándicap es de seis, pero aún está clasificado entre los mejores 100 jugadores del mundo y, a dos años de cumplir 40, no tiene planes de retirarse del deporte.
“El polo es la actividad número uno, eso es lo que hago”, añade. “Aún es el 90/95% de mi tiempo y aún soy joven, bien, tal vez no tan joven, pero aún soy joven, así que quiero jugar”.
“Crecí jugando polo y a la edad de 14/15 años decidí que quería dedicarme a eso. Para empezar, me encantaba la velocidad y la adrenalina, pero ahora los caballos son una gran parte de eso para mí”.
Ese amor por los caballos ha dado lugar a su programa de crianza, Cría Yatay, a partir del cual puede vender a los mejores caballos por hasta 100.000 dólares, aunque su jornada diaria queda a cargo de otros.
En contraste con Estados Unidos y el Reino Unido, donde el polo tiende a reservarse para la élite, el polo en Argentina es más accesible para otras personas de un amplio rango de orígenes.
Y su fama mundial le ha dado una cierta cantidad de notoriedad en Argentina, aunque él se ríe de todos los paralelos establecidos entre él y el ícono del deporte número uno de Argentina.
“En Argentina, el fútbol es el rey y él es el mejor jugador”, dice Figueras. “No creo que puedas comparar a ningún atleta con Messi; él simplemente está a otro nivel. El polo es grande en Argentina pero Messi es enorme”.