(CNN) – No puedo explicar por qué aún tengo discos de vinilo.
Tengo un tocadiscos, pero no es un trabajo audiófilo de 5.000 dólares. Tengo unos cuantos LP que no están disponibles en CD, pero también tengo bastantes que sí lo están, y no puedo decirte cuándo fue la última vez que los saqué de sus estuches.
Sí, sé que el vinilo está de moda otra vez, pero casi todos los LP que tengo son más viejos —a veces MUCHO más viejos— que los practicantes en la sala de redacción digital de CNN. Créeme, no guardo esos álbumes porque repentinamente están de moda.
No, creo que es una combinación de sentimentalismo, nostalgia y placer, tres elementos que están estrechamente relacionados. (Y, a decir verdad, algo de pereza).
Mientras celebramos el Día del Disco de Vinilo el 12 de agosto, pienso en esos discos de cera negra —hablamos más o menos de 100— que ocupan espacio en una librera de la sala. Pienso en sacar un LP de su estuche, y en el satisfactorio silbido y sonido de la aguja mientras sigue el surco. En ocasiones, no solo pienso sino que en realidad reproduzco algunos.
Quizás escuchas lo que quieres escuchar, pero el sonido se siente mucho más cálido y personal que los 1 y 0 de un CD o MP3.
Y luego tienes el estuche, un cuadrado de 30 cm lo suficientemente grande como para que examines los detalles. Olvídate de hacer eso con un disco compacto de 12 centímetros… o un gráfico en miniatura de un MP3.
Tal vez eres un adicto al vinilo; tal vez consideras su resurgimiento como una moda pasajera. De cualquier manera, es difícil superar la emoción de dejar caer la aguja sobre el disco. La alegría siempre es la misma: simplemente deja que el surco te transporte…