Nota del editor: Arjun Singh Sethi es escritor, abogado y director de derecho y política en The Sikh Coalition. También es profesor adjunto de derecho en el Centro de Leyes de la Universidad de Georgetown, en donde es especialista en contraterrorismo y aplicación de la ley. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las del autor.
(CNN) – Los principios no se ponen a prueba durante los tiempos de prosperidad sino durante los tiempos de incertidumbre.
A raíz de los trágicos ataques en Paris, los legisladores estadounidenses han sido rápidos para proponer reformas políticas para prevenir incidentes similares en suelo estadounidense.
Más de la mitad de los gobernadores estadounidenses quieren prohibir la entrada de refugiados sirios en sus estados. Los candidatos presidenciales Ted Cruz y Jeb Bush quieren implementar una prueba religiosa para los refugiados de Siria, en tanto que el candidato Rand Paul quiere prohibir la entrada de refugiados provenientes de países con actividades yihadistas.
Algunos han dirigido su mirada más al interior. Ellos se dirigen a Edward Snowden pues afirman que sus revelaciones habilitaron a los terroristas para evitar que los detecten. Otros están pensando en grande, con el argumento de que la codificación proporcionada por empresas como Apple permite que los terroristas “pasen desapercibidos” y que escapen por completo de la vigilancia.
Por último, están aquellos que defienden un control policial más agresivo. El representante Peter King, republicano por Nueva York, por ejemplo, ha exigido una mayor vigilancia de las comunidades musulmanas estadounidenses, medidas que se parecen mucho al programa de cartografía del departamento de policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) ahora disuelto, mediante el cual el NYPD supervisaba y rastreaba los movimientos diarios de los musulmanes estadounidenses que no tenían conexión alguna con irregularidades.
El terrorismo inspira miedo, ocasiona la pérdida de la vida y hace que los que toman las decisiones abandonen los principios y abracen la exigencia.
En los próximos días y semanas, muchos buscarán fortalecer a Estados Unidos a toda costa, sin tener en consideración el principio o el derecho. Las víctimas de estas políticas serán, de manera desproporcionada, los musulmanes estadounidenses respetuosos de la ley.
Ya hemos visto esto en Francia. Después del ataque contra Charlie Hebdo, los musulmanes fueron detenidos y procesados por el discurso político no violento. Justo anteriormente en este mes, el máximo tribunal de Francia de manera concluyente penalizó las sanciones de defensa y un boicot contra Israel. Ahora, el presidente François Hollande quiere modificar la Constitución francesa para permitir una mayor vigilancia y extralimitación de parte de la policía.
Por supuesto, estas políticas solo contribuyen al aislamiento ya afianzado y a la estigmatización de los musulmanes franceses. No se pueden usar hiyabs en muchos lugares públicos, la nicab está prohibida y las áreas dominantes musulmanes, muchas de las cuales son terriblemente pobres, son a veces abiertamente ignoradas por el gobierno.
Estados Unidos no debe caer en la misma trampa de prejuicios, aislamiento y marginalización.
Por ejemplo, aquellos que desean prohibir la entrada de los refugiados en nuestras costas ignoran el hecho que desde el 11-S, más de 750.000 refugiados han sido reubicados en Estados Unidos y ni uno de ellos ha sido condenado por conspiraciones terroristas aquí en casa. De hecho, los musulmanes constituyen la mayor proporción de víctimas del terrorismo en todo el mundo. Lanzar una amplia red de sospechas sobre los refugiados dará lugar a la xenofobia y la estigmatización de los musulmanes estadounidenses.
En las secuelas de París, es probable que Estados Unidos también acelere los programas para “contrarrestar el extremismo violento”, los cuales piden que los maestros, líderes comunitarios y funcionarios religiosos identifiquen a los jóvenes en riesgo de convertirse al extremismo violento.
Estos programas se dirigen casi exclusivamente a los musulmanes estadounidenses y fomentan una hipersensibilidad hacia la actividad inofensiva, como llevar un yijab, asistir a reuniones políticas o criticar la política exterior estadounidense. No es de extrañar que el niño de 14 años, Ahmed Mohammed, fuera suspendido por llevar un reloj hecho en casa a la escuela a principios de este año en Texas.
Del mismo modo, la cartografía de las comunidades musulmanas estadounidenses, lo que Peter King y otros han recomendado, pueda ser también lo que sigue. Las directrices publicadas por el Departamento de Justicia en diciembre pasado permiten explícitamente operaciones de recopilación de datos de inteligencia con base en la raza o la religión, de manera similar al programa ahora disuelto del NYPD. De hecho, el gobierno de Estados Unidos podría mapear toda la comunidad musulmana estadounidense en todo el país. No está claro si alguien movería un dedo si el programa de cartografía del NYPD no condujera a una sola declaración de culpabilidad.
Las solicitudes a las empresas de tecnología para que abandonen la codificación son igualmente equivocadas y deben ser ignoradas. Si empresas como Apple le permiten una brecha legal solapada al gobierno, entonces ¿por qué los hackers, delincuentes cibernéticos o ISIS no podrían utilizar la misma brecha? La codificación es la mejor manera de proteger la privacidad en la era digital, y es sumamente importante para los musulmanes estadounidenses.
Los documentos proporcionados por Edward Snowden, por ejemplo, muestran que la Agencia de Seguridad Nacional y el FBI de manera encubierta controlaban los correos electrónicos al menos de varios musulmanes estadounidenses prominentes, entre ellos líderes de los derechos civiles, profesores y un candidato que se postulo una sola vez para un cargo público, a pesar de que ellos no tenían conexión alguna con el terrorismo o con algún delito.
Cuando Estados Unidos se extralimita lo que hace es trabajar a favor de ISIS. Un estudio reciente descubrió que ISIS estimula más ataques terroristas que los que ellos mismos llevan a cabo. Esto se debe a que ISIS se alimenta del aislamiento y la marginalización de los musulmanes. El aumento en los crímenes de odio e incidentes relacionados con prejuicios contra los musulmanes estadounidenses desde el 11 de septiembe y después del ataque del viernes en París juega a su favor. Su objetivo es un mundo maniqueísta, donde todos los musulmanes están en guerra con Occidente. Quieren la exclusión en lugar de la inclusión, el miedo en lugar de los principios. No debemos darles esto.