Joanna Pearson llegó a pesar más de 180 kilos, pero una experiencia durante un viaje hizo cambiar totalmente sus hábitos.

(CNN) – Sentada en un avión y no poderse abrochar el cinturón de seguridad… ese fue el momento en que Joanna Pearson decidió que haría lo que fuera necesario para bajar de peso.

“Tuve que pedirle a la azafata un extensor frente a todos en el avión; me sentí terriblemente avergonzada y no quería exponerme a eso otra vez”, dijo Pearson, de 32 años de edad, quien vive en Tempe, Arizona, y trabaja como defensora pública.

Joanna Pearson antes de perder peso.

Cuando alcanzó su peso máximo, Pearson pesaba más de 185 kilos. Sin embargo, en enero del 2008, un par de años después de esa experiencia en el avión, estaba decidida a cambiar las cosas. Pearson comenzó a salir a caminar, redujo el consumo de sodas y comida rápida, así como también probó seguir programas de ejercicios en casa. Luego de perder 45 kilos ese año, recuperó su confianza.

Pearson dijo que quería “redoblar aún más las cosas”, así que buscó a un entrenador personal en el 2009 y perdió 34 kilos más en ocho meses. En un lapso de 2 años y medio, perdió un total de 91 kilos.

Como perdió peso

El enfoque personal de Pearson consistió en entrenamiento de fuerza, confusión muscular, ejercicios cardiovasculares, boxeo y ejercicios al aire libre. “Mantuve una dieta saludable, limitando el consumo de carbohidratos y aumentando las proteínas; además, mantuve un estricto régimen de ejercicios”, dijo.

Una de las más grandes animadoras de Pearson es su madre, Jane Pearson. Ella me daba palabras de aliento, oraba por mí y me compraba calzado deportivo de “todos los colores salvajes” que se pudieran encontrar. Ella le da a su hija un par de zapatos deportivos por cada logro de pérdida de peso. Pearson ha recibido 12 pares hasta el momento.

La mamá de Pearson recuerda la emoción que sentían al ver como el tamaño de los pantalones vaqueros de Pearson se reducían de talla. “Era maravilloso que no tuviera que preocuparse más por no caber en un asiento de avión, o tener que usar un extensor de cinturón de seguridad, o ser demasiado pesada para subirse en una montaña rusa”, dijo Jane Pearson.

Según dice Pearson, en la universidad fue donde ganó la mayor parte de su peso y sentía como si no encajaba.

“Me sentía triste y deprimida, mis problemas con la comida estaban relacionados con mis emociones”, dijo. “No me sentía lo suficientemente bonita como para unirme a una hermandad de mujeres, ninguna de las otras chicas de primer año se veían como yo”.

Pearson ha eliminado una gran cantidad de fotos de ese momento de su vida porque ella no se identifica con quien era entonces y ahora se siente como alguien diferente.

“Realmente no recuerdo quién era esa ‘Joanna’. He cambiado mucho desde mi pérdida de peso, mi personalidad es diferente. Ahora soy más sociable”, dijo.

Sin embargo, cuando Pearson sí le da un vistazo a sus fotos “de antes”, le recuerdan su progreso.

“Me siento orgullosa porque sé que he llegado muy lejos y he trabajado muy duro”, dijo.

Sus próximos objetivos

Después de alcanzar su meta de pérdida de peso, Pearson se estableció otras metas físicas y personales. Como regalo de la graduación de la escuela de derecho y para celebrar haber aprobado el examen del colegio de abogados, en el 2014 se inscribió en el Reebok Spartan Race en Phoenix. El día de la carrera, Pearson corrió 7 kilómetros.

Pearson después de perder peso.

Su hermana, Jennie Blair, a quien Pearson describe como su roca, corrió la carrera con ella y la animó a lo largo del camino.

“Recuerdo que nos tomamos las manos cuando saltamos por encima de la línea de meta y luego colapsamos… agotadas por la alegría, por correr, el calor, la pérdida, la vida y el orgullo”, dijo Blair.

Aunque la Spartan Race fue un logro en su proceso, ella aún no ha terminado del todo. Para Pearson, valorarse y vivir de forma saludable son objetivos de toda la vida.

Como resultado de su pérdida de peso, Pearson ha estado lidiando con los efectos físicos y emocionales del exceso de piel. “No tengo que luchar contra una persona de 185 kilos en el espejo. Si la herida de batalla es el exceso de piel y voy a vivir mucho más tiempo, y si puedo ayudar a alguien más a perder peso, entonces vale la pena”, dijo Pearson.

Evitar ganar peso ha tenido sus desafíos. El estrés de su trabajo y la vida de su hogar dieron lugar a que Pearson a ganar 15 kilos durante el año pasado, pero pudo perder 10 de esos kilos y 50 centímetros cuando contrató a un especialista en nutrición.

“Ya estoy volviendo a usar mi talla más pequeña, 8/10 de mujer; cuando alcancé mi mayor peso, era 26/28 y ahora tengo nuevamente el control de mi vida”, dijo Pearson.

Como defensora pública, Pearson ve tragedias y desesperación a diario. Aunque la vida es dura, dijo, Pearson está agradecida por las personas que han estado con ella a pesar de todo.

“Mis padres, hermana y mejores amigos han sido infalibles en sus esfuerzos para apoyarme en todas mis pruebas y tribulaciones, así como en mis alegrías y éxitos”.

Mientras que Pearson sigue enfocada en sus objetivos a largo plazo, ella continúa luchando por lo que ella llama el “corazón de una guerrera”.

“Me he esforzado mucho y seguiré haciéndolo porque soy una luchadora, no me rindo, y siempre mantengo la fe”.