(CNN) – Los tatuajes tienen una larga historia en China. Pero durante la mayor parte de esa historia, estos han sido estigmatizados, asociados con prisioneros, vagabundos y el inframundo criminal.
Gracias a la influencia de las celebridades y estrellas del deporte, en parte, los tatuajes han llegado a ser mucho más aceptados socialmente en la última década.
Es una tendencia impulsada por una generación más joven que no tiene miedo de sobresalir, pero también por las habilidades sofisticadas de los artistas del tatuaje de China.
“Hace diez años aún asociábamos los tatuajes con la gente mala o con los mafiosos. La gente que quería hacerse uno temía la discriminación de parte de la sociedad”, explica Liao Lijia, un artista del tatuaje de 28 años de edad, en “Creation Tattoo” en Beijing.
“Pero la cultura del tatuaje es bien aceptada por el pueblo chino en estos días, especialmente en Beijing, Shanghái o Cantón”.
Decenas de salones están abriendo en ciudades de toda China, y muchos están tomando la pistola tatuadora con la esperanza de entrar en un comercio que cada vez más lucrativo.
“En los últimos tres años, la cantidad de clientes se ha duplicado cada año”, dice Yu Haiyang, el jefe de Liao. Su estudio recibe en promedio alrededor de 10.500 dólares al mes.
“Mis ingresos son 10 veces más que los que recibía hace seis años”, añade.
Identidad
Hacerse un tatuaje es una forma en que la gente joven forja su propia identidad y marca las experiencias de la vida… tanto las buenas como las malas.
“Creo que un tatuaje es una señal de mí misma, como tu nombre. Esta es la parte más especial de tu cuerpo, te hace diferente. Muestra lo que piensas, tu mundo”, dice Wang Zi, de 28 años de edad, una diseñadora de moda.
Ella tiene un tatuaje de un globo aerostático en su omóplato, un diseño que ella misma dibujó para conservar uno de los sueños de su niñez de volar en uno.
Du Wei, de 28 años de edad, trabaja en IT en Beijing. Ella tiene un tatuaje de una mariposa en su pecho… el cual representa el recuerdo de un bebe que perdió.
De la misma manera en que los caracteres chinos son una opción común en el occidente –David Beckham es famoso porque tiene un proverbio chino tatuado en su torso–, en China a algunas personas les gustan los tatuajes con palabras y frases en inglés.
Las palabras más populares son “love” (amor) y “forever” (para siempre). Otros eligen letras de canciones, como las líneas de la canción “Imagine” de John Lennon o citas de la Biblia.
El artista del tatuaje Da Hua presume de una cita garabateada sobre el antebrazo de un cliente que dice: “El Señor es mi pastor, nada me falta”. También se inspira en la leyenda china, al crear arte que fusiona el tiempo y las culturas.
Estilo chino
Asia siempre ha tenido su propia cultura del tatuaje. Japón es famoso por su estilo audaz y altamente desarrollado.
Hong Kong es también un baluarte –la ciudad portuaria que acoge a los marineros británicos de antaño, dando lugar a una mezcla de tatuajes tradicionales occidentales– la rosa, el ancla… con motivos orientales como el dragón y el tigre.
China está empezando a desarrollar sus propios estilos únicos, para lo que aprovecha tanto la inspiración antigua como la moderna.
Qiao Zhengfei es una artista del tatuaje de 20 años de edad que abrió su propio estudio en su ciudad nativa de Xiamen antes de mover su negocio a Beijing.
Ella se especializa en “blackwork”, una forma intrincada con base en un estilo de bordado. A la antigua estudiante de la teoría del arte le gusta el hecho de que los tatuajes son una encarnación viva de su trabajo.
“Es una elección estética”, dice. “Yo no me podía ver haciendo tatuajes tradicionales chinos como dragones y peces. Ellos no hacen eco de lo que yo soy”.
¿Un oficio o arte?
En China, algunos salones son asuntos de un cubículo, una pequeña habitación cuadrada con una cortina y propietarios exageradamente tatuados.
Otros alardean de grandes estudios con una estética mugrienta y obras de arte que adornan las paredes.
Los artistas del tatuaje chino con quienes hablé evitaron referirse a su trabajo como una forma de arte, pues lo ven como un oficio.
Hace ocho años, Zhao Liang se graduó de la escuela profesional para maestros luego de obtener su especialización en arte y su plan eran encontrar un trabajo en educación o en el servicio civil.
“Pero ninguno de ellos era un empleo bien remunerado. Dado que tengo que mantener a mi familia, pensé que debía encontrar un empleo que me permitiera ganarme la vida”.
Un día, él vio un afiche publicitario de tatuajes por 50 yuanes (8 dólares) cada uno y pensó en probar.
“Entonces empecé a hacerlo. Tan solo pensé que la vida iba a ir mejorando”.
Lu-Hai Liang es una periodista free lance radicada en Beijing. El investigador Danni Zhu contribuyó a este reporte.