El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, (izq.) recurrió a 100 voluntarios para organizar la visita del papa al Congreso de EE.UU.

(CNN) – El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se dio cuenta de que manejar a la enorme multitud que bajará al área del Capitolio para la visita del papa Francisco requerirá de un pequeño ejército… así que creó uno.

Cuando Francisco haga la primera visita papal al Congreso el próximo martes, este pequeño mini ejército —la primera fuerza de voluntarios de más de 100 asesores de la Cámara y del Senado— brindará mucha más ayuda que la combinación tradicional de personal administrativo, de seguridad y de eventos que normalmente coordina la visita de un líder mundial. Los “agentes de eventos especiales” usarán ropa de color verde, el color favorito de Boehner y el color litúrgico de esta temporada en la Iglesia Católica, y serán el rostro del Congreso, guiarán a los visitantes a sitios para presenciar el discurso, responderán preguntas sobre la etiqueta y apoyarán al personal de seguridad.

En una época en la que republicanos y demócratas están en desacuerdo por prácticamente todo —el gobierno federal podría enfrentar un cierre a fin de mes a no ser que las partes lleguen a un acuerdo— la visita del Papa es una de las pocas ocasiones en las que los adversarios se unen en el Capitolio.

“La respuesta a la visita del Papa ha sido abrumadora, no solo por parte del público, sino por parte de las personas que trabajan en y alrededor del Capitolio todos los días”, dijo Bohener en una declaración escrita a CNN.

Él añadió lo siguiente: “Para asegurar que tantas personas como sea posible puedan participar de este día histórico, creamos el primer grupo como parte del personal del Capitolio que nos ayudará a recibir y a asistir a nuestros 50.000 visitantes. Este grupo bipartidista desempeña un papel clave para asegurar que nuestros visitantes tengan la mejor experiencia durante su tiempo en el Capitolio”.

Beth Zentmeyer, la directora de protocolo y proyectos especiales, está coordinando al grupo. CNN obtuvo acceso exclusivo detrás de escenas para ver las sesiones de entrenamiento para el nuevo proyecto, donde los asesores aprendían sobre asuntos de seguridad y logística.

El proyecto es uno en el que todos ganan para la oficina de Boehner. Ellos no tienen el personal para lidiar con el volumen de visitantes que estarán ahí para presenciar la llegada del pontífice, así que serán auxiliados por cuerpos adicionales que pueden colocar alrededor del campus. También amplían su alcance a miembros del personal que trabajan fuera del liderazgo, quienes podrían estar dispuestos a incorporarse para ceremonias futuras.

Zentmeyer, una exveterana del Departamento de Estado, y su equipo normalmente organizan eventos de alto perfil, pero la escala de la visita del Papa al Capitolio hizo que pensaran fuera de lo tradicional. En marzo, ellos supervisaron la controvertida visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la que miembros mostraron un interés sin precedentes por conseguir entradas para sentarse dentro del salón de la Cámara y presenciar un intenso discurso. Pero esos invitados fueron contenidos dentro del edificio.

Para la visita del papa Francisco, Boehner amplió drásticamente la audiencia y el impacto del evento, al invitar a personas para que vieran el discurso en el West Front Lawn del Capitolio. Su oficina inició este programa para reclutar y capacitar a un cuadro de asesores permanentes del Congreso —no se permiten pasantes— a fin de manejar esta área exterior.

Se colocarán pantallas gigantes para transmitir el discurso de Francisco para quienes lograron obtener los preciados pases de las oficinas de la Cámara y el Senado para el área de espera afuera. A cada oficina de la Cámara se le asignaron 50 entradas, y cada oficina del Senado recibe 200 entradas. A los miembros del Congreso también se les dio una entrada por oficina para asientos en un área en la terraza justo debajo del balcón. Esta es la misma área que se utiliza cada cuatro años para levantar una plataforma para la toma de posesión del presidente. Muchas oficinas han luchado con las decisiones sobre cómo manejar la enorme demanda por estas entradas. Muchos crean loterías en línea, para que no tengan que sortear grandes cantidades de solicitudes.

Luego de que el Papa termine su discurso dentro del salón de la Cámara, él caminará con Boehner hacia el balcón del vocero en el segundo piso del Capitolio, el cual tiene vista al West Front. Más allá del campus oficial del Capitolio, es más probable que decenas de miles se alineen en el National Mall.

El personal del presidente de la Cámara y los funcionarios de la policía del Capitolio de Estados Unidos, al igual que otras oficinas socias, llevaron a cabo un ensayo la semana pasada a fin de ayudar a los voluntarios a que entendieran qué deben esperar y cuáles son los mejores lugares para lograr ver al pontífice. El grupo recibió instrucciones sobre cómo responder preguntas acerca de dónde se podían ubicar las personas, dónde podían encontrar asistencia médica, servicios sanitarios y puestos de control de seguridad.

Mientras estos asesores recorría el amplio perímetro afuera del Capitolio, ellos recibieron consejos prácticos respecto a cómo sobrevivir al largo día y manejar las expectativas de las personas que estarán esperando afuera durante hasta cuatro o cinco horas.

“Usen zapatos cómodos”, les dijo Zentmeyer a los asesores.

“A nadie se le garantiza una línea de visión”, advirtió David Hauck, quien maneja los arreglos para discapacitados en la oficina de Servicios de Accesibilidad en el Capitolio.

Estos voluntarios varían en edad y en jerarquía; son desde jóvenes asistentes de personal hasta jefes de gabinete veteranos, asesores del comité y personal de TI de las oficinas administrativas. A cada uno se le requirió que presentara una autorización por parte de sus supervisores, y se presentarán en sus posiciones alrededor del Capitolio a las 4 a.m. del jueves para recibir a los visitantes. Una banda de los Marines se presentará mientras el grupo se ubica en posiciones donde esperan tener una buena vista y toman fotografías de la escena… pero les recordaron que las estrictas reglas de seguridad implican que el uso de palos para selfies no está permitido.

“Solo miren detrás de ustedes”, le dijo Zentmeyer al grupo mientras se encontraba de pie a la orilla del National Mall con el Capitolio en el fondo. “Este es un espacio grande, y es por eso que todos ustedes son tan importantes”.

El personal preguntó acerca de ayudar a que los niños que se han perdido encuentren a sus padres, ayudar a las personas que están en sillas de ruedas, y si necesitaban dar agua. Les recordaron que se vistieran de verde, para que las personas los pudieran identificar fácilmente como personal oficial.

Sin embargo, Zentmeyer también enfatizó que inscribirse para participar en el experimento de Boehner era una forma de desarrollo profesional, y les dijo que iban a recibir un curso rápido en materia de “protocolo, relaciones internacionales y eventos especiales”.