(CNN Español) – El FBI anunció en la tarde de este viernes que investigaría el tiroteo de San Bernardino, California, como un acto de terrorismo, según explicó, por las evidencias que han encontrado que muestran la posesión de un gran número de armas y una planificación detallada del hecho.
No obstante, James Comey, director del FBI, señaló que hasta ahora no hay indicios que muestren que la pareja de atacantes formara parte de una célula terrorista ni haya tenido relación directa con un grupo terrorista articulado.
Syed Rizwan Farook y su esposa Tashfeen Malik hicieron todo lo posible para no estar bajo el radar. Aún se desconocen sus motivos y sus familiares han asegurado estar sorprendidos y que no sabían nada de que fueron a realizar el ataque.
En la tarde del viernes se conoció la primera imagen de Tashfeen Malik, publicada primero por ABC News.
La imagen fue enviada por la mujer al gobierno de EE.UU. como parte de su interacción relacionada con sus visas, le dijo un funcionario estadounidense a Pamela Brown de CNN.
La policía de San Bernardino le entregó la investigación al FBI.
Un vocero del organismo pidió durante la rueda de prensa que si las personas tenían información relacionada con el caso, se comunicaran con el FBI. De igual forma afirmó que no saben de alguna amenaza creíble en Estados Unidos.
Nadie ha sido arrestado en conexión con el tiroteo, dijo David Bowdich, del FBI. Bowdich no descarta que vaya a haber arrestos en el futuro. El hombre y la mujer que según la policía fueron los atacantes murieron abatidos por la policía el miércoles.
El tiroteo en San Bernardino este miércoles dejó 14 personas muertas y 21 heridos.
Mientras el tiroteo estaba sucediendo, los investigadores creen que la atacante Tashfeen Malik publicó en Facebook jurando lealtad al líder de ISIS Abu Bakr al-Baghdadi, le dijeron a CNN tres funcionarios vinculados a la investigación.
El tiroteo de San Bernardino es el más mortífero en Estados Unidos desde el ocurrido en la escuela Sandy Hook en Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012, en el que 26 personas, en su mayoría niños, murieron.