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(CNNMoney)— La costosa mentira de Volkswagen ha dejado al gigante automotriz en crisis. También ha dejado a muchos de sus clientes confundidos, sintiéndose timados e incluso enfadados.

El escándalo de emisiones afecta a casi 500,000 automóviles diésel de Volkswagen y Audi tan solo en Estados Unidos y millones más alrededor del mundo. El hecho se dio a conocer cuando la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) informó que Volkswagen había mentido sobre sus pruebas sobre el smog que emiten sus unidades.

Los reguladores de Estados Unidos han ordenado que la compañía revise los automóviles que están en el ojo del huracán. PeroVolkswagen no lo ha hecho aún, ni tampoco ha detallado cómo hará que estas unidades móviles cumplan con la ley o de qué manera compensará a sus clientes.

Para dejarlo claro: ¿quién sabe que sucederá ahora? CNNMoney escuchó de varios clientes de Volkswagen en días recientes. Aquí presentamos algunas de sus historias.

El primer auto de una joven

Kristen Taylor, una estudiante de primer año en la Universidad de Maine en Farmington, compró su primer automóvil hace 18 meses.

La joven había ahorrado unos 19.000 dólares, trabajando en el verano para comprar un Jetta TDI 2011 color azul con un quemacocos.

Taylor buscó opciones antes de decidir comprar un auto diésel debido a su impacto limpio en el medio ambiente.

La estudiante de 18 años compró el auto con unos 16,093 kilómetros antes de dejarlo en su hogar cuando regresó a la universidad.

El automóvil iba a ser vendido cuando Volkswagen dio a conocer la investigación en su contra. Los expertos han dicho que el valor de las unidades móviles será golpeado, al menos hasta que la compañía dé a conocer un plan para limpiar sus mentiras y la suciedad que ha creado.

Ahora Taylor, que necesita pagar su crédito universitario, tendrá que buscar otra manera de pagar sus clases.

Las ofertas de reventa que ha recibido van de 1.000 hasta 6.000 dólares.

Antes de que el escándalo surgiera, Kristen estaba recibiendo ofertas que le hubieran permitido pagar más de la mitad de su semestre. “Pero es mucho más que pagar la escuela”, comentó Taylor. “Era mi auto y algo que amaba. Nunca hubiera comprado nada que fuera Volkswagen y diésel, pero ahora esa percepción se derrumbó”.

La decisión irónica de un alergólogo

El doctor Guillermo Mendoza, un alergólogo en Kaiser Permanente, California, es dueño de un Jetta TDI que compró en julio de 2010.

“Había una sensación de que estábamos haciendo algo bueno con el mundo”, expresó Mendoza. “Que ahora haya dado un giro de 180 grados es simplemente sorprendente. No he calculado el costo a la sociedad ahora que se han dado a conocer los engaños pero es definitivamente un giro irónico”.

Como un doctor que atiende a personas con asma, siente una ironía que conduzca un automóvil que ahora está siendo catalogado como un contaminante.

Mendoza personalizó su auto con una placa que dice “sin humo”, inspirado por el hecho de que se trataba de un auto de diésel que por primera vez prometía utilizar gasolina limpia. El hombre dice que había planeado mantener el carro para el resto de su vida, que ahora tiene unos 104.607 kilómetros. Ahora, eso podría no ser una opción.

Menos eficiente para distancias cortas

Robert Dreebin, un ingeniero de grabación de películas, compró un 2015 Volkswagen Golf en julio pasado para obtener mejor kilometraje desde su comunidad en Phoenix hasta Los Ángeles sin contaminar tanto.

El auto de Dreebin solo tiene 4.828 kilómetros en su haber. Ahora, Robert está preocupado de que cualquier cambio pueda comprometer su funcionamiento, poder y millas por galón.

Él ha sido un fanático de vehículos de diésel por mucho tiempo y ha tenido cuatro de estos automóviles. Dreebin valora la longevidad de los mismos y está enojado porque Volkswagen no cumplió con lo que le ofreció.

“Es una vergüenza para Volkswagen y es una vergüenza para las corporaciones de Estados Unidos. La gente ya es escéptica sobre el etiquetado de los productos y ahora esto se agrega a esa sensación de que las corporaciones no tienen en mente a los clientes”.