Kelly Gissendaner, de 47 años de edad, fue sentenciada a muerte por ordenar matar a su esposo en 1997.

(CNN) – Aplazaron la ejecución en Georgia de Kelly Gissendaner, condenada por la muerte hace 18 años de su esposo Douglas Gissendaner. Sería la primera mujer ejecutada en ese estado en los últimos 70 años.

La Junta de perdón y libertad condicional de Georgia negó el martes los pedidos de clemencia, por lo que la mujer sería ejecutada este martes a las 7 pm ET en la Prisión de Diagnóstico y Clasificación de Georgia en Jackson, según programado. Sin embargo, horas después la ejecución fue aplazada ante las solicitudes de apelación en cortes estatales y federales.

Aún no hay fecha estimada para la ejecución, dijo el Departamento de Correccionales de Georgia.

Los abogados de Gissendaner enviaron varias solicitudes a la Corte Suprema de Estados Unidos la noche del martes, pidiendo un aplazamiento de la ejecución. La Corte Suprema de Justicia negó la tercera solicitud la noche del martes.

La abogada Susan Casey dijo que los hijos de Gissendaner están “destrozados”. “Le pedimos a la junta 24 horas adicionales para que pudieran visitar a su madre”, dijo. “Eso fue rechazado”.

El pedido del papa

El papa Francisco envió una carta a la junta de libertad condicional de Georgia pidiéndole que le perdonen la vida a Kelly Gissendaner. El pontífice le hizo llegar la misiva a la junta a través del arzobispo Carlo María Vigano.

“Como representante personal de Su Santidad”, dice la carta firmada por el arzobispo, “hago una petición urgente en su nombre para que se le cambie la pena de muerte a la señora Kelly Gissendaner, cuya ejecución está programada para este martes”.

La carta cita la intervención de Francisco en el Congreso de EE.UU. el jueves pasado en la que el pontífice afirmó que estaba convencido que abogaría por la abolición global de la pena capital.

“No queremos minimizar la gravedad del crimen por el que se condenó a la señora Gissendaner”, dice la misiva, “y simpatizamos con las víctimas, pero no obstante les imploro, considerando las razones que se les han presentado como junta, que le cambien la sentencia por una que exprese mejor la justicia y la piedad”.

Kelly Gissendaner, de 47 años de edad, fue sentenciada a muerte por el crimen cometido en 1997, en el que buscó a su amante, Gregory Owen, para que matara a su esposo. Su ejecución estaba prevista para las 7 de la noche del martes. Ella pidió una última comida de dip de queso y patatas fritas, Texas fajita nachos y una limonada dietética helada.

“La naturaleza del crimen justificaba que el estado pidiera la pena capital. El jurado estuvo de acuerdo con esto”, dijo Danny Porter, el fiscal de distrito del condado de Gwinnett de Georgia. “En los años que han transcurrido, no hemos tenido ninguna razón para cambiar nuestra posición sobre eso”.

Gissendaner estuvo cerca de la ejecución dos veces este año. La primera vez, fue aplazada debido a una tormenta invernal; la segunda, fue suspendida a causa de la polémica alrededor del cóctel letal de drogas usado por el estado. Su familia y amigos solicitaron clemencia pero la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Georgia, denegó su solicitud.