DEERFIELD BEACH, Florida (CNN) – Las salas de emergencia en el Sur de Florida se están llenando de pacientes que sufren con sobredosis de drogas sintéticas, y el problema está empeorando debido a un dispositivo que aparentemente está diseñado para ayudar a las personas a dejar de fumar.
Los bolígrafos para vapear se están convirtiendo no solamente en la nueva forma en que los usuarios pueden drogarse sino para que lo hagan de manera discreta… en ocasiones justo debajo de las narices de la policía, de sus padres y de los profesores.
Además, no es un fenómeno local. Desde grandes ciudades como San Luis hasta pueblos pequeños en upstate Nueva York, estos bolígrafos para vapear están apareciendo más frecuentemente en redadas de drogas, y el aumento constante de los abusos está inquietando a comunidades de todo el país.
El cigarrillo electrónico, o bolígrafo para vapear, existe desde hace más de una década pero, recientemente, su popularidad creció debido al marketing dirigido a los consumidores de nicotina que buscan una alternativa más segura que fumar cigarrillos. Algo que también alimenta esta tendencia es la accesibilidad de los concentrados de aceite. Un bolígrafo para vapear crea un vapor inhalable con una pequeña bobina interna que se calienta lentamente, creando un vapor que se inhala.
Los sintéticos solubles en agua fácilmente se convierten en concentrado líquido que puede entrar en los cartuchos del dispositivo y ser vapeado, justo como la nicotina y otras sustancias legales. Esto hace que sea casi imposible identificar lo que hay en el interior del vapeo de una persona. Podría ser nicotina, concentrado de marihuana, o “líquido para cigarrillo electrónico” con sabor a frutas y sin nicotina, el cual es popular entre los chicos. O, lo peor de todo, podría ser una mezcla mortal de químicos, a menudo un producto procedente de China, conocido como drogas sintéticas.
“Es el método de encubrimiento; no sabemos lo que hay en el interior de un bolígrafo para vapear hasta que en realidad lo enviamos para que lo examine un laboratorio forense”, dijo el agente especial de supervisión, John Scherbenske, de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
Vapear en la sala de emergencias
Justo hace unas semanas en Deerfield Beach, Florida, el teniente Ozzy Tianga de la oficina del Sheriff de Broward arrestó a un hombre que estaba usando un bolígrafo para vapear para drogarse con “flakka”. La flakka es una droga sintética mortal y barata, también conocida como “la locura de los 5 dólares”, y que le está causando enormes problemas a los cuerpos policiales.
Unos días más tarde, el Dr. John Cunha, un doctor de la sala de emergencias en Holy Cross Hospital de Fort Lauderdale, dio de alta a un hombre que se había drogado con flakka, solo para observarle entrar en el cuarto de baño, vapear más drogas y terminar con otra sobredosis nuevamente.
“He tenido pacientes a los que he atendido en la sala de emergencias y a quienes he encontrado vapeando en la cabecera de su cama cuando entro”, dijo Cunha. “…alguien podría estar sentado en su habitación en la sala de emergencias y estar vapeando en el tiempo libre entre una y otra consulta médica, y no tendríamos ninguna idea de lo que está usando”.
La parte más alarmante es lo rápido que se está convirtiendo en una tendencia.
Al pasar una tarde en Deerfield Beach con Tianga y conducir unas cuantas millas en la calle principal, Federal Highway, pasamos al menos frente a una docena de tiendas de vapeo, la mayoría de ellas todavía tenían letreros temporales… una indicación de que acababan de abrir.
“Cada vez que voy en auto, veo otra tienda”, dijo Tianga.
Según la DEA, actualmente no existen restricciones federales que establezcan una edad mínima o algún otro límite para los jóvenes respecto a los cigarrillos electrónicos, aunque la mayoría de los estados y ciudades han aprobado leyes que prohíben su venta a menores de edad.
Victor, una pequeña ciudad en el estado de Nueva York, puso incluso una moratoria de seis meses sobre cualquier nueva tienda de vaporizadores después de que la comunidad protestó por la diferencia en las leyes federales que regulan los bolígrafos para vapear en comparación con los cigarrillos.
Pero la discreción del dispositivo es la queja más común entre los cuerpos policiales, funcionarios de la ciudad, padres, maestros y personal médico.
Tianga dijo que a menudo se encuentra con personas con bolígrafos para vapear, y que se queda pensando en lo que hay dentro de ellos o en lo que el usuario está usando para drogarse.
“Estos individuos pueden fumarlo justo delante de ti. Y en muchas ocasiones, estos vapeos no tienen olor, o debido a que son una sustancia química, el olor se puede cambiar. Podría ser un olor a fruta. Podría no tener olor alguno”, dijo Tianga. “Un cigarrillo electrónico no es tu parafernalia de drogas tradicionales. Así que es mucho más difícil para un oficial de la ley establecer una causa probable para determinar que esto es en realidad un dispositivo destinado para el consumo de narcóticos”.
Es difícil saber quién está vapeando drogas
Solo se necesita una búsqueda rápida en las redes sociales para encontrar ejemplos de los estudiantes que fanfarronean de cómo se drogan discretamente en la clase o en sus dormitorios con la ayuda del vapeo.
“Mira en Instagram”, dijo Barbara Carreno, portavoz de la sede nacional de la DEA en Washington. “Verás muchos miles de publicaciones de jóvenes que se ríen calladamente porque lo fuman en clase”.
Atrás quedaron los días en que te atrapaban fumando marihuana en la escuela porque olías como zorrillo.
Scherbenske dijo que entre los productos sintéticos más vapeados están las llamadas “hierbas legales”… K2 y Spice, drogas sintéticas que imitan a otras drogas en muchas maneras, pero que además pueden tener efectos secundarios graves.
“Se sientan en el fondo del salón y piensan que es divertido”, dijo Tianga. “Están vapeando y –una vez más– no puedo determinar lo que están vapeando. A juzgar por el olor no puedo determinarlo. En realidad tengo que tomar el bolígrafo de su mano y existen muy pocos kits de pruebas de campo que te dirán exactamente qué están vapeando”.
Tianga ahora viaja por todo el condado de Broward enseñándole a los maestros, padres de familia, residentes, médicos y personal de respuesta de emergencia acerca de los peligros.
En un foro de la comunidad de Deerfield Beach, Tianga dio una presentación escalofriante que obtuvo reacciones audibles. Treinta y tres personas han muerto en lo que va de este año en el condado de Broward por sobredosis de drogas sintéticas, y existen sospechas de dos muertes más que están bajo investigación.
El alcalde de Victor, la ciudad en upstate Nueva York que temporalmente las prohibió, dijo que muchas de las preocupaciones eran acerca de la cantidad de adolescentes que estaban usando los dispositivos.
“Es algo así como el Lejano Oeste del vapeo”, dijo el alcalde Jason Ashton. “No había zonificación o las leyes de código establecidas para prevenir o decir en dónde podría ubicarse ese tipo de tienda”, “Cuando la protesta empezó y yo recibía llamadas diariamente, una idea que surgió fue poner esto en espera. Encontrar lo que podíamos y no podíamos hacer. Qué era este producto en realidad. ¿Acaso la protesta en realidad demandaba esta atención? Nos da tiempo para mitigar el problema y para investigar. Hemos descubierto que la ciencia no se mantuvo al ritmo de la tendencia”.
‘El futuro de la hierba’
Es una combinación temible –tanto drogas sintéticas como vaporizadores ganan popularidad… cada uno presenta nuevos desafíos para la aplicación de la ley que se usa para lidiar con el conjunto de normas de las drogas tradicionales.
Se culpa al aumento de la utilización de drogas sintéticas por grandes picos de asesinatos en Washington, D.C.
Pero los propietarios de tiendas de vapeo –varios que nos dicen que nunca le venden a chicos menores de 18 años– dicen que los dispositivos están ayudando a las personas, que no las perjudican.
Carly Cromer, quien gestiona Save on Vape en Deerfield Beach, dice que el objetivo no es atraer a la gente para que comience a usar nicotina.
“Como industria, su objetivo es hacer que las personas dejen de fumar”, dijo Cromer, y señala que es injusto etiquetar a la industria con base en las personas que abusan de un producto.
En Denver, donde la marihuana es legal, los fabricantes del bolígrafo para vapear dicen que para los usuarios que quieren tener más control sobre lo que fuman, la capacidad de regular la ingesta de un concentrado colocado dentro del bolígrafo para vapear es esencial.
Steve Berg, director financiero de O.Pen Vape, lo llama “el futuro de la hierba”.
La tendencia es demasiado nueva como para que existan datos para calcular y respaldar lo que los oficiales de policía y los doctores de la sala de emergencias están viendo.
Jim Hall, un epidemiólogo del abuso de drogas en la Universidad Nova Southeastern, dijo que hay métodos para darle seguimiento a casi cualquier otro tipo de ingestión, desde lo que se fuma hasta lo que se inyecta y hasta el consumo oral.
“Pero no para el vapeo”, dijo.
Eso va a empezar a cambiar, porque es una tendencia al alza, dijo Hall.
“Sabemos que las drogas sintéticas están siendo vapeadas. Sabemos que los niños están usando drogas sintéticas”, dijo.
Algunos hallazgos de los estudios que mencionan algo acerca del tema son inquietantes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dijeron en abril que el uso del cigarrillo electrónico entre estudiantes de la escuela media y de la escuela secundaria se triplicó entre el 2013 y el 2014. El uso entre los estudiantes de secundaria fue del 13,4% el año pasado.
Hall dijo que lo más revelador es que algunos niños nunca habían fumado antes. Son los nuevos usuarios.
Cunha predice que para cuando la investigación se ponga al día, el problema será demasiado grande como para controlarlo.
“Creo que estos dispositivos de hecho sí tienen un papel para ayudar a que las personas se deshagan de los cigarrillos reales y que, en ese caso, sí pueden ser más seguros, pero que en las manos de los adolescentes y los consumidores de drogas, definitivamente estos dispositivos son algo muy peligroso”, dijo.
Patricia DiCarlo y Glen Dacy contribuyeron con este reporte.