(CNN) – Si consideras sus desempeños en los últimos 12 meses, se te perdonaría si creyeras que Serena Williams nunca ha perdido un partido en un Grand Slam.
Su imponente juego, voluntad y deseo hacen que la estadounidense sea particularmente difícil de parar en los cuatro grandes torneos de tenis, lo cual ha sido demostrado por un porcentaje de victorias del 88% en los torneos de Grand Slam y un 85% en todos los demás encuentros importantes del más alto nivel.
“Cuando ella está en esos eventos es donde de verdad se luce”, le dijo Samantha Stosur, quien ha sido tenista profesional desde hace tiempo, a CNN.
Williams, de hecho, se ha marchado 39 veces de un Grand Slam sin alzar el trofeo, pero esas derrotas han sido repartidas a lo largo de 17 años y no han vuelto a ocurrir desde el Wimbledon en el 2014, cuando Alize Cornet la envió a su casa.
Así que, entonces, ¿cómo una tenista destrona a Williams en este Abierto de Estados Unidos, el cual comienza el lunes en Nueva York, y evita que a sus 33 años de edad se convierta en la primera tenista, desde Steffi Graf en 1988, en completar el año calendario del Grand Slam?
Lograr jugar el proverbial “partido de tu vida” y beneficiarte de una Williams inferior –ya sea físicamente o de otra manera– es una combinación.
Stosur, quien conserva la distinción de ser la última tenista en abatir a Williams en una final de Grand Slam y la última en derrotarla en el Abierto de Estados Unidos, ambos casos en el 2011, dijo que la clave era tener la suficiente confianza.
En Sydney en el 2009, golpear la bola lejos de Williams –y vencer su aura– resultó ser una propuesta avasalladora para la australiana. Ella obtuvo cuatro puntos del partido, cometió dos veces una doble falta y confesó que flaqueó. Williams prevaleció 7-5 en el tercer set.
“Me puse muy nerviosa”, dijo Stosur. “Pensé: ‘¡Oh, Dios mío, voy a vencer a Serena Williams, en Sydney! Es increíble’. Luego perdí una volea por cinco metros y de repente todo había terminado. Definitivamente, aprendí una gran lección… si tienes la oportunidad, debes jugar el punto e intentar no pensar quién está del otro lado”.
Lo suficientemente segura, cuando se encontraron seis meses más tarde en Stanford, Stosur ganó en un tercer set. Un año más tarde, Stosur, que cuenta con un potente saque y una fuerte derecha, orilló a Williams en lo que se podría considerar como una película de suspenso, en el Abierto de Francia.
La jugadora de 31 años es una de las tres únicas jugadoras –junto a sus compañeras campeonas del Gran Slam, Jennifer Capriati y Justine Henin– que poseen un historial de victorias frente a Williams en el Grand Slam con un mínimo de dos enfrentamientos.
“Tengo que hacer un par de cosas –especialmente que coincidan bien cuando juegue contra ella–, que sé que han resultado bien en el pasado”, dijo Stosur, quien posee el número 22 del ranking y que ha perdido en total ocho de once partidos contra Williams. “Si puedo hacer esas cosas, entonces sé que puedo causarle problemas. Y si no hago esas cosas o no las hago lo suficientemente bien, sé que ella tiene muchas armas como para ponerme en problemas y entonces podría ser una historia muy diferente”.
La única ocasión en 60 partidos en que Williams se marchó en la primera ronda de un Grand Slam fue hace tres años en el Abierto de Francia, sin terminar –rara vez– gracias a una falta de instinto asesino y a una rival inspirada, Virginie Razzano, quien competía delante de sus seguidores locales en un entorno, que como era de esperar, era partidario de ella.
Al igual que Stosur, Razzano pensaba que podía vencer a Williams. Paso uno.
En su caso, para ella fue de mucha ayuda consultar YouTube en los días previos al enfrentamiento para estudiar los hábitos de Williams.
“Admito que no dormí bien durante los tres días antes del encuentro porque estaba muy preocupada porque jugaría con ella, pues en realidad tenía el deseo de pasar la primera ronda”, le contó Razzano a CNN. “Yo decía en mi cabeza: ‘Tengo que estar preparada psicológicamente para vencerla’”.
“Serena es una gran campeona y muy difícil de superar. Yo no podría llegar a la cancha con los ojos cerrados, sin tener la menor idea”.
Regalar el primer set no hizo que Razzano se desanimara mucho, dijo. Ella se ciñó a sus tácticas y no evitó que el partido se convirtiera en un encuentro físico, que es lo que finalmente ocurrió.
Williams dispuso de una ventaja de 5-1 en el desempate del segundo set, lloró en su silla antes del set final mientras que veía cómo Razzano liquidaba el juego de 3 horas 6-3 en el tercero, a pesar de sufrir calambres.
“Me sentí como si estuviera en un estadio de fútbol”, recordó Razzano, quien un año antes jugó en el Abierto de Francia poco después de la muerte de su prometido. “Los aficionados hicieron ruido con sus pies y aplaudían al mismo tiempo. Pensé que la cancha central iba a explotar. Sentía las vibraciones”.
Sin embargo, el resultado transformó a Williams: ella posteriormente recurrió al entrenador Patrick Mouratoglou y ha ganado ocho de los 13 torneos Grand Slam que ha disputado.
Pero darle las gracias a Razzano, quien cayó en la clasificación del Abierto de Estados Unidos luego de que Williams estuviera ausente durante tres meses por una lesión en el estómago, no estaba en sus planes inmediatos.
“Creo que después de perder el juego ella estaba amargada”, dijo la jugadora de 32 años de edad. “La vi un mes después en Wimbledon, nos cruzamos en el vestidor y ella me vio con ojos sombríos”.
Tan solo en el 2007, Henin derrocó a Williams en los majors en tres ocasiones. Además de adueñarse de la certeza, ella dice que los oponentes de Williams no se pueden dar el lujo de un bajón físico. Para Henin, la habilidad para jugar defensiva y de aprovechar la primera oportunidad en una recuperación para ejercer presión sobre Williams, son importantes.
“Pero lo que es muy difícil cuando juegas en contra de ella es que incluso si ella no está dando lo mejor en el juego, cuando está bajo presión, ella puede, en especial cuando saca, hacer un trabajo fantástico”, le dijo Henin a los reporteros en la Rogers Cup en Toronto este mes.
Ella tuvo un flashback hasta la final del Abierto de Australia en el 2010, y volvió a vivir el segundo juego fundamental del tercer set.
Con Henin a la delantera 1-0 y habiendo obtenido dos puntos de ventaja en un 15-40, Williams escapó gracias a su saque, en el que se podría decir que fue el mejor juego femenino del que ella alguna vez ha sido testigo. Ella marcó un punto directo, dos buenas entregas y otro punto directo más.
Ella ganaría la final 6-4 3-6 6-2.
“Solo ella puede hacer eso”, dijo la siete veces ganadora del Grand Slam. “Mentalmente ella es la jugadora más fuerte a la que me he tenido que enfrentar. Quizás ella es aún mejor hoy en día de lo que era unos cuantos años atrás. Es asombrosa”.
Cornet y Sabine Lisicki, quienes derrotaron a Williams en el Wimbledon en el 2013, no contestaron a las solicitudes que se les hiciera por correo electrónico para una entrevista, mientras que otra competidora que derrocó a Williams recientemente en un major, Garbine Muguruza, no estaba disponible, dijo su agente. Muguruza sorprendió a Williams el año pasado en el Abierto de Francia, pero perdió su revancha en la final de Wimbledon en julio.
Henin no espera que Williams pierda en el Abierto de Estados Unidos y dijo que “ella posiblemente terminará el Grand Slam este año”, y por lo tanto también igualará el récord de Graf de 22 majors en la Era Abierta.
Nada sugiere que Henin esté equivocada. Pero incluso si en el clima actual es difícil imaginarse que puedan superar a Williams en Nueva York, Razzano, Stosur y la belga personalmente –entre otras– han demostrado que no es una tarea imposible.