(CNN) - Esto es algo que puedes incluir en tu lista de cosas por hacer antes de morir, aunque para algunos tiene demasiada temática de muerte.
Un hotel en Maine está dando a conocer una nueva atracción fantasmal: una habitación en una cripta cuyo último ocupante fue un sacerdote católico cuyos restos terrenales reposaron ahí durante más de 100 años.
La tumba subterránea es parte del recién inaugurado hotel boutique “Inn at the Agora”, el cual fue adaptado de lo que antes era la rectoría de la iglesia de St. Patrick en Lewiston, Maine.
El propietario Andrew Knight afirma que la habitación será la primera de su clase en Estados Unidos, y posiblemente en el mundo.
Se han añadido las comodidades modernas para acomodar a los primeros huéspedes con vida de la cripta.
La cripta viene con accesorios originales, una televisión con una selección de 60 películas clásicas de horror, un área de estar y un ataúd de pino hecho a la medida, lo suficientemente grande como para acomodar a dos personas.
La puerta de entrada tiene una cerradura para mantener a los espíritus intranquilos afuera —o adentro— y cuenta con un conducto en la pared al este para liberar los gases emitidos por la descomposición, aunque probablemente no estarás ahí durante tanto tiempo como para necesitarlo.
Y ¿qué hay debajo de esa losa de hormigón que albergó el ataúd de un sacerdote durante más de un siglo?
“El propio miedo”, dijo Knight. “No sentí escalofríos sino hasta que vi debajo de esa plataforma”.
Cuentos de la cripta
El monseñor Thomas Wallace fue el primer sacerdote de la iglesia y supervisó su construcción.
Él amaba tanto el lugar que hizo que se construyera una capilla funeraria y una cripta para que él pudiera ser enterrado ahí.
En 1907, su deseo se hizo realidad.
Después de un descanso de 102 años, Wallace salió de ahí en 2009 cuando la iglesia fue cerrada y su cuerpo trasladado a un cementerio cercano.
Una reciente subasta en eBay para ser el primer huésped de la cripta desde Wallace se acordó en 760 dólares.
Hora de salida
Wallace podría haber sido capaz de descansar en paz durante más de un siglo, pero los huéspedes de hoy deben dejar la habitación antes de las 2 a.m.
Esto se debe a un alboroto corporal más que espiritual.
La cripta no tiene baño, así que solo está autorizada para entretenimiento y uso novedoso.
La tumba debe ser reservada junto con una estadía en el hotel principal.
El paquete “Haunted Tour” incluye una peregrinación a la ciudad cercana de Bangor, el hogar de Stephen King, el maestro de lo macabro en Maine.
Para quienes todavía tengan apetito, está la opción de disfrutar de una “última cena”, la cual por supuesto se sirve a la media noche.
Con humor negro, el encargado Jan Barratt nos asegura que el menú no está “escrito en piedra”.
Knight insiste en que Wallace estaría encantado al saber que están salvando el edificio y se le está dando un nuevo propósito.
“En el peor de los casos, lo habría ignorado como una molestia menor, o en el mejor de los casos, se habría reído ante lo ridículo”, dice.
El elevado precio de la cripta, el cual va desde 290 dólares la noche más 140 dólares por la estadía en el “Inn at Agora” podría hacer que algunas personas se mueran del susto, pero oye sólo se vive una vez.