Un foto aérea de la zona de Hiroshima luego de que fuera detonada la primera bomba nuclear.

(CNN) – La primera arma nuclear del mundo fue utilizada en la guerra hace 70 años el 6 de agosto de 1945, exactamente a las 8:15 a.m.

Esa sola bomba mató a unas 140.000 personas y destruyó la ciudad japonesa de Hiroshima.

Al ser testigo de la destrucción, Robert Lewis, el copiloto del bombardero estadounidense “Enola Gay”, escribió después: “Dios mío, ¿qué hemos hecho?”

Ese horror, encapsulado por esas pocas palabras, sigue resonando en todo el mundo.

Hiroshima y el posterior bombardeo de Nagasaki el 9 de agosto de 1945, sigue siendo la única vez en que se usaron las armas atómicas de destrucción masiva en un conflicto. Efectivamente terminó con la Segunda Guerra Mundial.

Las lecciones aprendidas se mantienen por 70 años

Odd Arne Westad, profesor de Relaciones entre Estados Unidos y Asia de la Universidad de Harvard, dijo que creía que la destrucción masiva, la contaminación y el sufrimiento humanitario de los ataques sobre Hiroshima y Nagasaki tuvo un impacto aún mayor al impedir con éxito que las naciones en guerra las usaran durante casi tres cuartas partes de un siglo.

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“El mundo se dio cuenta de las terribles consecuencias y eso fue algo muy significativo. Es sorprendente que en los 70 años desde el ataque a Hiroshima, las armas nucleares nunca han sido utilizados de nuevo”, le dijo a CNN.

“La mayoría de personas de 1945 en adelante razonablemente podrían haber esperado que estas fueran utilizadas en la guerra poco tiempo después de eso; sin embargo, pasaron casi 60 años de Guerra Fría sin que se usaran armas nucleares. Si no hubiera sido por las lecciones que tanto el Oriente como el Occidente aprendieron de Hiroshima, no creo que eso hubiera sucedido”.

Juego de poder

Desde 1945, cuando Japón se rindió ante las fuerzas de Estados Unidos, la nación ha basado su economía y milicia esencialmente en una constitución pacifista.

Las recientes medidas que tomó el Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe, y su Partido Liberal Democrático para cambiar la Constitución, específicamente el Artículo 9… la llamada “cláusula de paz” ha causado indignación entre los civiles.

Jeff Kingston, director de Estudios Asiáticos de la Universidad de Temple en Japón y autor de “Nationalism in Asia Since 1945” (El nacionalismo en Asia desde 1945), dijo que el recuerdo colectivo de Hiroshima y Nagasaki es una razón importante por la que todavía existe este poderoso sentimiento anti-guerra.

“El Museo de la Paz de Hiroshima es el sitio más visitado cuando se llevan a cabo excursiones escolares y todos los años, en esta época, los medios de comunicación abundan con historias sobre el horrible sufrimiento de los hibakusha (sobrevivientes de las bombas atómicas) que elocuentemente narran lo que tuvieron que soportar”, le dijo a CNN.

Dijo que estos sentimientos pacifistas y la desconfianza en relación a cualquier manipulación al Artículo 9 superan cualquier límite de edad.

“‘Barefoot Gen’ es una icónica serie de manga dirigida a la juventud que se enfoca en las terribles consecuencias de Hiroshima y advierte contra el militarismo. En pocas palabras, “nunca más” resuena poderosamente entre los japoneses.

“El Artículo 9 se ha convertido en una piedra de toque de la identidad nacional japonesa, lo que explica por qué el primer ministro Abe ha caído drásticamente en las últimas encuestas debido a que su legislación sobre la Autodefensa Colectiva (CSD, por sus siglas en inglés) es considerada como una revisión furtiva a la Constitución pacifista. Solo el 18% de la población apoya la CDS”, agregó Kingston.

Vecinos nerviosos

Cualquier movimiento exitoso por parte de Japón para cambiar la postura pacifista que han tenido desde hace mucho tiempo muy probablemente ponga nerviosos a sus vecinos de la región, especialmente en un momento en que China está reclamando activamente el territorio en disputa en el mar de China Meridional, dañando sus relaciones con Taiwán, Vietnam, Brunéi, Malasia y Filipinas.

En junio, China acusó a Filipinas de arrastrar a Japón en relación a sus reclamaciones contenciosas sobre las islas Spratly, también conocidas por los chinos como Nansa. Japón también sigue siendo cauteloso en cuanto a la creciente presencia de China en la región, ya que desconfía de que la segunda mayor economía del mundo podría obtener el dominio absoluto de las rutas marítimas esenciales.

Kingston dijo que es irónico que la oposición pública a la CDS de Abe sugiere que eso les preocupa más que la amenaza china.

“Básicamente, al público le preocupa que de alguna manera, en algún lugar, Japón sea arrastrado hacia alguna guerra a petición de Washington, por lo que desconfían de las explicaciones evasivas de Abe. De forma problemática, en Estados Unidos, Abe le asegura a los legisladores que la CSD significa que Japón podrá apoyar aún más a la alianza, mientras que en Japón, trata de convencer a la gente de que la CDS no tendrá consecuencias reales”, dijo Kingston.

Una nación pacifista con energía nuclear

Japón actualmente importa el 84% de sus necesidades energéticas.

Antes de la catástrofe nuclear de Fukushima el 11 de marzo de 2011, un tercio de su electricidad era generada a partir de energía atómica. Pero después de la catástrofe —causada por un terremoto y un tsunami— todos los reactores en Japón quedaron fuera de servicio.

Ese patrón de espera podría cambiar en un futuro próximo. El mes pasado, un informe de la Asociación Nuclear Mundial declaró que 43 reactores japoneses eran operables y otros 24 estaban en proceso de solicitar la aprobación del gobierno.

Brad Williams, del Departamento de Estudios Asiáticos e Internacionales de la Universidad de la ciudad de Hong Kong, dijo que esto pone de relieve la dicotomía de las lecciones aprendidas el 6 de agosto de 1945.

“Se podría argumentar que las lecciones aprendidas del caso de Hiroshima fueron variadas. Japón no puede armarse con armas nucleares, pero tiene que utilizar la energía nuclear y ha confiado en las garantías de seguridad nuclear de Estados Unidos.

“Aún percibimos la oposición pública generalizada sobre cualquier noción de que Japón desarrolle la capacidad de armas nucleares y sobre la dependencia que la nación tiene en la energía nuclear, dado los peligros establecidos que quedaron al descubierto por los trágicos acontecimientos del 3/11”.

Armas de destrucción masiva

Aunque a Hiroshima y Nagasaki se les acredita el hecho de que el mundo se haya alejado de una guerra nuclear, desde 1945 Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán y Corea del Norte han fabricado en conjunto alrededor de 2.000 pruebas de armas nucleares.

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La Federación de Científicos Estadounidenses calcula que en la actualidad hay más de 17.000 ojivas nucleares… casi un cuarto de los mismas han sido clasificadas como “funcionales”.

A pesar de los intentos de prevenir los arsenales nucleares, Westad de Harvard afirmó que hay una creciente proliferación de armas nucleares, sobre todo en aquellas partes del mundo con conflicto a largo plazo, una situación que Westad cree que abre la posibilidad de que ellos las utilicen de nuevo.

“El problema de tener armas de destrucción masiva es que si las tienes, será tentador usarlas, bajo ciertas circunstancias”, dijo.

Señaló a las naciones que sufren conflictos a largo plazo, como Corea del Norte, Pakistán, India e Israel, como países que encajan en esta categoría.