Aeronaves V-22 Osprey despegan del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York poco antes de la partida del papa Francisco hacia Filadelfia el 26 de septiembre.

(CNN) – Supuestamente él quería darle al papa su tarjeta de presentación y hablar con él y otros líderes mundiales acerca de cambiar al mundo.

Cualesquiera que fueran sus intenciones, así fue como Chris Cannella, de 39 años de edad –quien se hizo pasar falsamente por un oficial y condujo su vehículo negro todoterreno junto con una caravana en la pista del aeropuerto John F. Kennedy, con cinco balas pero sin armas en su cajuela, según la denuncia criminal presentada en un tribunal de Nueva York– se metió en problemas.

Canella consiguió llegar a la pista el sábado, unas 10 horas después de que el papa había volado desde allí hacia Filadelfia. No está claro si sabía que el pontífice ya se había ido.

Ese no es el único lugar en donde se puede haber infiltrado durante la visita del papa. Un alto funcionario de la policía de la ciudad de Nueva York que ha sido informado sobre la investigación, dijo que el hombre le contó a los investigadores que utilizó su placa de bombero jubilado y su identificación para ingresar en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción el miércoles.

Admitió que ayudó a una mujer a tomar asiento en un esfuerzo por acercarse al papa, quien luego iba a canonizar al misionero español Junípero Serra, según la fuente. El hombre condujo a Nueva York después de ese evento.

Investigación del Servicio Secreto

El Servicio Secreto de Estados Unidos, el cual coordinó la seguridad de la visita de Francisco –que ya concluyó–, dijo el lunes en un comunicado que: “juntamente con otras agencias de la ley, actualmente está llevando a cabo una investigación agresiva acerca de estas acusaciones”.

“El Servicio Secreto llega hasta el mayor grado posible para proporcionar protección a dignatarios y personajes importantes, recursos de inteligencia y contraterrorismo, mitigación de artefactos explosivos, comunicaciones interinstitucionales, la infraestructura fundamental y seguridad del espacio aéreo”, dijo la agencia federal. “Estos recursos ejercieron toda su fuerza esta semana y la última, en Washington D.C., Filadelfia y continúan siendo desplegados en Nueva York para proteger a los cientos de dignatarios extranjeros que asisten a la Asamblea General de la ONU”.

El sábado, Canella condujo un Chevrolet todoterreno de color negro hasta el aeropuerto JFK y se mezcló con otros vehículos similares que habían ido allí a recoger a una delegación italiana, dijo el oficial de la policía de Nueva York.

En un momento, según la denuncia, él aminoró la marcha y mostró rápidamente “un objeto plateado al guardia de seguridad y luego (condujo) a través del puesto de control”.

Cerca de una hora y media después, alrededor de las 7:30 p.m., su vehículo fue detenido nuevamente. La denuncia afirma que el hombre mostró “su licencia de conducir y una placa de jubilación del Departamento de Bomberos de Nueva York… e indicó, en resumidas cuentas, que el Servicio Secreto lo había dejado pasar antes”.

“Pero… cuando se le preguntó”, añadía la denuncia: “el acusado no pudo dar el nombre de ningún agente del Servicio Secreto que lo hubiera autorizado para estar allí”.

‘Lo puedo lastimar’

Las autoridades registraron su baúl y encontraron un tambor de 9 milímetros que “contenía cinco cartuchos de municiones de punta hueca” y una bolsa de plástico con marihuana en su portavasos, según la denuncia.

Después de ser llevado a una sala de interrogatorios, Canella supuestamente desarmó una silla para dejar expuestas sus grapas afiladas y dijo: “Puedo hacerte mucho daño con esto”.

Según la fuente de la policía de Nueva York, también le dijo a los investigadores que él quería reunirse con el papa y con otros líderes mundiales y “cambiar el mundo”.

Evan Perez contribuyó con este reporte.