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(CNNMoney) – El salmón “silvestre” que has pedido para comer podría estar más domado de lo que tú piensas.

Un nuevo estudio de Oceana, una organización que hace campañas para el cambio en los océanos, descubrió que el 43% de las muestras de salmón que inspeccionó en restaurantes y tiendas de comestibles estaban mal etiquetadas. El grupo dijo que muchos de los salmones comercializados como “silvestres” eran en realidad cultivados.

Oceana dijo que encontró salmón mal etiquetado en varias ciudades de Virginia, Washington D.C., Chicago y Nueva York. El grupo reunió las muestras cuando no era temporada de salmón silvestre.

“A los estadounidenses puede encantarles el salmón, pero como nuestro estudio revela, les pueden estar dando gato por liebre”, dijo la directora general de campaña de Oceana, Beth Lowell, en un comunicado.

“Este tipo de fraude de mariscos puede tener graves consecuencias ecológicas y económicas”, dijo. “Los consumidores no solo están siendo estafados, sino que los pescadores estadounidenses responsables están siendo engañados en el momento en que los productos fraudulentos bajan el precio de la pesca que ha requerido de su trabajo arduo”.

A los compradores de comestibles hambrientos por salmón les podría ir mejor si consiguieran el artículo genuino. El informe indica que las personas que visitan los restaurantes tienen tres veces más probabilidades de ser engañadas.

Para evitar ser estafados, es mejor comprar en una tienda de comestibles grande, dijo Oceana.

“Los consumidores tienen más probabilidades de conseguir el artículo por el que pagan si compran salmón en una tienda de comestibles grande, a diferencia de un mercado pequeño. Es muy probable que las selecciones a las que se les llama ‘salmón silvestre’ y que se compran en restaurantes, especialmente en invierno, estén mal etiquetadas, decía el informe.

La organización dijo que esta consideraba que una muestra estaba mal etiquetada si se describía como silvestre, de Alaska o del Pacífico, pero que que las pruebas de ADN indicaban que eran peces cultivados en el Atlántico. Las muestras también se consideraron mal etiquetadas si las especies de pescado eran incorrectas.

Gavin Gibbons, portavoz del grupo comercial National Fisheries Institute, le dijo a The New York Times que el estudio era incompleto porque no identificó en qué parte de la cadena de suministros ocurrían los problemas.

“No estamos hablando del delito del siglo”, dijo. “Solo que, en el mejor de los casos, están haciendo la mitad de una investigación y afirman que está completa”.