Nota del editor: Félix Sánchez es presidente y cofundador de la Fundación Nacional Hispana para las Artes.
(CNN) — Llamémosle Primavera Latina.
No hubo manifestaciones masivas en las calles, pero los manifestantes latinos se agolparon en internet. ¿En qué se centraron? En los hirientes comentarios antimexicanos que hizo recientemente el aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
Los latinos se unieron en las redes sociales a lo largo de las dos semanas pasadas para condenar, conspirar y tomar represalias contra Trump con tal fervor que causaron que tres empresas de medios de comunicación multimillonarias le dieran la espalda: Univision, NBC y Televisa.
Además, la cadena de tiendas departamentales Macy’s anunció el 1 de julio que retiraría la mercancía de Trump luego de que 700.000 personas firmaran una petición en el sitio web MoveOn.org.
Los comentarios de Trump produjeron algo que probablemente él y otras personas no pretendían, ni esperaban: la movilización de los latinos residentes en Estados Unidos y más allá.
Fue una muestra masiva de cero tolerancia a los comentarios hirientes que lleva el impulso de una población en rápido crecimiento que representa un poder adquisitivo de 1.5 billones de dólares.
Los millenials conectados y bilingües ayudaron a encabezar el cambio. Fue la primera vez en la historia de la defensa de los derechos de los latinos en Estados Unidos que surgió una respuesta tan efectiva desde abajo.
Algunas empresas tomaron nota. Más les vale a los aspirantes a la presidencia que hagan lo mismo.
Hagamos una pausa para recordar qué dijo Trump cuando anunció su candidatura presidencial: “¿Cuándo venceremos a México en la frontera? Se ríen de nosotros, de nuestra estupidez. Ahora nos están derrotando económicamente. No los están enviando a ustedes. Están enviando a gente que tiene muchos problemas y traen estos problemas consigo. Están trayendo drogas. Están trayendo delincuencia. Son violadores. Asumo que algunos son buenas personas”.
La comunidad latina no iba a aguantar esto estoicamente y actores y cantantes salieron a las calles virtuales a denunciar a Trump.
La lista de manifestantes inició con J. Balvin, Roselyn Sánchez y Cristián de la Fuente, de ascendencia colombiana, puertorriqueña y chilena, respectivamente. Todos estaban contratados para participar en el certamen Miss Estados Unidos el 12 de julio, pero se retiraron por cuestión de principios. Cheryl Burke, Thomas Roberts y Natalie La Rose también se retiraron de la transmisión como muestra de solidaridad con los latinos y México se retiró del concurso Miss Universo.
Los artistas latinos Juanes, Shakira, Maná y Eugenio Derbez brindaron su apoyo en videos y con comentarios en sus conciertos. En solidaridad, Ricky Martin cambió la sede del torneo de golf de su fundación, que originalmente se jugaría en un campo de golf de Trump en Puerto Rico. Algunos patrocinadores de Miss Universo, como Farouk Systems Inc., se retiraron del concurso Miss Estados Unidos.
Los latinos recurrieron a Facebook y Twitter en español e inglés y a miles de plataformas de organizaciones latinas, en donde muchos se sintieron motivados a firmar la petición de protesta en el sitio web Change.org que inició Guillermo Castañeda, originario de El Paso. La petición recabó más de 200.000 firmas en menos de tres días.
Sin embargo, los aspirantes a la presidencia estadounidense se hicieron los desentendidos en gran medida. Jeb Bush, cuya esposa nació en México y cuyos hijos son mexicoestadounidenses, era el que estaba en mejor posición para arremeter contra Trump, pero prefirió dar una respuesta tibia: “No estoy de acuerdo con él. Creo que se equivoca. Así de simple”.
Ted Cruz y Marco Rubio, ambos cubanoestadounidenses, pudieron haber aprovechado el momento y salir a toda prisa a defender a sus hermanos mexicoestadounidenses de las acusaciones, pero Rubio calló y Cruz respaldó los comentarios de Trump.
Si Trump hubiera insultado a las mujeres, podríamos imaginarnos que cada uno de los candidatos presidenciales habría reaccionado inmediatamente y condenado los comentarios, pero si llamas “violador” a un mexicano, al parecer la respuesta es: ignoren a ese payaso.
En el discurso de inauguración de campaña que dio hace poco en Nueva York, Hillary Clinton dijo que “pelearía por los estadounidenses comunes”. Entonces ¿por qué en una entrevista para la difusora pública KNPB criticó la “reciente entrada en la campaña presidencial republicana de [alguien que] dijo cosas muy incendiarias sobre los mexicanos” pero se negó a nombrar a Trump? ¿Esta es la respuesta de una luchadora?
Piensen en lo que habría ocurrido si se hubiera puesto los guantes de box y hubiera noqueado a Donald Trump en nombre de los 55 millones de latinos que viven en Estados Unidos. Piensen en toda la credibilidad que habría ganado. ¿En dónde estaba Bernie Sanders? Tomándose una siesta, supongo.
Las palabras de Trump, aunadas a la reacción débil o nula de los otros candidatos a la presidencia y de los funcionarios electos, crearon una sensación de desprecio, una falta de respeto que viven millones de latinos en las Américas.
Pero Univisión fue la primera que reconoció y midió precisamente el sentir de su público.
Determinó que no podía simplemente alejarse de Trump como la NBC intentó hacer en un principio, sino que necesitaba divorciarse totalmente de él como muestra de solidaridad con los latinos.
Eso puso en un dilema a la NBC. Si la cadena seguía haciendo negocios como siempre, se arriesgaba a que su propia cadena en español, Telemundo, nunca pudiera volver a competir por los televidentes latinos con Univisión. Al final, el sentido empresarial y la lógica prevalecieron y la NBC se deslindó de Trump.
¿Qué significa todo esto? Significa que las campañas presidenciales, al igual que muchas entidades corporativas, están “metidos hasta el cuello” con los latinos, para citar a un expresidente de Estados Unidos.
Al parecer, estas campañas no tienen un auténtico movimiento de contacto con la gente de las bases.
Si sus estrategas políticos no vieron (o peor aún, no entendieron, como lo hicieron las grandes corporaciones) que los comentarios de Trump les dieron la oportunidad de cautivar la mente y el corazón de los latinos de todo el país, entonces pueden estar seguros de que la Primavera Latinavolverá a surgir para hacer las correcciones necesarias.
Hasta entonces, seguiremos muy atentos.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Félix Sánchez.