El papa Francisco en la plaza de San Pedro durante su audiencia general de los miércoles.

(CNN Español) – En su audiencia general este miércoles, el papa Francisco habló sobre la familia e hizo énfasis en la situación de aquellos que se divorciaron y ahora tienen otra pareja.

“La Iglesia sabe bien que tal situación contradice el Sacramento Cristiano”, afirmó el papa. Sin embargo, añadió, la Iglesia, como una madre, siempre busca el bien y la salvación de sus hijos.

Francisco dijo que es importante que la Iglesia le dé una bienvenida a estas nuevas familias en la comunidad y que siempre debe cuidar a las personas en esta situación, especialmente los niños, según reportó el portal de noticias del Vaticano.

El papa hizo énfasis en que los divorciados y quienes se han vuelto a casar no están excomulgados y que siguen siendo parte de la Iglesia. Francisco añadió que la Iglesia debe apoyarlos y animarlos a que participen con sus familias en la vida católica.

“Hoy nos referimos a la situación de aquellos que tras la ruptura de su vínculo matrimonial han establecido una nueva convivencia. Estas personas no están excomulgadas como algunos piensan, ellas forman parte de la Iglesia”.

“Debemos tener la actitud del Buen Pastor, aquel que conoce a cada una de sus ovejas y no excluye a nadie de su amor infinito”, finalizó el Pontífice.

En julio de 2013, Francisco ya se había pronunciado sobre este asunto.

“Creo que este es un tiempo de misericordia, un cambio de época”, dijo al respecto, y en ese entonces añadió que el grupo de 8 cardenales encargados de la reforma eclesial estudiará la cuestión de si los divorciados pueden recibir la comunión, de la que actualmente están impedidos.

En 2014, un comerciante de la Ciudad de San Lorenzo, a unos 300 kilómetros de Buenos Aires, Argentina, aseguró que su esposa, Jacquelina Lisbona, recibió una llamada muy especial: del papa Francisco, quien la habría animado a comulgar, a pesar de haber formado una familia con el hombre divorciado, razón por la cual a ella no le permitían recibir la eucaristía.