(CNNMéxico) – Misiles aturdiendo los oídos, ráfagas de balas lanzadas por un helicóptero y personas desconcertadas desangrándose en el desierto.
Así es como el mexicano Juan Pablo García Chávez recuerda el ataque del que fueron víctimas varios mexicanos a manos de fuerzas de seguridad en el desierto occidental de Egipto el pasado 13 de septiembre. El episodio dejó 12 muertos (ocho de ellos mexicanos) y otros seis mexicanos heridos.
El turista mexicano, trabajador administrativo del Poder Judicial de la Federación (PJF), le concedió este viernes una entrevista a Radio Fórmula en la que narró cómo un viaje de placer se convirtió en una pesadilla.
“Nosotros llegamos al lugar de los hechos y vemos que se acercan unas camionetas, nosotros estábamos tomando fotografías, cuando de pronto yo escucho como dos o tres sonidos de avión, que no lo vi pero lo escuché, y después veo como cae un misil que se impacta en las camioneta donde nosotros veníamos, ya para ese momento había personas heridas y una muerta”, dijo García Chávez.
“Arrastramos a las personas que estaban heridas, a una de ellas le tuvimos que sostener el rostro, estábamos sumamente conmocionados, no sabíamos por qué estaba ocurriendo eso y nos refugiamos en una camioneta, revisándonos a ver si había alguien más herido, a los minutos vemos que se aproxima un helicóptero tipo militar y pensábamos que venían a nuestro rescate pero cuando se aproxima, cada vez más, nos comienza a disparar y entonces comienza a haber más heridos, el miedo crece”, agregó el sobreviviente del ataque.
“Dios estuvo con nosotros”
Juan Pablo García Chávez dijo que durante el ataque, los mexicanos comenzaron a rezar para que pudieran sobrevivir.
“Estamos todos muy firmes con Dios, tenemos a Dios muy presente, estábamos orando para que nos acompañara, también le pedimos a la Virgen, pero escuchamos nuevamente otro sonido de un avión y después un misil impactó la camioneta donde estábamos nosotros, yo recibo una esquirla en la pantorrilla y no nos movemos de ahí, seguimos abrazándonos, yo abrazando a las mujeres, todos protegiéndonos, cruzándonos miradas, y diciendo que este no era el viaje que esperábamos”.
El mexicano dijo que como instinto de sobrevivencia y para no desangrarse, se acostó en su lado izquierdo mientras veía como sus compañeros de viaje sufrían para respirar.
“Desafortunadamente no todos lograron sobrevivir, pero yo escuché que las personas que sabían que morirían se fueron agradeciendo y pidiéndole a Dios que las cuidara, estoy seguro que ellos se fueron directo a él”, expresó el hombre.
Según García Chávez, el ataque comenzó cuando el sol estaba arriba y cesó cuando el sol bajaba.
“Llegan policías y civiles que comienzan a grabar con sus teléfonos celulares, nos asisten con agua y de manera muy gentil, lo que veía es que pasaban a un lado mío y veía sus rostros que tenían una expresión de confusión y de horror por la escena que vieron”.
El mexicano comentó que se pudo incorporar nuevamente para ser trasladado a un hospital, donde destacó que recibió buena atención médica, “tanto la administradora como personal del lugar nos pedían disculpas, nos decían que lo sentían mucho, que eso no debió haber pasado, eso no es algo que ocurre aquí y no debió haber ocurrido con ustedes, nos comentaron”.
El ángel en la tragedia
Juan Pablo García alabó el trabajo que realizó la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) Claudia Ruiz Massieu, a quién se refirió como un “ángel”.
“Eso me ayudó a recuperarme mucho más fácil, ella con un tono amoroso y de una manera muy humana me dijo que tenía órdenes del señor presidente de devolvernos a nuestro país y que mi hermano estaba por llegar al día siguiente porque no había podido hacerlo junto con ellos”.
Tras recibir las atenciones médicas de personal de salud del gobierno mexicano, García Chávez dijo que llegó al aeropuerto de El Cairo para regresar a México y fue cuando nuevamente resultó conmovido por un hecho.
“Llegamos al avión y leí que decía que era de la Fuerza Aérea Mexicana, eso me hizo sentirme en casa, me sentí muy orgulloso de mi país, de mi gente, de todo lo que estaban haciendo por nosotros”.
García Chávez mencionó que a su llegada a México se le detectó un problema en el oído al resultar aturdido por los sonidos de las balas y misiles con las que los mexicanos fueron agredidos.
“Vamos paso a paso, esperando que las cosas vayan sucediendo de un momento a otro, no pierdo la confianza en que pueda recuperarme porque hay mucha gente que se unió en oraciones por nosotros y por eso estoy muy agradecido”, puntualizó el mexicano.