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(CNN) – Imagina a Diego Costa, de seis años, arbitrando un partido de fútbol. Dado su temperamento tan irascible es posible que solo haya un ganador en el juego en el que él está participando… el equipo para el que él estaba jugando.

A primera vista, la idea de que un niño de seis años sea el árbitro de sus propios juegos parecería una receta para el caos. Sin embargo, eso es exactamente lo que la Real Asociación de Fútbol de los Países Bajos (KNVB) ha estado experimentando en los últimos dos años en un plan apodado “juego limpio en el futbol”.

El esquema de la KNVB está diseñado para minimizar las presiones que enfrentan los niños de vez en cuando por parte de padres autoritarios en la línea de banda.

“De esta manera, los niños que están empezando a conocer el fútbol son más libres de experimentar el juego, en vez de escuchar las instrucciones de sus padres o de sus entrenadores”, dijo una portavoz de la KNVB.

Habla con cualquier padre de una niña o niño que esté jugando fútbol y muchos podrán recordar experiencias de padres vociferando —algunas veces con groserías— para dar instrucciones desde las líneas de banda.

“Los niños toman las decisiones en el campo con los demás”, añadió la portavoz.

“Los padres y otros espectadores se encuentran a 20 metros del terreno de juego y solo se les permite animar a los niños: de esta manera los niños pueden jugar fútbol con mayor libertad.

“Los entrenadores son los supervisores de juego y su trabajo es llevar el juego en la dirección correcta”.

El programa holandés involucra a más de 700 equipos en las regiones de Limburgo y Brabante, y se espera que más se inscriban en un futuro próximo.

Un padre de un jugador de la academia de la liga de fútbol inglés, quien prefirió permanecer en el anonimato, agradeció la iniciativa holandesa.

“El autoarbitraje es algo que se les debe enseñar a los niños a una edad temprana”, dijo el padre. “Se debería involucrar a las escuelas, porque siempre se destina parte del área de juegos para el fútbol. Siempre hay autoarbitraje”.

“Eso podría permitir que haya juego limpio porque habrían menos faltas. Creo que entrenarlos para que sean sus propios árbitros será una inversión que valga la pena. Tendrías que hacer eso al inicio de la temporada, estableciendo reglas muy claras y entrenándolos para respetar las leyes”.

El fútbol amateur en los Países Bajos acaparó titulares en diciembre del 2012 cuando Richard Nieuwenhuizen, de 41 años de edad, estaba arbitrando para el equipo de su hijo adolescente contra el club de jóvenes Nieuw Sloten de Ámsterdam en Almere.

Seis jugadores del equipo contrario y uno de sus padres patearon y golpearon a Nieuwenhuizen hasta darle muerte.

Steven Lawrence, quien se mudó con su familia a los Países Bajos desde Gran Bretaña en el 2008 para ayudar a la carrera futbolística de su hijo Jamie, también cree que se debe fomentar el esquema de la KNVB.

Jamie, de 23 años, ahora juega fútbol profesional para el club eslovaco AS Trencin.

“Creo que esta es una gran idea… hace un tiempo hablé con Rubén Jongkind del Ajax sobre poner esa idea en la base a fin de fomentar la autonomía y la autorregulación”, dijo Lawrence, refiriéndose al programa oficial para el desarrollo de talento del club holandés.

“Los niños tienen un fuerte sentido de justicia y al alentarlos para que se involucren en el arbitraje de sus propios juegos ellos obtienen una perspectiva que les será muy útil en el futuro”.

Lawrence argumentó que el experimento también ayuda a mejorar a los entrenadores.

“Creo que también es bueno para los instructores/entrenadores… ellos necesitan asumir un papel de guía y eso ayuda a sus habilidades de observación, lo cual a su vez proporciona buena información para la formación individual lejos de los juegos competitivos.”

Lawrence dijo que los padres también podrían aprender algo de la experiencia.

“Me gusta la idea de mantener a los padres bien alejados de la acción… he tenido experiencias de padres que están en la línea de banda cuyo comportamiento es poco edificante, incluyendo lenguaje grosero, comportamiento amenazador, gritos para darles instrucciones a los niños y, en una ocasión, hubo golpes entre los padres.

“Sin embargo, eso nunca sucede en Holanda, donde los partidos, al nivel al que he estado involucrado, cuentan con árbitros y asistentes calificados y donde los padres son muy respetuosos”.