(CNNMoney) – Hay un riesgo real de que el Gobierno federal de Estados Unidos sea cerrado el 1 de octubre. Los legisladores estadounidenses están muy lejos de resolver sus innumerables disputas y de ponerse de acuerdo para aprobar un presupuesto.
Un cierre generalmente es una pérdida de tiempo y de recursos valiosos. Incluso la amenaza es un desperdicio debido a toda la avanzada planificación que se requiere.
Entre otras cosas, las agencias federales tienen que decidir: ¿a qué trabajadores deben dar licencia? ¿Qué programas y oficinas deben cerrar por completo y cuáles deben continuar porque protegen la vida y la propiedad? ¿Cómo y cuándo se debe difundir la información necesaria a los trabajadores y al público?
En caso de producirse un cierre, eso no evitará que el correo llegue y probablemente no hará caer la economía estadounidense, aunque no la ayudará tampoco.
Pero sería un inconveniente para los estadounidenses en todo el país y afectará a muchos cuya economía personal de una forma u otra está ligada al Gobierno federal.
Estas son solo algunas de las personas que podrían resultar afectadas:
1. Empleados federales: Si el cierre de 2013 sirve de guía, más de 800,000 trabajadores federales podrían recibir licencias obligatorias para no trabajar durante este año. Y no se les pagará por ese tiempo a menos que el Congreso decida pagar retroactivamente cuando el Gobierno vuelva a abrir, algo que ha sucedido en el pasado.
Los que no están en licencia obligada seguirán estando legalmente obligados a trabajar, pero no se les pagará hasta que el cierre haya terminado.
En ambos casos, cualquier persona que viva al día con sus cheques de pago tendrá dificultades para llegar a fin de mes.
En 2013, una mayoría de los miembros de la National Treasury Employees Union (NTEU), que representa a trabajadores de 31 agencias y departamentos federales, fueron obligados a tomar licencias obligatorias. Muchos se preocuparon por no poder pagar sus cuentas, y algunos tuvieron que pedir tolerancia a sus acreedores por el dinero que les debían, dijo el presidente de la NTEU, Tony Reardon.
A pesar de que en última instancia se les pagó con carácter retroactivo, el cierre los dejó en una posición económicamente difícil.
“Es vergonzoso. Y es algo equivocado que el país le haga eso a sus empleados”, dijo Reardon.
Los miembros del sindicato con los que se reunió la semana pasada expresaron su preocupación acerca de si se les pagará en esta ocasión, agregó.
2. Solicitantes de empleo y de subsidios: Cualquier persona que solicite un empleo en el Gobierno federal o un subsidio federal debería esperar sentado. Normalmente, es probable que la tramitación de solicitudes no ocurra sino hasta que termine el cierre.
3. Turistas y viajeros: Cualquiera que esté planeando un viaje a Washington, D.C., o a cualquier estado con atractivos turísticos financiados por recursos federales —como museos, parques o monumentos nacionales— se verá apartado de esos sitios, ya que es casi seguro que serán cerrados.
Si eres estadounidense y estás planeando un viaje al extranjero y necesitas renovar tu pasaporte, es posible que experimentes retrasos si la oficina de pasaportes de Estados Unidos cerca de ti se encuentra en un edificio federal, ya que ese edificio podría cerrar.
4. Propietarios de pequeñas empresas: Las pequeñas empresas que dependen de los turistas y de los trabajadores públicos para su subsistencia podrían ver una gran caída en los ingresos durante el cierre.
Eso podría incluir a cualquier persona, desde los propietarios de tiendas en edificios federales y el chico del carrito de alimentos a las afueras del mismo, hasta la gente que dirige la empresa de rafting cerca de un parque nacional.
Los contratistas federales, por su parte, podrían experimentar retrasos en sus proyectos y en sus pagos si las agencias para las que trabajan no pueden emitir la documentación necesaria para continuar.
Durante el cierre de 2013, se emitieron más de 10,000 órdenes de suspensión de trabajo, de acuerdo con un informe de la oficina de presupuesto de la Casa Blanca. Además de eso, hubo mucha confusión acerca de si a los trabajadores contratados se les permitiría trabajar en casa si la agencia para la que trabajaban era cerrada, dijo Stan Soloway, presidente del Professional Services Council, que representa a un gran sector de contratistas del gobierno.
No se han hecho públicos aún los planes de contingencia de las agencias federales en caso de un cierre la próxima semana. Pero los planes de cierre que entraron en vigor en 2013 podrían ofrecer un buen sentido de lo que es probable que ocurra.