(CNN) - El organismo internacional de control de armas químicas ha determinado que el gas mostaza fue usado recientemente en un pueblo sirio, causando nuevas interrogantes acerca del despliegue de esas armas en la sangrienta y atroz guerra en ese país.
El incidente del 21 de agosto en Marea, una ciudad aproximadamente a 45 kilómetros al norte de Alepo, expuso al menos a dos personas a “sulfuro de mostaza, y hay razones para creer que un bebé también podría haber sufrido y muerto como resultado”, según un funcionario de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
El informe no atribuye culpa e incluso ni siquiera menciona a ninguna fuerza involucrada en la guerra civil que ha durado años en Siria, entre ellas ISIS, el grupo terrorista que se ha apropiado de franjas del país, o los combatientes fieles al presidente Bachar al-Asad.
“Esto es muy grave porque el gas mostaza es una conocida arma química”, dijo el funcionario de la OPAQ. “Obviamente es sumamente peligroso y extremadamente tóxico, por lo que este es un nuevo nivel de preocupación”.
Las armas químicas han sido un argumento importante en la guerra de Siria, en la cual las fuerzas internacionales acusan a las fuerzas de Assad de utilizarlas contra los civiles.
Ante tales acusaciones –por no hablar de las amenazas de fuerza directa por las potencias mundiales–, el gobierno de Asad depuso su actitud, en 2013, y entregó sus arsenales de armas químicas. Ese acuerdo fue negociado por Estados Unidos y Rusia, y luego suscrito por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
La OPAQ –el órgano encargado de supervisar el proceso– confirmó en junio del año pasado que las reservas definitivas había sido retiradas. Es por eso que las nuevas afirmaciones de dicho uso son tan importantes, ya sea que hayan sido usadas por el régimen de Assad o por los grupos militantes, como ISIS.
Bombardeos rusos mataron a 42 en ciudad bastión de ISIS
Aún así, el presunto incidente del gas mostaza en Marea representa una fracción minúscula del derramamiento de sangre total en la devastada nación de Oriente Medio.
Desde que la guerra inició hace más de cuatro años, más de 250.000 personas han muerto, unos 7,6 millones han sido desplazados dentro de Siria y más de 4 millones han huido a otros países, dijo Stephen O’Brien, jefe de asuntos humanitarios de Naciones Unidas.
En muchos sentidos, eso se ha intensificado desde que O’Brien hizo esos comentarios, durante el verano, con más jugadores involucrados, más muerte y destrucción, pero sin un final a la vista ni la revelación de un vencedor contundente.
Rusia ha sido uno de los que han entrado a la lucha recientemente. Moscú, que desde hace tiempo se ha visto como uno de los partidarios más incondicionales de Assd, ahora ha lanzado ataques aéreos en contra de lo que este llama “terroristas” en Siria.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de oposición con sede en Londres, informó el martes, que las fuerzas rusas lanzaron ataques aéreos particularmente mortales en el baluarte sirio de ISIS en al-Raqa.
Esos ataques mataron al menos a 42 personas, cifra que incluye 27 civiles y 15 combatientes de ISIS, dijo el grupo el viernes. Añadió que los militantes de ISIS “siempre cambian sus posiciones en previsión de los bombardeos”.